Los Andes

Según el politólogo norteamericano Francis Fukuyama, “el Capital Social es la capacidad que nace a partir del predominio de la confianza en una sociedad o en determinados sectores de ésta�. Según el sociólogo y politólogo también norteamericano Robert Putnam, “el Capital Social es un conjunto de lineamientos de la organización social tales como: los sistemas, las normas y la confianza, que facilitan la coordinación y la cooperación para el beneficio mutuo�. Estas dos conceptualizaciones tienen en común un aspecto fundamental para la vida en democracia: la confianza.

El crecimiento económico que venimos experimentando no ha venido acompañado (lamentablemente) del necesario incremento del capital social como nación. Entre los factores que pueden explicar este desafortunado fenómeno social peruano, me parece que el más relevante es la pérdida de la confianza de la población en sus autoridades. Al no haber confianza, no se puede incrementar el capital social peruano. La pérdida de confianza atenta directamente contra el fortalecimiento del régimen democrático. La falta de confianza en los partidos políticos hace muy difícil la institucionalización del diálogo y la concertación.

Quien ingresa en política debe caracterizarse por poseer un elevado grado de sensibilidad social. A la política se debe ingresar para trascender en la vida por medio del servicio y no para servirse. Debemos por lo tanto, tener mucho cuidado al momento de elegir a una autoridad política. En este contexto, llama la atención la cantidad de dinero que destinan algunos candidatos a sus campañas electorales sobre todo, al interior del Perú.

El término más adecuado para la cantidad de dinero involucrado en estas campañas es simple y llanamente, despilfarro. Es éste despilfarro precisamente, uno de los factores que genera desconfianza limitando de esta manera la posibilidad de formar Capital Social. La capacidad de los peruanos para trabajar juntos en torno a los grandes proyectos que necesitamos para llegar a ser un país del primer mundo, está en función de la disposición que tengamos para subordinar nuestros intereses particulares a los del Perú. Los despilfarros que se aprecian en las campañas de no pocos candidatos nos llevan a preguntarnos ¿cómo es que recuperarán lo “invertido�?

El avance de las tecnologías de la información y las comunicaciones hace posible la formación de redes de trabajo conjunto que facilitan la creación de Capital Social. Debemos optimizar el uso de este recurso.

Por otro lado, nuestra aún incipiente democracia hace posible la creación de espacios para el oportunismo político. La falta de apoyo a la institucionalidad en nuestro país, es también un factor que alienta la violencia y la corrupción. Tenemos que revertir esta situación. Mientras no formemos Capital Social, más ardua será la tarea.

El día que tengamos confianza en nuestros congresistas, en nuestros ministros, en nuestros alcaldes, en nuestros presidentes regionales, en nuestros jueces, en la policía, en los empresarios, en los medios de comunicación y demás actores clave de nuestra vida política y económica, seremos otro país.

Aunque la tenencia de recursos naturales no asegura nuestro crecimiento económico ni el desarrollo humano de nuestra pluricultural y pluriétnica población, tenemos actualmente todas las condiciones para ser un país desarrollado. Nos falta generar confianza en las instituciones. Nos falta incrementar nuestro Capital Social. La clase política tiene un rol fundamental en este aspecto. La reducción de la pobreza, la igualdad de oportunidades basada en la meritocracia, el acceso a la educación pública de calidad y gratuita, el acceso universal a los servicios de salud y la seguridad social, el acceso al empleo digno y productivo y el fortalecimiento de las familias, no es tarea de sólo la agrupación política en el poder, es tarea de todos. El día que tengamos el debido capital social, ¡al Perú no lo para nadie!