La Virgen de Candelaria, Patrona de las Islas Canarias



Escribe: Pacha J. Willka | Nacional - 07 Feb 2010

Los puneños enraizados con las costumbres de nuestro pueblo, conservamos en el centro de nuestra alegría cardiaca y en la energía muscular de nuestra biodinámica, las chispas de entusiasmo y vitalidad aprendidas en las fastuosas fiestas de la Candelaria. A lo largo del tiempo todos los febreros, cientos y miles de bailarines en calles y plazas realizan su arte, en conmemoración y devoción a una graciosa Virgen: la mamita Candelaria; sin embargo, pocos de ellos sabrían que en el mundo hay otras Virgen Candelaria, a las que sus pueblos también les rinden pleitesía. El presente artículo nos habla de una de ellas, allá, al otro lado del Atlántico, perdida en la costa de un archipiélago, a la que llaman cariñosamente: La Negrita. Ésta, quizás, fue la primera de todas las “Candelarias”.

Escenificacion de los guanches hallando la Virgen de la Candelaria en las Islas Canarias.
Escenificacion de los guanches hallando la Virgen de la Candelaria en las Islas Canarias.

No es aventurado asegurar que la historia de la Virgen de la Candelaria tiene un sólo origen, y en el caso del ámbito hispanoamericano, dos hilos conductores en su tradición. El origen evidente está en las “escrituras sagradas”. La infinidad de imágenes de la mencionada Virgen tiene en común que muestran lo mismo: una madre sosteniendo a su bebe en un brazo y en el otro un cirio.(1) Es la imagen de la presentación que María hizo de Jesús en el Templo, pasados los “días de su purificación”. Y los hilos conductores de su tradición, son la presencia e influencia de la orden de los dominicos, por un lado; y la especial confrontación espiritual entre conquistadores y conquistados, por otro.

Antes de entrar en el tema, es necesario recordar que fue en el Concilio de Éfeso, en 431, cuando un prolífico escritor, Cirilo de Alejandría, defendió el título de “Madre de Dios” para la Virgen María. A partir de entonces, según enseña la mariología, se le invocó por haber sido la persona más cercana a Cristo: sólo ella era la “intercesora” entre la humanidad caída en pecado y Dios. Era —por decirlo con lenguaje actual—, la “línea directa” para ser oído y por tanto favorecido. Así, la importancia mariana fue creciendo con los siglos, de lo que dan testimonio sus abundantes representaciones iconográficas, santuarios y lugares de peregrinación desperdigados en diferentes lugares del planeta.

Los dominicos, la peste de fines del Siglo XIV y la multiplicación de las vírgenes

En 1214 el francés Domingo de Guzmán, fundó la Orden de Predicadores que posteriormente se había de conocer, en su honor, como los dominicos. Aunque ya existía otra orden, fundada por el italiano Francisco de Asís —ambas mendicantes—, la primera se “especializó en contrarrestar las herejías de aquel tiempo”, lo que la llevaría, con los años, a participar en la supervisión de la Inquisición. Ilustres dominicos fueron Fra Angelico, Tomás de Aquino, Alberto Magno, Vicente de Beauvais o el Maestro Eckhart. Los dominicos fueron importantes evangelizadores de las colonias españolas en América (v. gr. Santa Rosa de Lima, fue una monja de la Tercera Orden de los Dominicos).

A mediados del s. XIV, transmitida por ratas y pulgas, llegó desde China y se extendió por Europa una mortal enfermedad: la peste negra, trayendo muerte, desolación y desastre. Alcanzó Constantinopla en 1347, París y la costa sur de Inglaterra en el verano de 1348, y más tarde se desparramó por el resto del continente. La exterminadora peste bubónica (2), causó estragos entre aquella gente ignorante de bacilos y bacterias. La Iglesia y los moralistas opinaron entonces que se trataba de un castigo de Dios por los pecados cometidos por la humanidad, y consecuentemente exigieron una regeneración moral de la sociedad. El miedo a la muerte, y al Juicio Final provocado por la epidemia, incrementó la fe en la Virgen y sus prácticas suplicatorias: el rosario, el novenario y las letanías. En algunas áreas los apestados fueron un tercio de la población y en otras la mitad (3).

