Flor de Retama, canción birlada



Escribe: Vicente Otta - SER | Cultural - 29 Nov 2009

Cuenta Ricardo Dolorier, que la canción Flor de Retama fue creada a finales del año 1969, meses después de los sucesos sangrientos acaecidos en Huanta, el 21 de junio de ese año. En esa fecha, los estudiantes y padres de familia huantinos, se movilizaron rechazando el cobro que el Ministerio de Educación del gobierno militar, entonces encabezado por Juan Velasco Alvarado, quería imponer a los estudiantes que obtuviesen nota desaprobatoria. Es decir, los estudiantes perdían la gratuidad si no tenían un buen rendimiento escolar.

Este luctuoso suceso dio origen a la canción que luego sería asumida como emblemática de la guerra desatada por Sendero Luminoso. Unos años más tarde Martina Portocarrero lo grabó y difundió con bastante aceptación entre el público contestatario y provinciano-andino, particularmente juvenil. Hasta la derrota del sanguinario movimiento, 1992-1993, la canción fue grabada por varios intérpretes y amplió su difusión. La de Martina Portocarrero es la grabación mas reconocida y en algún momento, antes del espanto y sevicia senderista contra dirigentes y organizaciones populares, sensibilizó a ciertos sectores y pudo aparecer como “sinónimo” de la Nueva Canción. En la lógica del trabajo de propaganda, ésta sirvió, no pocas veces, para sensibilizar a jóvenes incautos y ser incorporados a la lucha armada, a muchos otros para utilizarlos en tareas de apoyo. No dejó de cumplir una función práctica a favor de la “guerra”.

Diecisiete años después de la captura de Abimael Guzmán y la derrota de SL, destacados artistas de música andina organizan un homenaje a Flor de Retama. Celebran 40 años de su creación poniéndolo como la expresión de la Canción ayacuchana pues usan esta fecha para hacer el homenaje. Es evidente, que tras de esta celebración se esconde, de manera soterrada, un homenaje a la guerra senderista, pues la canción está vinculada, en la memoria colectiva, al terrorismo senderista y no a las luchas estudiantiles de Huanta-1969.

Esta sibilina celebración expresa de un lado, la nostalgia y adhesión por la “violencia revolucionaria” todavía persistente en algunos intelectuales y artistas populares; y de otro, el interés de instituir una fecha de culto a la malhadada guerra que asoló nuestro país, en la cual, según consta en el informe de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, los que pusieron la sangre y el sufrimiento fueron los indígenas y campesinos (50 mil de los 70 mil muertos), los “desabandonados” de siempre.

ADIÓS PUEBLO DE AYACUCHO,
CANCIÓN DE LA ÉPICA DE LA MIGRACIÓN

Si hay una épica que ha vivido nuestro país, en todas sus regiones y clases sociales, ésta es la migración. Es el fenómeno social mas importante del siglo XX y el que ha terminando definiendo las transformaciones sustantivas de nuestro país. Ha sido en suma el que ha definido los rasgos de nuestra modernidad.

Y Adiós pueblo de Ayacucho le canta a este proceso histórico como ninguna canción.
El maestro Raúl García Zárate, dice que Estanislao (Tani) Medina, el legendario Arpista ayacuchano, define la versión final de Adiós Pueblo de Ayacucho, cuando la graba en 1947. Como sabemos esta es una canción anónima recopilada por Tani Medina. Raúl García Z. presenta otra versión, la huamanguina y señorial.

“Adiós pueblo de Ayacucho,
Perlas challay,
ya me voy ya me estoy yendo
perlas challay…”

Refleja la vivencia de millones de peruanos en la migración interna desde 1940, que dura hasta nuestros días y anticipó la emigración hacia países extraños. Canta el recuerdo y la añoranza por la patria, la familia y los amigos.

Huérfano pajarillo, es la otra canción que lamenta el desarraigo, poniendo énfasis en la soledad, la orfandad. Es la voz del Huaccho que deambula por tierras extrañas y que ansía el retorno:

“… Alza tu vuelo
vamos a Ayacucho
donde tus padres
lloran tu ausencia”

De los sufrimientos y desgarros producidos por la migración y que marcaron a fuego a millones de peruanos, estos cantos fueron su mas fiel expresión y tanto dentro como fuera del Perú son entonados por los peruanos presos del desarraigo y la nostalgia. Sin duda Adiós pueblo… es la de más amplia aceptación y reconocimiento. Su condición de Canción ayacuchana por excelencia, es indiscutible.

