Quinua: Pasado, presente y una oportunidad para el futuro


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Escribe: Rene Erwin Roque Díaz | Economía - 11 May 2014


La historia nos conduce a miles de años (6000 a. C.), las culturas Tiahuanaco, Puquina, Pucaras y pacajes domesticaron este grano, conservándose de generación a generación, que al siglo XXI el alimento de pobladores pre incas trasuntó el mundo.

Las investigaciones sobre la composición de quinua datan del siglo anterior. El Boletín del Ministerio de Agricultura del año 1955, recoge información de una investigación realizada a partir del año 1924 por el Ing. Llanos Malpartida en el Perú. Similares estudios se realizaron el año 1933-1934, en Argentina por el Dr. J.A Domínguez. Más adelante, en 1933 el Ing. Martínez Claure reproduce tres análisis: Secretaria de Agricultura de los EEUU, Instituto de Altos Estudios Agrícolas del Perú (La Molina) y del químico Ramón S. Gonzales (Bolivia). En los análisis se informa el contenido nutricional, proteico y aminoácidos.

Años después, en 1949, Guzmán Barrón, realiza el análisis en variedades de quinuas de acuerdo al color. La Estación Experimental Agrícola de la Molina en 1950 efectúa el análisis químico de variedades.

En cuanto se refiere a la producción agronómica de la quinua se reportan trabajos de experimentación desde el año 1930 en la Estación Agrícola la Molina y en la Granja Kayra del Cusco en el año 1938 a cargo del Ing. Martínez Claure; a partir de 1947-1948 se experimenta la quinua en Puno, Junín y Cajamarca, a cargo del Ing José Calzada Benz, Jefe de Departamento del Estación Experimental la Molina, cuyos resultados fueron publicados en 1951.

La Universidad Nacional Técnica del Altiplano, el año 1962 promueve la investigación de la quinua e instituye el Fondo Simón Bolívar, siendo propulsor de este Proyecto el Ing. José Luis Lezcano Rivero y Mario Tapia; labor de investigación que ejercieron por muchos años, de permanente intercambio de trabajo con investigadores bolivianos (Cardozo, Gandarillas, Julio Rea); posteriormente tomaron la posta el Ing, Ángel Mujica, Alipio Canahua Roberto Valdivia, Vidal Apaza; y los jóvenes profesionales Renato Talavera, Eusebio Chura Vicente Alata y otros.

El resultado de este proceso son centenares de tesis de quinua archivadas en la biblioteca, constituyéndose el Banco de Germoplasma del Centro Experimental de Camacani, a 22 kilómetros de Puno. La Universidad debe propiciar el reconocimiento a estos profesionales, la
Facultad de Agronomía definitivamente tiene una deuda con estos investigadores.
Gratitud especial y recuerdo al señor Franco, quien el año 1963 instaló el primer snack de quinua en Puno, preparando el milslake de quinua y torta, en un local que se ubicaba en la cuarta cuadra del jirón Libertad.

En ese largo recorrido llegamos al 2013, “Año Internacional de la Quinua”, que con actitud mediática de personajes, se promocionan al más estilo farandulero, fotos, cámaras, eventos gastronómicos y ferias. En este contexto los resultados no han sido promisorios en favor de los productores; continuamos siendo furgón de cola, ignorados sin presencia significativa y trascendente.

En estos días en Puno se realiza interesante “XVI Feria Internacional de la Quinua y la Cañihua”, esperemos que sirva, consolide y acreciente el valor de cultivos andinos, originarios del altiplano y lago Titicaca. No debemos olvidar lo sucedido con la papa y alpaca, una nefasta exclusión por los gobiernos de turno.

Los granos andinos son ingredientes en la gastronomía nacional e internacional, decoran platos en restaurantes del mundo; revalorado como alimento cultural, alimento de indios en las mesas de los más empingorotados chefs de la culinaria universal, exquisitos, en un mercado de consumidores de diferente condición social.

Nos toca definir roles y políticas para el largo plazo; planificación, producción, comercialización, transformación; cuidando que agroexportadores dominen el mercado desde Lima, generando pingües ganancias en detrimento de los productores de la Región.

Por muchos años en los departamentos de Lima y Arequipa se promueven experimentaciones de siembra de quinua a través de políticas desde la sede del Ministerio de Agricultura. La Universidad Agraria la Molina, experimentó el cultivo con variedades adaptadas a climas de costa durante 10 años, obteniendo rendimientos de 6,000 kilos por hectárea. Arequipa en la presente campaña 2014, sembró 1,000 hás bajo riego. Lo que evidencia que la costa es una alternativa de producción de quinua convencional; lo mismo sucede en el mundo, en 77 países se cultiva quinua.