La producción de estatuas y esculturas marianas se multiplicó, y las apariciones de vírgenes también, respaldadas por clérigos, capellanías, órdenes, parroquias y obispados. Los milagrosos acontecimientos son precisamente coetáneos o posteriores a la letal peste bubónica, con excepciones como la de Montserrat, la Virgen Negra o Moreneta, venerada desde el siglo XII. (4) Veamos algunas: Nuestra Señora de Cz%u0119stochowa es venerada en esta localidad polaca desde comienzos del siglo XIV. El culto a la mexicana Virgen de Guadalupe nació de una aparición, en este caso al indio Juan Diego en 1531, en el cerro del Tepeyac. La Virgen María no sólo surgió ante sus ojos sino que ¡le habló en lengua náhuatl! En el s. XIX se produjeron más apariciones y a cada fenómeno extraordinario surgió un santuario: Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en París, en 1830, Nuestra Señora de Lourdes en Francia, en 1858, Nuestra Señora de Knock en Irlanda, en 1879 y Nuestra Señora de Fátima en Portugal, en 1917. Y a orillas del Titicaca, en Copacabana, sorprende, el caso del inca Francisco Titu Yupanqui.

Pues bien: una de las vírgenes de ébano, es precisamente la Virgen de Candelaria, venerada en el municipio del mismo nombre, en Tenerife, una de las Islas Canarias.

Las Canarias: De territorio guanche a comunidad autónoma de España

El archipiélago canario no siempre fue español. Sus siete islas y varios islotes, pertenecieron durante muchos siglos a los guanches(5) y a otras etnias. Se sabe que, desde 1291, comenzaron a llegar al archipiélago diversas expediciones genovesas y, más tarde, aragonesas y mallorquinas. Castellanos y portugueses, en la ruta hacia África, consiguieron después de muchos años invadirlas y finalmente conquistarlas, gracias a dos promotores: el noble normando Juan de Béthencourt y Gadifer de La Salle, al servicio de Castilla. Hoy el archipiélago constituye una 17 de las comunidades autónomas de España, y sus ciudades principales son: Las Palmas de Gran Canaria (354.863 hab), Santa Cruz de Tenerife (188.477 hab), y San Cristóbal de la Laguna (128.822 hab).

Un pueblo llamado Candelaria

A 19 km. al sur de Santa Cruz de Tenerife, a las orillas del mar, se encuentra el pueblo marinero de Candelaria, de unos 20 mil hab, en el que se alza la Basílica de la Virgen de la Candelaria, Patrona de las Islas Canarias. Candelaria, cuyo nombre precisamente viene del de su Virgen —y no al contrario como podría pensarse— es un municipio de zonas muy diferenciadas en cuanto a sus condiciones climáticas. En las cumbres la vegetación es casi siempre de pinares, y en la costa predominan las tabaidas (árbol caducifolio de tronco recto y excelente madera, originario de las Antillas), y los cardones (cactácea de la familia de las euforbiáceas). Gran parte del municipio en sus zonas altas, está catalogado como Parque Natural de un gran valor forestal, por sus pinares y sabinas. El pueblo de Candelaria cuenta con varios núcleos urbanos que por su población y sus recursos son tan importantes como su capital, pero aventaja al resto como el lugar por excelencia de las historias y leyendas religiosas. Peregrinos y romeros visitan Candelaria para rendir tributo a la Virgen. Por su hermoso paisaje y su proximidad a la capital, es una localidad elegida como segunda residencia de los vecinos de la capital tinerfeña.

Los guanches, un hallazgo y una cueva

Iban —cuenta fray Alonso de Espinoza (6)— dos cabreros guanches a encerrar su ganado a las cuevas, por la playa de Chimisay, —al sureste de la isla de Tenerife—, cuando notaron que el ganado se remolinaba y no quería entrar. Buscando la causa vieron sobre una peña, casi a la orilla del mar, una imagen que creyeron estar animada. Como estaba prohibido a los hombres hablar o acercarse a las mujeres en despoblado, le hicieron señas para que se retirase a fin de que pasase el ganado. Pero al querer ejecutar la acción, a uno de ellos el brazo se le quedó paralizado; y el otro pastor al querer herirla con su cuchillo, se hizo daño a sí mismo. Asustados, los pastores fueron a la cueva-palacio del mencey (rey) de Güimar, llamado Acaymo, y le refirieron lo acontecido. Éste fue a verla con sus consejeros y decidió llevarla a su cueva. Lo consiguió, no sin muchas dificultades, y la imagen fue colocada en la cueva llamada Chinguaro o Achbinico, donde permaneció por espacio de muchas décadas.

