Los Andes

Nuestra región, antes departamento de Puno, hasta 1876, año en que se realiza el Tercer Censo Nacional de población y el primero confiable, tenía la mayor población (259,449 habitantes), por encima de Cusco (243,032 habitantes) y Lima (que tenía 225,800). A su vez, era un departamento rico comparado con los otros del Perú, como señala Pedro Planas en su libro “La descentralización en el Perú republicano 1821-1998).

Todas las economías tienen excedentes económicos, que son la riqueza o bienes que nos sobran después de haber satisfecho nuestras necesidades; estos excedentes económicos tienden a acumularse en los sectores más dinámicos de la economía.

Esta acumulación de los excedentes económicos implica una transferencia de valor y riqueza, que crean las economías, que entran en relación e intercambio de las de menor desarrollo, con menores niveles tecnológicos en favor de las más desarrolladas, con mayores niveles tecnológicos.

Las economías campesinas transfieren excedentes económicos en favor de las ciudades, la agricultura en favor de la industria, las provincias hacia la capital, necesitamos políticas de desarrollo económico que hagan más uniforme el crecimiento y desarrollo de un país y territorio; de no aplicarse, veremos cómo el centralismo sigue avanzando, hasta convertir a Lima en una urbe macro cefálica y a las provincias en débiles y famélicas masas.

En la actualidad, la región de Puno es la quinta más pobre del Perú, después de aquellas que lo son por la irracional explotación de sus recursos naturales mineros, como Huancavelica, Cajamarca, Cerro de Pasco y Huánuco, debido a que viene sufriendo un estancamiento tecnológico, ya que sigue produciendo papa y otros productos agropecuarios, como lo hace desde hace más de un siglo.

Por las migraciones, por las cuales miles de puneños salen expulsados por la pobreza y falta de oportunidades, ha dejado de ser el departamento más poblado para, en la actualidad, ser quinto departamento en población después de Lima, La Libertad, Piura y Cajamarca.

Los emigrantes de Puno, cuyo destino principal es Lima, la capital del país, también prefieren irse a las regiones del sur, como Arequipa, Tacna, Moquegua, Cusco, Madre de Dios.

La región de Puno, para lograr su desarrollo y recuperar el sitial que tenía en los años del inicio de la República en 1821, necesita superar sus deficiencias, para lo cual se requieren medidas en la largo, mediano y corto plazo.

En el largo plazo, necesitamos mejorar la calidad de la educación, con el compromiso de los padres de familia, profesores y autoridades. Los países que han logrado su desarrollo, o están en vías de lograrlo, han invertido recursos humanos y capitales en mejorar la calidad de la educación, como ha sucedido con los llamados “Tigres del Asia�, Uruguay, Chile, los países escandinavos, etc.

Es necesario también mejorar los niveles tecnológicos, para lo cual hay que realizar investigaciones científicas, para mejorar la productividad y revertir el estancamiento económico por el que atraviesa nuestra región.

En el mediano plazo, necesitamos aprovechar nuestra ubicación geográfica, en el Altiplano, que es una área de articulación económica y social de la región de Puno, de las regiones del sur del Perú y de esta parte central de América del Sur, abarcando a Bolivia, al norte de Argentina y Chile, así como al sureste del Brasil.

Como parte de este aprovechamiento, hay que implementar un re ordenamiento territorial, para hacer una región descentralizada, con buenas vías de comunicación, con corredores complementarios y alternativos, tener dos vías principales de acceso y articulación con La Paz - Bolivia, además de la carretera por Desaguadero, integrarnos por un carretera que vaya de Juliaca, Huancané, Moho Tilali, Puerto Acosta, La paz, también la carretera que pasando por Lampa, articule a las regiones de Arequipa y Cusco.

En el corto plazo, necesitamos que nuestras autoridades regionales y municipales tengan una gestión eficiente, capaz de tener altos porcentajes de ejecución presupuestal en inversión; asimismo, que en presupuesto nacional tengamos una participación por lo menos proporcional al 5% de la población nacional que tiene Puno, o el 6% del territorio nacional y no al 3%, como es en la actualidad.

Es urgente que nuestras autoridades demuestren una conducta proba, ajena a toda sospecha de corrupción, empezando por el Presidente Juan Luque Mamani, quien debe esclarecer las sospechas de actos ilegales en la adquisición de bienes inmuebles en la Universidad Andina Néstor Cáceres Velásquez, cuando él era Rector de dicho centro de estudios, o por manejar la región de Puno, como si fuera un conjunto de prebendas a repartir entre sus allegados y entorno más próximo.

Para exigirle al Gobierno Central que nos asigne un presupuesto de por lo menos el 5% del Presupuesto Nacional, similar al porcentaje de población del país que tiene Puno, teniendo en consideración sus niveles de pobreza. Necesitamos, pues, autoridades que sean eficientes en la ejecución de los presupuestos que actualmente se nos asignan.