Friday 29.03.2024 | Actualizado 11:08 (hace 1963 días)
A pocas horas de rememorar el nacimiento del “Niño Jesús” y que muchas personas lo buscan para redimir sus penas, no tienen que buscarlo; sino, debe estar en su casa y no se dan cuenta; como le sucedió a Marco Antonio Llano Gallegos, con su menor hijo Gabriel José de 4 años de edad, que el día jueves debutó en ajedrez, además de sabe leer, sumar y restar.
“Hoy (ayer), fue un día que no lo olvidaré fácilmente, porque mi hijo me pidió que ingresemos a la Escuela Superior de Formación Artística de Puno (ESFA), donde se realizaba el torneo de ajedrez. Era tanta su exigencia, que consulté a los organizadores y aceptaron”, narra papá Marco Antonio Llano Gallegos (PNP).
Vestido con polerita y gorrito de color rojo; pantalón de buzo azul y agarrado de la mano de su papá; Gabriel, espera con tranquilidad el llamado de los organizadores para volver a jugar otra partida de ajedrez. No era el clásico niño, inquieto y hablador.
Gabrielito, lo llamaremos así, porque al solicitarlo se sentó rápido para jugar con su señor padre y de inmediato inició la partida. En menos de 3 jugadas estaba tumbando a un peón y apoyando su mano en su rostro, esperaba el movimiento que haría su rival; su papá.
Interrumpimos la jugada para seguir indagando las habilidades de Gabrielito. “Al cumplir los 4 años, nos vio jugar con su tío. Preguntó para qué servían las fichas y cómo eran los movimientos de la piezas”, cuenta Marco Antonio y fue así que se inició en el ajedrez.
El pequeño debutante del deporte ciencia, es alumno del institución educativa inicial N° 294 de Aziruni Salcedo, en Puno, junto a los niños de 3 años de edad.
“Se está haciendo un problema las capacidades de mi hijo. No quiere estar junto a sus compañeritos, porque los trabajos que realizan le aburren. Nos entrevistamos con la especialista de la Región de Educación y comprobó que mi niño rinde como un niño de 6 años”, explica.
Al respecto le preguntamos a Gabrielito una sumatoria; cuánto es 8 más 5; mira a su padre, pidiendo autorización y en breves segundos, responde “tlece” y comprobamos su habilidad. Juega también ludo con sus papás y asegura ganarles a ambos.
En ese sentido, su padre invoca a las autoridades educativas, para que su menor hijo tenga la atención requerida y oportuna. “Es necesario que viaje a Lima para que le hagan un examen de coeficiente intelectual”, refiere, preocupado por que no pase el tiempo y evitar complicaciones en su proceso de aprendizaje.
Personas o niños con aptitudes de esta naturaleza, requieren de un espacio especial y en nuestra región no existen y para no perder talentos como Gabrielito, es necesario que las autoridades educativas les brinden la tención requerida.
Los padres "crean" a los superdotados. En Francia hay varios miles por año pero la mayoria terminan como debiles mentales pues es solo un deseo de los padres.
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