Según algunos acuciosos investigadores, en realidad, lo que ocurrió no fue que los antiguos habitantes canarios vieran en la imagen hallada a la Virgen María, sino que gracias a la cosmovisión de los guanches, la imagen representó para ellos a "La Madre del sustentador del cielo y tierra" (en idioma guanche: Axmayex Guayaxerach Achoron Achaman o Chaxiraxi). Por eso la conservaron de manera especial y le rindieron cierto culto públicamente en la cueva. Tampoco está claro quién y cuando la talló, y por qué apareció en esas aguas canarias. Otras versiones apuntan que la imagen habría sido llevada a Tenerife por frailes mallorquines, produciéndose un sincretismo religioso. La Vírgen de Candelaria quizás hubiera sido identificada con el sol (Magec), deidad femenina para los guanches.

Un esclavo guanche evangelizado reidentifica la imagen

El archipiélago Canario era visitado por europeos en expediciones de reconocimiento o en razias de esclavos, pero también por religiosos en pretensión evangelizadora, antes que se produjera la conquista y anexión política de las islas. Acompañando a los castellanos llegaron los primeros clérigos, entre los cuales, obviamente, se encontraba el propio Alonso de Espinosa, dominico influenciado por Bartolomé de Las Casas. Ya en el siglo XIV estaba formado un obispado en Telde, Gran Canaria.

Fue entonces que un joven guanche, que ha pasado a la historia el nombre cristiano de Antón, reconoció a la Virgen María en la imagen de la cueva: Él, años atrás había sido capturado como esclavo por los castellanos y llevado a la península, pero logró escapar y regresar a su isla. Algunos mencionan que se convirtió en custodio de la imagen en la gruta de Achbinico; es de presumir, sin embargo, que si el guanche fue cristianizado, entonces fue el informante ante los clérigos, de la existencia de la “virgen” en poder de su etnia. Los sacerdotes, muy probablemente dominicos, interpretaron la situación como un acto pagano en toda regla. De esta manera, y como está documentado y probado en un sinfín de casos en muchos lugares de América, se concretó la tan conocida “extirpación de idolatrías”: al culto pagano se le superpuso el culto mariano, y la “deidad guanche” pasó a ser la Virgen.

La cueva: primer templo de Candelaria

Podríamos imaginarnos el momento del “hallazgo”: uno o más sacerdotes ingresando a la cueva de Achbinico y encontrando la imagen iluminada por el la luz de los fuegos. La Virgen, por tanto, no podía ser otra que la Candelaria, cuya fiesta es el 2 de febrero(7). Aún existe hoy el lugar al que se llama La Cueva de San Blas. Con el correr de los años, la imagen fue objeto de veneración, y muchos fieles recibieron gracias y se convirtieron en sus devotos. De ahí que se pueda hablar que dicha cueva fue el primer “templo” católico de la isla, donde se celebró la primera misa en 1497.

Efectivamente, Octavio Rodríguez Delgado escribe que, una vez acabada la conquista, el 2 de febrero de 1497 el segundo adelantado Pedro Fernández de Lugo (8) celebró la primera fiesta de la Purificación o de las Candelas en la cueva de Achbinico, con todo su ejército y los guanches sometidos, que fueron bautizados y obligados a sacar a la imagen en procesión.

Desde entonces, salvo algunos conflictos en los que llegó a intervenir la Corona, los descendientes del guanche converso Antón y de otros aborígenes tinerfeños portaban a la Virgen. Este hecho también se deja constatado en la Historia de la Devoción del Pueblo Canario a Nuestra Señora de Candelaria, del presbítero José Rodríguez Maure. Hay que deducir, que la imagen, a partir de esa misa y de esa fecha, toma el nombre de Candelaria.

Una gran mayoría de inmigrantes que llegaron a América, a partir de la conquista, fueron canarios. El propio Pedro Fernández de Lugo realizó una expedición en 1536 a Santa Marta (Colombia), en la que probablemente reprodujo ritos, ceremonias, advocaciones y cultos, dentro de ellos en de la Virgen de Candelaria. Se dice que Hernán Cortés llevaba al cuello una medalla de esta imagen. Y también es del todo probable que fueron los dominicos los que la introdujeron al Perú (y a Bolivia).

Sincretismo, conquista y coloniaje

En el lugar de la aparición hoy día se levanta una cruz y el santuario a Nuestra Señora del Socorro; y en la cueva, una capilla. De esas remotas épocas existe la leyenda que, durante algún tiempo, la propia Virgen no estaba contenta con ese templo por lo que por las noches, “de modo sigiloso e inexplicable”, la imagen volvía a la cueva; lo que demuestra que su condición ambivalente, guanche-cristiana.