En este basto proceso, los que abandonaron cálidos valles, arenales y playas también tienen lo suyo. Todos vuelven, de César Miró (que compite con Adiós pueblo… como representación de canto peruano al desarraigo) y El provinciano de Laureano Martínez S., en género de valse testimonia la presencia del canto popular costeño en esta épica nacional. Ambos vieron la luz entre 1938 y 1940, el primero, durante la estadía de Miró en USA y el segundo en Lima.

¿EXISTE UNA CANCIÓN SOCIAL AYACUCHANA?

Para abordar esta reflexión con cierta propiedad, hay que ubicar la canción mencionada en el género Canción social.

Si se tratara de mencionar a alguna canción como representativa de la época de la violencia y que tuviera explícita intencionalidad social, no es fácil la elección, ni Flor de Retama tiene asegurada la nombradía. El Hombre, de Ranulfo Fuentes, es un tema extraordinario. De honda sensibilidad, de lucha y esperanza:

“Yo no quiero ser el hombre
que se ahoga en su llanto,
de rodillas hechas llagas
que se postra al tirano…”

El propio Ranulfo Fuentes dice: “Pueden parecer algo tristes, pero no son trágicas, ni melodramáticas. Los que piensan que “El hombre” es triste, están equivocados... El dolor, Vallejo trataba en sus obras el dolor humano, no de él mismo, tenía una dimensión, una proyección hacia el futuro. Esa dimensión quise dar en “El hombre... La proyección de una vida digna para la humanidad, sin diferencia de clases, la igualdad de justicia, la libertad, que no existan dominantes ni dominados…”. (1)

Carlos Falconí, es el otro de los grandes compositores que tiene temas importantes como Tierra que duele o Huamanga, que revelan la tragedia de los años violentos.

Si hablamos de una respuesta desde lo más hondo del sentimiento humano, de rebeldía y lucha, pero también de la compasión y la solidaridad, al estilo vallejiano, sin duda El Hombre, es la que traduce mejor el reclamo ante la injusticia y la rebeldía transformadora frente a ella.

Pero la obra perdurable, aquella que soporta el paso del tiempo y sigue inflamando nuestros pechos y enrojeciendo nuestros ojos, no lo definen los críticos, las empresas discográficas ni un grupo de intérpretes o promotores políticos. Es la criba del tiempo y la sensibilidad popular las que determinan qué canción es la que mejor expresa una época o una épica. Adiós pueblo de Ayacucho tiene mas de 80 años y sigue lozana y vigente como nunca, y nadie ha organizado un evento para declararla “La canción ayacuchana”.

FLOR DE RETAMA COMO HIMNO DE LA VIOLENCIA

“…La sangre del pueblo tiene
rico perfume
huele a jazmín, violeta
geranios y margarita
a pólvora y dinamita.
¡carajo!
a pólvora y dinamita.”

Si alguna fuerza política exaltó la cuota de sangre como expresión de acción “revolucionaria”, esa fue SL. Y este verso de Flor de Retama, expresa literalmente la exaltación a la violencia y a la muerte. Dolorier no pensó en Sendero cuando hizo esta canción. En su descargo podemos decir que la “expropiaron”.

Pero al igual que un buen grupo de intelectuales y políticos radicales de la izquierda, de los años 60 y 70, se amamantó en el culto a la lucha armada. Cuando SL llevó la violencia hasta el paroxismo y demencia, dijeron “han exagerado” el concepto, los compañeros están “equivocados”.

Se sintieron los “pequeños burgueses” que no tuvieron la consecuencia de asumir el camino de las armas. Un sentimiento culposo les impedía criticar al violentismo senderista, y más aun oponerse y combatirlo frontalmente, como debió ser la conducta de una izquierda auténticamente socialista y democrática.

