Un encuentro con el narrador Feliciano Padilla

VOCES UNIVERSITARIAS



Escribe: Escribe: Nilton Salazar, Joseluís Maquera, Carlos Lanza, Deny Mamani y | Cultural - 26 Jul 2009


Motivado por el docente de Comunicación Escrita de la Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicación Social, el grupo redactor del presente escrito entabló un diálogo con el narrador Feliciano Padilla en dos oportunidades y nos permitió descubrir varias facetas de su vida personal, creativa, académica y política. Aunque la historia de la literatura puneña lo consigna como un escritor bastante reconocido, creímos importante explorar algo más de su vida personal y literaria.

En una primera entrevista, nos comentó que nació en Lima, en 1944. Pero se considera abanquino-puneño porque su padre Raymundo Padilla es de Abancay y Exaltación Chalco, su madre, puneña, y se siente distante de su procedencia limeña. “A los 15 años tuve el deseo de conocer la tierra donde he nacido –confiesa- y viajé a Lima, pero la capital me pareció un mundo distinto, raro y retorné a Puno”.

En otra parte comentó que su espíritu rebelde y creativo viene de su padre que se fugó de Apurímac a Lima a muy temprana edad. Allí Raymundo Padilla es reclutado por el ejército, va a la guerra con el Ecuador en 1941 y 1942, y a su retorno conoce a Exaltación Chalco, su madre. Y agrega que el gobierno, como recompensa a su heroísmo en la Guerra del Cenepa, le ofrece la posibilidad de integrarse a la Guardia Republicana y él lo acepta.

Pero la constante rebeldía de su padre con la institución castrense hizo que la familia estuviera en permanente traslado de un puesto policial a otro, una zona geográfica a otra, de modo que llegó a conocer gran parte del país, cuya tensión social tradujo en sus obras literarias. Este hecho también le obligó a realizar sus estudios en distintas parte del Perú. Estudió primaria en varias instituciones educativas que culminó en la escuelita de Chawanca de Andahuaylas. Ocurre lo mismo con la secundaria que estudió en varios colegios de Abancay y continuó sus estudios superiores en la Universidad San Antonio Abad de Cusco, en la Especialidad de Lengua y Literatura.

Feliciano Padilla aclara que marcaron su formación literaria varios personajes importantes en su vida. La primera persona que influyó en su vocación literaria fue su abuela materna Alfonsa Miranda que “narraba los hechos maravillosos con tanta verosimilitud. Yo era muy niño y la escuchaba –comenta-. Su voz era como de una diosa. Abría la boca y me daba la impresión que de sus labios salían cóndores, wallatas, mariposas, mujeres y otras cosas que incentivaban mi imaginación”.

Otro personaje que marcó su vida literaria, según sus propias palabras, fue el Cholo Nieto, el maestro más recordado de la Universidad San Antonio Abad de Cusco, que forjó a tantos escritores en sus aulas y fue exiliado a Chile y Ecuador por ser comunista. “Él me aconsejó que en vez de poesía me dedicara a la narrativa puesto que tenía mayor afición a la documentación y exploración bibliográfica” relata en la entrevista. Agrega que, en la etapa creativa, mantiene una valoración a José María Arguedas que devolvió el rostro a los peruanos y a Mario Vargas Llosa que enseñó a los jóvenes a comprometerse con la escritura en forma sistemática.

Feliciano Padilla posee varias obras importantes. Confiesa que sus primeras publicaciones se deben a las insistencias de Jorge Flores Aybar con quien publicó en coautoría dos libros de cuentos: “Dos narradores en busca del tiempo perdido” (1990) y “Alay Arusa” (1995). Su producción literaria se clasifica en tres géneros. En cuento publicó: “La estepa calcinada” (1984), “Réquiem” (1986), “Surcando el Titikaka” (1988), “La huella de sus sueños sobre los siglos” (1994), “Polifonía de la piedra” (1998), “Calicanto” (1999), “Amarillito amarilleando” (2002) y “Pescador de luceros” (2003). “¡Aquí están los Montesinos!” (2006) es su única novela, aunque indica que está corrigiendo los borradores de otra novela. Y en ensayo publicó “Antología comentada de la literatura puneña” (2005).