En la década de 1530, se hicieron cargo, oficialmente, del santuario los religiosos dominicos, que fundaron su primer convento. A ello se suma que una bula del Papa les concedía, poco después y a perpetuidad, la imagen y el santuario de la Virgen de Candelaria, honor que continúa en la actualidad.

El 26 de marzo de 1599, la Virgen fue declarada Patrona Universal del Obispado de Canarias por bula del papa Clemente VIII, gracias a lo que, a lo largo del siglo XVII la devoción a la Candelaria «fue muy grande, siendo la Virgen muy venerada por los navegantes y vecinos de todas las Islas e, incluso, muy conocida en la Península». En esto influyó también que, en 1596, el futuro rey Felipe III se hubiese declarado protector y patrono de la Santa Imagen, cargo que mantuvieron sus sucesores. El monarca, tras subir al trono, se declaró patrono del Convento Real de Nuestra Señora de la Candelaria.

Además de los marqueses de Adeje, otras familias principales de la Isla también fabricaron sus casas en la calle de San Blas, algunas de hasta dos pisos, como los Baulén, Montemayor, Guerra o Calzadilla. Frente a estas mansiones, a la orilla del mar, se levantaron pequeños albergues u hospederías para los peregrinos, propiedad del convento, que hacia 1882 ya se encontraban en estado ruinoso.

El templo, sus frustrados traslados y sus reconstrucciones

El cronista oficial de Candelaria, Octavio Rodríguez Delgado, destaca que, durante todo el siglo XVI y hasta el año 1668 —fecha en la que el Rey tuvo que pronunciarse—, duró la incertidumbre de la estabilidad del Santuario y de la Virgen, pues se intentó el traslado a otros lugares en repetidas ocasiones, entre ellos a Santa Cruz, La Laguna, Güímar, Arafo, El Rosario o Puerto de la Cruz. «Las razones alegadas eran, además de la aridez de la comarca, su aislamiento y soledad, que lo exponía a un golpe de mano de los piratas, y a las malas comunicaciones con la ciudad de La Laguna, por entonces capital de la Isla y que fue la más empeñada en llevarse a la Virgen», explica Rodríguez Delgado.

Otro cronista, Rodríguez Maure, en su obra Historia de la Religión en Canarias, de 1957, explica extensamente esta lucha por retener la imagen en Candelaria. En 1668 ocurrió el hecho que casi puso fin al conflicto: por una sequía persistente, se acordó llevar la imagen a La Laguna. El Cabildo se reunió ese 20 de marzo para discutir qué hacer y, entre las múltiples propuestas, "los más opinaron que se hiciera en el Valle de La Orotava, en el sitio denominado La Paz, sobre el Puerto de la Cruz". Se produjo un tumulto que, incluso, trató de llevarse a la Virgen a la fuerza. «Serenado el motín y tras un debate, se acordó devolverla y que nunca jamás se pudiera volver a tratar la traslación del santuario», refiere Rodríguez Maure. Tras lo que se procedió a construir la primera Basílica, a la que la imagen se trasladó el 2 de febrero de 1672. Sin embargo, este acuerdo no supuso el cese de las intentonas, ya que en el siglo XVIII a punto estuvo de trasladarse la Virgen al convento de Güímar y a La Laguna, en este caso tras el incendio de la primera basílica.

El 2 de febrero de 1672 se consagró la primera basílica de Candelaria, dada la pequeña capacidad y estadio ruinoso del santuario anterior, un templo nuevo de tres naves y que fue destruido por un incendio —al igual que el convento— el 15 de febrero de 1789, reduciéndose a cenizas el archivo, así como la importante biblioteca de la Basílica contigua. Religiosos y vecinos lograron salvar la imagen de la Virgen y otras tallas, que albergaron en la cueva de San Blas, donde permanecieron 14 años.

Pese a esta multitud de intentos, los tinerfeños y la orden de los dominicos consiguieron que la Morenita se quedara en Candelaria.

Desaparece la imagen y se encarga la talla de la actual

En 1803 se puso la primera piedra de la segunda basílica, sobre el terreno de la anterior destruida, con planos del arquitecto Manuel Martín Rodríguez. Pero las obras de este templo de tres naves quedaron paralizadas en 1817, cuando ya estaban levantadas las paredes y las columnas. La Virgen, entonces, se trasladó a la capilla del convento. De esta capilla, lamentablemente, la imagen (la que fue encontrada por los guanches) desapareció el 7 de noviembre de 1826, en medio de un fuerte temporal de lluvia, vientos e inundación, que destruyó la destruyó.

