Demarcación territorial continúa


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Escribe: Rolando Waldo Gómez Poma | Editorial - 02 Sep 2015

Luego de una paralización del proceso de demarcación territorial fronterizo con la región de Moquegua, a consecuencia de una acción constitucional de amparo, con la finalidad de revertir el trabajo realizado consensuadamente entre las comisiones regionales y la participación del ente central, ahora el trabajo continuará; pero ante el revés legal, el procurador del Gobierno Regional de Moquegua tiene la doble instancia con la previsibilidad de que el ente jurisdiccional emita su veredicto, confirmando la apelada y nuevamente el revés para sus pretensiones. Pero lejos de las constantes idas y venidas politiqueras por parte de las autoridades vecinas y su ímpetu expansionista, las zonas en “litigio” tienen posiciones encontradas y esa forma de actuar se basa netamente en los “beneficios” que recibe por parte de uno u otro gobierno regional o provincial; esa forma de pensar es negativa para las aspiraciones reivindicativas de nuestra región.

Es cierto que por historia y tradición, los territorios reclamados como suyos por moqueguanos y tacneños, son puneños, existen pruebas documentarias que en su debido momento fueron valoradas y expuestas para que los “expansionistas” no sigan con su propósito segmentario, pero el afán de apoderarse de extensas llanuras con ingentes recursos naturales es una pera dulce que no puede pasar desapercibida para los vecinos “ambiciosos”. Lo contrario ocurre con nuestras autoridades, quienes lejos de incidir en políticas de cohesión unitaria regional, se enfrascan en luchas intestinas administrativas (quien tiene mayor poder y como demuestra ese poder encaminando contratos con proveedoras, planillas fantasmas, contratos de personal a dedo,…) ladinas y procaces, abandonando sus obligaciones al mando del gobierno regional, municipios provinciales y distritales.

Si las políticas del gobierno regional y municipales puneñas no llegan con énfasis, continuas y consistentes, lamentablemente nuestros hermanos tendrán que refugiarse con la otra oferta, porque los moqueguanos no escatiman esfuerzos para proporcionar los servicios de salud, con medicamento incluido, construcción de establecimientos educativos, entre otros beneficios que no encuentran en su gobierno regional; ojo, estos puneños no reniegan de su región de origen, reniegan de sus autoridades que no les brindan el apoyo que ellos requieren, entonces las pretensiones separatistas de los pueblos fronterizos también son una forma de llamar la atención, como el recientemente actuar de pobladores de la selva puneña, que se sienten más afines al Gobierno Regional de Madre de Dios y reniegan de la región Puno, claro que siempre existen “intereses” soterrados tras esas propuestas.


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