De todas las publicaciones realizadas hasta la actualidad, Padilla confiesa que guarda una consideración especial a su antología personal “Amarillito amarilleando” porque es su primer libro serio donde recoge los cuentos más importantes que se localizan en la ciudad de puno y Abancay. Agrega que el título viene de una peste que pasó en Abancay cuando era niño. También expresa una identificación similar con su novela “¡Aquí están los Montesinos!”.

Nuestro autor alcanzó hasta el momento diversos reconocimientos. En 1992, obtuvo una Mención Honrosa del Premio Copé de Cuento con el relato “Me zurro en la tapa”. En 1993, es finalista del Concurso Nacional de Cuento César Vallejo, organizado por el Comercio de Lima, con el cuento “La huella de sus sueños sobre los siglos”. En 1996, alcanza otra mención honrosa en el Premio Copé de Cuento con el relato “Amarillito amarilleando”. En 1998, logra el Primer Puesto en el Concurso Nacional Canto al Lago organizado por el Proyecto Especial Binacional Lago Titicaca con el cuento “El Retorno de Qori Challwa”. Y, en 1999, obtiene el Segundo Premio del Octavo Concurso Nacional de cuentos organizado por CEAL de la Conferencia Episcopal Peruana con el relato “A qué volviste Nazario”.

Respecto a la crítica señala que los comentarios fueron muy favorables porque enfatizaron más las virtudes que sus defectos. Ha recibido comentarios de Lima, Arequipa, Cusco, Puno, La Paz, Santiago de Chile, etc. Ricardo Gonzáles Vigil lo incluyó en su “Antología del cuento peruano” y tuvo palabras elogiosas con él indica Padilla.

Entre las valoraciones críticas, Juan Luís Cáceres, al referirse a “Amarillito amarilleando”, explica que Padilla transita en tres planos. Algunas veces emplea el yo protagonista, otras el yo omnisciente o narrador cerrado y eventualmente el yo testigo a través de los cuales se sumerge en el relato a fin de expresar las emociones reales frente a los hechos narrados.

Bladimiro Centeno señala que Pescador de Luceros “amplía la visión del mundo andino, principalmente del altiplano puneño”. Agrega más adelante que los “motivos literarios (del libro) proceden del anecdotario popular del ande moderno, pero rebasa aquellos que ya resultaban bastante recurrentes y se extiende hacia otros hechos que envuelven actualmente al hombre del altiplano puneño: mercantilistas, etnocéntricos, políticos, policiales, educativos, amatorios y alguno que otro histórico- míticos”.
Boris Espezúa, Alfredo Flores Herrera, Gonzáles Vigil, Goyo Torres Santillana, Fernando Chuquipiunta, valoran en Padilla la irrupción de las técnicas narrativas modernas, diversificación de los temas andinos y compromiso con la literatura puneña.

Entre sus nuevos proyectos, Padilla señala que se encuentra en prensa su libro de ensayos “Contra encantamientos y malos augurios”, en traducción su poesía quechua y permanece en el trabajo periodístico con el fin de promocionar la cultura andina.



2 comentarios

  • MARCO VARAS Thursday 30 de July del 2009 a las 20:57

    BIEN NILTON SIGUE ADELANTE YO SEQ TU PUEDES LA ENTRVISTA EST INTERESANTE ESPERO QUE SIGAS PUBLICANDOS MAS UN SALUDO PARA TUS COMPAÑEROS TAMBIEN

  • NILTON Sunday 26 de July del 2009 a las 11:02

    FELICITACIONES PROFE FELICIANO. OBRAS SON AMORES.
    SU TRABAJO ES DIGNOS EJEMPLO DE JUVENTUDES, DE LOS COLEGAS... Y BUENO FUERA QUE LOS BURÓCRATAS, TAMBIEN HAGAN ALGO COMO TRABAJAR CON IDENTIFICACION, COMPROMISO, PLANIFICACION Y CON OBJETIVOS EN UN DESARROLLO CON RESULTADOS Y NO ESTAR COMO ESTREEÑIDOS (SENTADOS SIN HACER NADA), ESPERANDO OTRO PAPEL QUE LE DE EL GOBIERNO DE TURNOOOOO.


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