Fue entonces que los frailes dominicos encargaron una nueva talla al escultor de La Orotava, Fernando Estévez del Sacramento, quien ejecutó la imagen actual con originalidad de artista y en fidelidad a las líneas fundamentales de la anterior: color moreno y candela en la mano izquierda, que es la que actualmente podemos observar en Basílica, y una de cuyas notables características es la inclinación de la cabeza del niño hacia abajo. Esta hecha de ébano, como se ha mencionado ya. Su rostro moreno surge de una especie de toca. Una preciosas coronada se posa sobre su cabeza.

En 1830 esta imagen fue bendecida y creció su devoción. A solicitud de las autoridades locales, el Papa Pío IX , (la Santa Sede) a través de la Congregación para los Ritos la declaró Patrona Principal del Archipiélago Canario a la Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de la Candelaria el día 12 de diciembre de 1867. Fue coronada canónicamente el 13 de octubre de 1889. El Papa León XIII emitió el decreto de la coronación de la imagen. La coronación la realizó el Obispo de Tenerife Don Ramón Torrijos, Delegado del Papa León Xlll. Fue ésta de Candelaria la quinta imagen mariana de España en recibir la coronación canónica, tras las de El Pilar (Zaragoza), Covadonga (Asturias), Montserrat (Barcelona) y los Desamparados (Valencia).

La construcción de la Basílica

Ya se ha mencionado que la Virgen de Candelaria tuvo sucesivos templos, desde las cuevas de la época de Güimar, la de San Blas, pasando por las sucesivas iglesias que se construyeron, o se iniciaron y nunca pudieron culminarse. «La historia del Santuario de Candelaria acumula tragedias y reconstrucciones por incendios, lluvias torrenciales o terremotos debidos a erupciones volcánicas», escribe Onia Galdón. Tras 86 años de ausencia, los dominicos regresaron a su convento de Candelaria, con todos los derechos, el 9 de julio de 1922. Cuatro años después se decidió reiniciar las obras de la Basílica en el cerro de la Magdalena, con planos del arquitecto Aliot, pero por problemas de terreno se desechó dicho lugar.

Se pensó entonces en un proyecto más modesto, que se encargó al arquitecto Laredo, dirigido a terminar la Basílica iniciada en 1803 e interrumpida catorce años más tarde, en el lugar que ocupa el actual santuario. Un proyecto que comenzó en 1934 y se abandonó dos años después.

Años después, la labor del obispo Domingo Pérez Cáceres, primer tinerfeño puesto al frente de la Diócesis Nivariense fue decisiva desde que tomó posesión, en 1947, pues comenzó la recaudación para financiarla. Hubo una importante colaboración de los canarios emigrados a Hispanoamérica. Él y el arquitecto isorano Enrique Marrero Regalado —que no cobró por su trabajo pues falleció antes de estar concluida—, consiguieron dotar a la Morenita de la Basílica que tanto tiempo se deseó. Tras diez años de trabajos y superar los más de 7 millones de pesetas presupuestados para la obra inicialmente, la actual basílica se consagró el 1 de febrero de 1959 por el nuncio del Papa en España, ciento ochenta años después que un incendio destruyera la anterior iglesia. Se trata de un inmueble de dimensiones considerables, con capacidad para 5.000 personas. El conjunto arquitectónico fue declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento, en abril de 2005.

El año pasado se conmemoró el cincuentenario de la Basílica con un extenso, variado e importante programa de actividades y celebraciones. Se estrenó la Misa para la Conmemoración, del compositor de la Villa Emilio Coello. El nuncio, Manuel Monteiro de Castro, rememoró aquella importante fecha para los candelarieros y presidió la eucaristía. La celebración del medio siglo de existencia de la Basílica se complementó con una solemne procesión de autoridades. El Ejército del Aire, cuatro cazas F-18 sobrevolaron el cielo de Candelaria como homenaje a la Virgen. Entre otros actos, además, el Ayuntamiento viejo albergó una exposición sobre los 50 años de historia de la Basílica.

