Reuniones anuales 2015 del FMI y BM en Lima



Escribe: Alberto Quintanilla Chacón * | Economía - 18 Oct 2015


Entre el 5 y el 12 de octubre del 2015, en Lima, se han llevado a cabo las reuniones anuales de los Gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI ) y del Banco Mundial (BM), correspondientes al 2015, donde han concurrido representantes de alrededor de 180 países del mundo y se ha contado con la presencia de Christine Lagarde, Directora Gerente del FMI; Jim Yong Kim, Presidente del Banco Mundial, los Premios Nobel Joseph Stiglitz (2001), Paul Krugman (2008), y el actor y activista político Sean Penn; en forma paralela se realizaron actividades alternativas a las posturas de ambos organismos, contándose con la participación de Joseph Stiglitz, con docentes y estudiantes universitarios y dirigentes de organizaciones populares.

El FMI, en uno de sus boletines, publicados por medio de internet, define al BM y se define como:

“El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial son instituciones que forman parte del sistema de las Naciones Unidas y comparten un idéntico objetivo, a saber, mejorar el nivel de vida de los países miembros. Las formas en que encaran la consecución de este objetivo se complementan entre sí: el FMI se ocupa de cuestiones macro económicas, mientras que el Banco Mundial se concentra en el desarrollo económico a largo plazo y en la reducción de la pobreza”.

Ambos organismos fueron creados después de la Segunda Guerra Mundial, en julio de 1944, en la Conferencia Internacional de Bretton Woods, en New Hampshire, Estados Unidos. En la práctica, se han constituido en las entidades que diseñan las políticas económicas internacionales, a nivel macro, y también diseñan las políticas económicas internas de los países que las integran.

Para entender el funcionamiento, la influencia y la importancia de estos organismos multinacionales, tenemos que compararlos con lo que es la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), para los países, en los que se practica el deporte del fútbol.

En estos organismos (FMI, BM y la FIFA), los países se adhieren en forma voluntaria, aceptando las reglas que se les exige para pertenecer a ellos, pero así como es muy difícil que el Perú se desafilie en materia de fútbol, es difícil que se desafilie y se ponga al margen del ámbito y competencia del FMI y del BM.

Tanto el FMI como el BM, cuando le prestan dinero a un país, no es importante el monto de dichos préstamos, sino las condiciones que los países aceptan al otorgárseles los préstamos; en la práctica son cartas de presentación o certificados de “buena conducta” que reflejan que han aceptado las condiciones que les imponen.

Con dichos certificados, los países, las empresas transnacionales, sabrán cuales son los países que aceptan y aplican las políticas diseñadas, sugeridas tanto por el FMI como el BM.

Es ya tradicional que las políticas que sugieren e imponen estos dos organismos internacionales, son de corte liberal o neo liberal, defendiendo las libertades del mercado, la libre competencia, atendiendo a la pobreza y las desigualdades con políticas asistencialistas y de caridad, que terminan favoreciendo la concentración de la riqueza, sobre las políticas re distributivas e inclusivas.

En las reuniones del FMI y el BM, y en las reuniones “alternativas” que se han desarrollado en Lima, la segunda semana de octubre, como ya es tradicional, se han puesto en debate el diseño de políticas para enfrentar la pobreza y la extrema pobreza, que azota alrededor de un tercio de la humanidad, las profundas desigualdades entre las economías de los países.

Las políticas oficiales del FMI y del BM, plantean enfrentar la pobreza de los pueblos, impulsando el crecimiento económico de los países, para que con la mayor riqueza que se genere, esta llegue mediante un sistema de vasos comunicantes o de “chorreo económico” a los sectores pobres y marginados.

Estas políticas económicas también sugieren la necesidad de impulsar el desarrollo tecnológico de economías de los países sub desarrollados, o del tercer y segundo mundo, como se les llama a los países de economías pobres con grandes desigualdades, como las de América Latina, África y Asia.

Las posiciones “alternativas” plantean, sin descartar las dos anteriores, la necesidad de implementar políticas económicas, re distributivas de la riqueza que generan nuestras economías, además que las políticas económicas que se o implementen respeten la naturaleza y el medio ambiente, es resguardo de las generaciones presentes y futuras.

También se plantean, como lo ha hecho Joseph Stiglitz, la necesidad de implementar políticas responsables en la explotación de materias primas, en particular los recursos mineros.

Los recursos mineros son recursos temporales, que no se renuevan, que se agotan, que en entre 20 a 30 años de explotación intensa, como las actuales, se van a acabar; su explotación es altamente contaminante del medio ambiente, por lo que deben ser explotados en forma responsable, no para ilusionarse con los grandes ingresos en el corto plazo, sino pensando en el largo plazo.

La corrupción en la economía, tanto en los gobiernos como en las grandes empresas o transnacionales, es un factor que debe eliminarse o controlarse para que haya la posibilidad de implementar políticas de explotación de nuestros recursos primarios, mineros, en forma responsable.

También se ha debatido, aunque en forma tangencial, las negociaciones sobre los Acuerdos de Libre Comercio, en particular se ha conocido que el Perú viene negociando, en “secreto”, compromisos de respeto a los derechos de autor, o descubrimientos de nuevos medicamentos; cuando la mayoría de países de la Comunidad Andina aceptan 5 años, el Perú se allana a que sean 8.

La economía peruana es pequeña y dependiente de la demanda de las materias primas que exporta, principalmente oro y cobre, resultado del modelo económico neo liberal, desde hace décadas, basado en exportaciones primarias mineras, lo que hace más urgente la necesidad de diversificar nuestra economía, dejando de ser una economía primaria, minera exportadora, impulsando el desarrollo de otras actividades económicas, como el turismo, la industria, servicios y la institucionalidad del país.

Para esto necesitamos que nuestros gobernantes tengan un proyecto de desarrollo, que piensen en las mayorías, sean honrados y no corruptos, y tengan la voluntad política de cambiar y renovar en bien del país, con una vocación “preferencial por los pobres” y las mayorías.

(*) Docente de la Facultad de Ingeniería Económica de la UNAP

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