En los 40 años transcurridos, ha caído el Muro de Berlín, se ha producido la globalización, la pos modernidad ha propiciado una serie de cambios sustanciales en las percepciones y sensibilidades; Internet y la comunicación satelital nos inunda y transforma nuestro ser y hacer. ¿Puede explicarse que la retrógrada y dieciochesca ideología y sensibilidad violentista siga vigente? Parece que sí. Perú, país de inagotables sorpresas.

A estas alturas, con los cambios culturales y nuevas sensibilidades producidos, sostener que SL es una desviación del socialismo marxista, es tan absurdo como ver hogueras de la inquisición quemando seres humanos y decir: son excesos de la fe.

Pretender convertir en himno de la tierra mas sufrida, a la canción que simboliza la demencia terrorista y fratricida, es una verdadera necedad, un ataque de amnesia inaceptable. Están también los otros, los que consideran que los Derechos Humanos son una cojudez, que no hay necesidad de un Museo para recordar a nuestros hermanos caídos en las horas aciagas. Que el llamamiento a la concordia y pacificación no tiene valor.

Criticar esta irresponsable y suicida conducta es una obligación de quienes consideramos que la lucha por la justicia y la democracia sigue siendo tarea impostergable. Por que esta imperativa tarea solo puede realizarse generando la organización y movilización de los ciudadanos practicantes de sus derechos, son éstos los que forjan y construyen la sociedad de igualdad y libertad.

Las oleadas de terror y asesinatos contra dirigentes, organizaciones sociales y políticas, fue lo que aceleró la desorganización y desmovilización de los partidos políticos y gremios, limitando drásticamente su capacidad de defensa ante la ofensiva dictatorial que produjo el recorte de las libertades políticas, la eliminación de los derechos sociales y económicos que implementó el fujimorismo neoliberal.

No aprender de la historia, ni valorar la sangre derramada de los miles de peruanos y seguir “celebrando” una canción que simboliza el periodo más trágico y doloroso de los últimos 100 años de nuestro país, es inadmisible y debe ser rechazado por la memoria de nuestros muertos y el sufrimiento de toda la sociedad.

El Museo de la Memoria, a la luz de estas acciones, es más necesario que nunca.

PIE DE PÁGINA:
(1) Entrevista de María Alvarado a Ranulfo Fuentes, Suplemento La República, 22.12.1991

NOTA:
- Noticias SER agradece al autor la presente nota, en respuesta al artículo:
- Dolorier y la flor de Retama: pólvora y dinamita del corazón, en:
http://www.ser.org.pe/index.php?option=com_content&task=view&id=1349&Itemid=112



3 comentarios

  • Manuel Rodriguez Sunday 29 de November del 2009 a las 20:45

    Maga.
    Tu debes de ser APRISTA, y por lo tanto no tienes calidad moral para hablar de justicia. Ni de Libertad....
    En el Perú, se esta muriendo la gente de hambre, hay desnutrición crónica, analfabetismo, corrupción, a eso llamas libertad?
    la verdadera libertad esta en Cuba.
    Saludos Manuel

  • Luis Sunday 29 de November del 2009 a las 12:13

    Lo que se vé y escucha en las reuniones de todo tipo en Ayacucho es que cada ayacuchano se siente un heroe y que se sacrifica. Una mescla de Cristo, Tupac Amaru, San Martin, el Ché y Abimael. Alguien que quiere a la vez ser juez y victima de la injusticia. Extraña manera de vivir la pobreza.

  • maga Sunday 29 de November del 2009 a las 00:12

    Artículo muy interesante.Hay que aprender de la historia.Ya no existe la Unión Soviética,ni los países del bloque comunista, cayó el Muro de Berlín.Eso demuestra que el ser humano quiere vivir en libertad.Ahora soplan otros vientos.Debe haber justicia social pero sin gobiernos dictatoriales.Los extremos traen solo muerte y desolación.China hace rato que está cambiando. Permite gran cantidad de inversiones extranjeras, aunque no cuida el medio ambiente.Los cubanos empiezan a pedir un poco de libertad,piden comer mejor,quieren tener mini-negocios (que no les permiten)aunque están bien controlados por sus agentes de policía y hay gente que está en la cárcel por pensar diferente.No hay libertad de expresión.Los pocos periódicos que hay están controlados por el Estado.


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