Ante una fuerte demanda en el mercado, los precios la quinua se han elevado considerablemente perjudicando el consumo popular de personas de bajos recursos económicos; actualmente en el mercado local la encontramos a 16.00 soles el kilo, en el nacional a 20.00 soles, internacional a 35.00, que hace atractivo a los actores de toda la cadena de valor del producto quinua.

Si las expectativas del mercado son altas, se hace necesario incrementar las áreas y los volúmenes de producción; en este escenario una alternativa es la costa, para ello se espera reconvertir la siembra de arroz por quinua; complementandose por factores técnicos que favorecen su expansión. La producción de arroz demanda un alto consumo de agua, 15,000 a 17, 000 metros cúbicos por hectárea por campaña, versus 5,340 m3 de agua en quinua. Producción convencional que se espera cubra la demanda de consumo nacional e internacional. El Estado iniciará el proceso de reconversión en la producción de arroz, en los valles de Camaná, Piura, Lambayeque, La Libertad, etc, sembrar 100.000 hectáreas de quinua. Mientras que las zonas arroceras serán trasladadas a la selva, cubriendo la producción arrocera del país, cuyo costo es menor por las condiciones agroclimáticas, caso la Región San Martín.

Ante este panorama, la Dirección Regional Agraria de Puno, tienen la responsabilidad del desarrollo político agrario de la Región y el desarrollo una actividad agraria competitiva en beneficio de los productores; en concertación con las direcciones de Producción, de Comercio y Turismo, Mesa de Concertación de Quinua, INIA y ONGs para proponer un Programa Integral de largo plazo.

No podemos permanecer inactivos ante políticas centralistas del Ministerio de Agricultura, e intereses de grupos económicos agroexportadores, con visión costeña tan usual y permanente, en detrimento de nuestro departamento. Es necesario que el Gobierno Regional lidere un programa para este cultivo en todos sus componentes, productivo, transformación, comercialización, investigación, innovación, cultural, turístico y medioambiental.

El contexto predetermina a desarrollar estrategias pragmáticas permanentes amparadas por un marco legal a través de una Ordenanza Regional, que garantice su cumplimento y ejecución, traspasando los gobiernos regionales de turno y que obligue a presupuestar recursos necesarios en responsabilidad de la Dirección Regional Agraria; bajo el concepto de políticas de soberanía y seguridad alimentaria, afrontar la desnutrición, uso de consumo obligatorio en programas sociales del Estado; sin dejar de lado la relación de este alimento con el turismo, la cultura, el folklore, en esa perspectiva deviene su promoción.

Motivar a empresarios puneños a incursionar en inversiones dirigidas a este sector; generar un valor agregado a través de la agroindustria, siendo necesario incentivar que capitales locales de la empresa privada intervengan en esta actividad.

Puno debe constituirse en el productor principal del Perú y el Mundo en producción orgánica, que las 32,000 hás que se siembran actualmente sean certificadas; requerimos la Zonificación Ecológica Territorial de Puno y proyección del cultivo para los próximos años.

La Universidad y el INIA, deben proponer un programa de investigación e innovación tecnológica de cultivos andinos, altamente especializada, además de semillas certificadas, suficientes, precoces, conservando la diversidad genética de variedades. También debe orientarse en el manejo de suelos, buenas prácticas agrícolas, mejora de rendimientos, dos siembras al año bajo riego y maquinaria adaptada para cosecha y postcosecha.

La participación de los productores es imprescindible, acompañada con un programa de crédito promovida por el Gobierno Regional, organización a través del sistema Cooperativo para desarrollar este programa.

Nuestras proyecciones de siembras y producción vayan acompañadas de asistencia técnica, financiamiento de entidades de cooperación internacional, a través de crédito, pudiendo el Gobierno Regional apalancar recursos del exterior aprovechando que nuestro mejor embajador es la quinua que traigan inversiones del exterior.

Resolver nuestras propias perspectivas de largo plazo es una obligación, acrecentar a nuestra cultura como depositario de este grano; coadyuvar a resolver problemas de hambre y desnutrición del Mundo para los más pobres y no sólo para las mesas de gente exquisita. Contribución de nuestra cultura en el siglo XXI, quechuas y aymaras sientan con orgullo, que la quinua se viste de gala y frac, reconocido por las razas del mundo.

La política centralista de desarrollar quinua en la costa, es un hecho inevitable. Adelantarnos para continuar siendo protagonistas pese a dificultades climáticas frente a la agricultura de costa que ofrece ventajas de productividad y producción; es nuestra obligación.

Si no asumimos el reto, en el corto plazo, Puno dejará de ser el primer productor de quinua o compartirá con otros departamentos del país, al igual que Bolivia. Es necesario ponernos a trabajar.


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