Notas 1. «La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda... ...conforme a los días de su menstruación. Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación. » Levítico, 12, 2-4. 2. Llamada bubónica por causar cefalea, náuseas, vómitos, dolores articulares, e inflamación de los ganglios linfáticos de la ingle, axila y cuello, los bubones. 3. Boccaccio, en el Decamerón, menciona que murieron 100 mil personas en Florencia; es decir, casi la totalidad de su población. 4. Algunos escultores utilizaron para la talla de imágenes religiosas y otros objetos suntuarios una madera de color castaño característico, dura, de textura muy fina y moderadamente lustrosa, muy apreciada en ebanistería: el ébano. A veces su color rosado oscuro se oscurece con la luz adquiriendo una tonalidad tipo chocolate. Sin duda, una de sus características fue decisiva para elegirla en la confección de vírgenes, y es que es duradera, resistente a los ataques de hongos y termitas, aunque susceptible a la acción de ciertos escarabajos barrenadores. 5. Guanches.- Aborígenes de las Islas Canarias. Eran pastores de cabras, ovejas y cerdos; cultivadores de trigo, cebada y habas; y recolectores de moluscos. Los antropólogos opinan que los guanches son individuos cromañoides descendientes de los norteafricanos y, por otro, mediterranoides capsienses. Habitaban sobre todo en cuevas naturales y artificiales. Lamentablemente su lengua se extinguió. Sus gobernantes se llamaban “mencey”. 6. Fray Alonso de Espinosa escribió la historia en 1594 (no sin disolver en el ella su ingrediente católico), pero ésta se remonta a los últimos años del s. XIV, (algunos autores señalan 1390 ó 1391). 7. La palabra candelaria, efectivamente, viene de candela. La fiesta de la Candelaria, cuyo origen es bíblico como vimos, según algunos historiadores fue establecida en el año 541 ó 542 por Justiniano I; sin embargo, es necesario anotar que prácticas ancestrales relacionan el fuego con la purificación. 8. Hijo del militar español Alonso Fernández de Lugo que intervino en la conquista de las islas Canarias. En 1478 desembarcó en Gran Canaria. Nombrado gobernador del castillo de Agaete, realizó diversas expediciones para acabar con la resistencia de los canarios. En 1483 capturó al jefe local Tensor Semidan, con lo que la resistencia anticastellana desapareció en la isla. Intervino en la conquista de La Palma, siendo nombrado, en 1492, gobernador de esta isla. Sofocadas todas las resistencias de los indígenas palmeños, dejó como teniente a su sobrino Juan Fernández de Lugo y, financiado por mercaderes genoveses, emprendió la conquista de la isla de Tenerife. Después de una derrota en el barranco de Acentejo, reorganizó sus tropas y sometió definitivamente a los guanches. En 1503 fue nombrado adelantado de Canarias. Murió en San Cristóbal de la Laguna, en 1525 dejando en el cargo a su hijo Pedro.


4 comentarios

  • Lourdes Monday 08 de February del 2010 a las 23:38

    Lectores y amigos Canarios: bienvenidos a la celebración de la Fiesta de la Virgen María de la Candelaria, en Puno-Perú,ciudad peruana a orillas del majestuoso Lago Titicaca.Quizás el 2011. Vale la pena !!!!!!Una celebración común en el alma de los pueblos.
    Ya visitaremos Santa Cruz de Tenerife para empezar y luego otras ciudades de las Islas Canarias.

  • Canarió Monday 08 de February del 2010 a las 07:19

    La Virgen de la Candelaria es la Patrona de la provincia de Santa Cruz. La Virgen del Pino la Patrona de la provincia de Las Palmas. La virgen de la Candelaria NO es la patrona de las Islas Canarias. En Las Palmas tenemos a la Virgen del Pino y que nadie la ignore, por favor. Hay que informarse mejor, no cuesta nada.

  • Canariona Monday 08 de February del 2010 a las 06:39

    Perdona Crowe que discrepe, Santa Cruz de Tenerife no es la capital de Canarias, es la capital de la provincia de Santa Cruz que conforma las islas de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro. La otra capital es Las Palmas que conforman las islas de Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y la Graciosa, es decir, la Comunidad Autonoma de Canarias tiene dos capitales, Las Palmas y Santa Cruz.

  • crowe Sunday 07 de February del 2010 a las 04:28

    Santa Cruz de Tenerife tiene una población de 222.417 hab no de 188.477 hab, ademas es la capital de Canarias, y por otro lado Tenerife tiene 899.833 hab, la isla más poblada de España. La primera aparición identificada con la Candelaria es la de Canarias y de ahí se propagó américa. Y si por lo menos el autor se informa.


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