Friday 19.04.2024 | Actualizado 11:08 (hace 1985 días)
En su tercer día de visita a Lima, los príncipes Akishino de Japón, Fumihito y su esposa Kiko, visitaron esta mañana el museo y ruinas de Pachacámac, al sur de la capital, donde conocieron parte de los vestigios del Perú antiguo.
El itinerario de la realeza oriental se inició al promediar las 10 de mañana en el Museo de Sitio de Pachacámac, donde se exhiben cerámicos y textiles hallados durante las investigaciones realizadas en el complejo arqueológico prehispánico.
Acompañados por la ministra de Cultura, Diana Álvarez Calderón; el viceministro de ese sector, Luis Jaime Castillo; y la directora del Museo, Denisse Possi–Scott, los príncipes mostraron su interés por las imágenes del Dios Pachacámac y de los quipus (conjunto de nudos y cuerdas usado para la comunicación y para contar).
Tras la visita al museo, recorrieron parte de las ruinas en un espacio denominado Calle Norte Sur o ‘Calle de los Peregrinos’, donde se hacían ofrendas a los Dioses. Este contexto histórico fue explicado en inglés por el viceministro Castillo.
Posteriormente, continuaron con la visita guiada por el Templo del Sol, dedicado para rendirle tributo a esta figura de importancia en la época inca, y el Templo Pintado, considerado como el santuario más grande la costa peruana.
Artesanía y textiles
Durante la jornada, el hijo del emperador nipón Akihito y su esposa también visitaron los talleres de los artesanos ayacuchanos asentados en el Barrio de Artesanos Ychmay – Wari, en Lurín.
En estos lugares, se le detalló el proceso de creación de los conocidos retablos, hechos con harina de trigo y yeso cerámico; y de los tejidos basados en la iconología de las culturas Wari y Chancay hechas con piel de oveja.
Los príncipes, que fueron acompañados a estos centros por el alcalde de Lurín, Jorge Marticorena, recibieron obsequios de los artesanos, como un retablo de grandes dimensiones y tejidos hechos a mano.
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