Fiesta de la Virgen de la Candelaria, fiesta mundial


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Escribe: Julio César Quijhua | Nacional - 01 Feb 2015

Esta edición de la festividad de la Virgen de la Candelaria debería ser, sin duda alguna, la más ostentosa y fastuosa de todas las que se han realizado hasta el momento, pues será la primera que se efectúe bajo la nominación de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, que le otorgó la UNESCO en diciembre del año pasado.


Esta edición de la festividad de la Virgen de la Candelaria debería ser, sin duda alguna, la más ostentosa y fastuosa de todas las que se han realizado hasta el momento, pues será la primera que se efectúe bajo la nominación de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, que le otorgó la UNESCO en diciembre del año pasado.

Y es que Puno, aunque siempre es el lago Titicaca, las chullpas de Sillustani o las islas de los Uros, ahora es más que nunca la festividad de la Virgen de la Candelaria. Sus calles, por eso, trasuntan emoción y nerviosismo, inocente ímpetu que evidencia la fragilidad de sus encantos y libertades.

Pero esto no es de ahora. El patronato de la mamita Candelaria sobre nosotros se remonta centurias atrás. Si no, sólo recordemos a los puneños del siglo XVIII, que presenciaron en carne propia el milagro que, hasta el día de hoy, nos convence de su divinidad.

Fue exactamente el 12 de mayo de 1781, luego del cuarto y último ataque de las fuerzas patriotas a los tres cercos instalados, en esta parte del país, por parte de los ejércitos realistas.

En ese entonces, los pobladores asediados, temerosos por la inminente toma de la ciudad, se encomendaron a la Virgen de la Candelaria, a la que sacaron en procesión durante toda la noche (hasta horas antes del anunciado ataque), pidiendo protección y ayuda.

Y sucedió el milagro. Inexplicablemente, los patriotas se replegaron y dejaron la ciudad en paz. Este acontecimiento, señala el historiador René Calsín, “quedó en la memoria de los puneños como un milagro de la Virgen de la Candelaria.”

Es desde entonces que le profesamos nuestra fe voluntariamente, pues nuestra ciudad nunca estuvo bajo su advocación de forma oficial.

SU LLEGADA A PUNO

La llegada de la virgen de la Candelaria al altiplano puneño, sin embargo, es anterior a este acontecimiento. Se dio, aproximadamente, hacia 1696, según lo hace constar el obispo de Paz de ese entonces, Juan Quiepo Llano y Valdéz, quien escribió: “(Huancané) tiene tres viceparrochias, una, en la estancia de Toquepani; otra en la estancia de Ynchupalla (…;) otra, en la estancia de Arcani, distante 9 leguas del pueblo, con la advocación de la Candelaria”.

En tanto, en las villas y pueblos aledaños, que hoy conforman la región Puno, desde comienzos del siglo XVIII, la imagen de la virgen de la Candelaria fue entrando en los hogares de los nativos y españoles, y ganando fe y devoción gradualmente.

En otra escritura, fechada el 1 de agosto de 1707, por la cual Felipe Valdez alquilaba al Marqués de Villa Rica (hijo del acaudalado minero José Salcedo, que dirigió la rebelión de Laykakota), se consigna "dos tabernas doradas con sus imágenes en bulto en el uno de la de un crucifijo y en el otro de una señora de la candelaria".

En otro documento, que era la memoria testamental de Catalina Gayoso (fechado el 29 de febrero de 1752), se registra: "Declaro por mis vienes una Caja de la Ymagen de Nra Señora de Copacabana y otra de bulto de la Candelaria sin bestuario […]".

Desde esta época, el nombre y la imagen de la virgen de la Candelaria irían “in crescendo” en la región. Tal es así, que los pobladores de Puno, aproximadamente en 1750, logran refugiarla en el templo San Juan Bautista, en el parque Pino, de donde nunca más se movería.

SUS FIESTAS

No sólo se dan en el Perú, aunque es aquí donde se le venera con emoción más entrañable y perdurable. Comienzan también el 2 de febrero en Tlacotalpan, en Veracruz (México), Suaita (Colombia), y Mata de Alcántara (España), donde los actos celebratorios se extienden por varios días, igual que en nuestro país.

En Canarias (España) también se celebra la Fiesta de la Virgen de Candelaria, aunque el 15 de agosto, lo mismo que en el norte de Chile, en la ciudad de Copiapó, con bailes religiosos y mucho fervor popular, llegando a convocar a más de 150 mil personas. Esta celebración, cabe mencionar, es la tercera fiesta religiosa más grande de Chile.

En nuestra región, las celebraciones son más prolongadas y fastuosas. La devoción del pueblo puneño por su patrona es rigurosa y enfebrecida. Año tras año, ella es adorada, admirada y festejada por las principales calles la ciudad, en donde los fieles le agradecen sus bendiciones y le piden, con el corazón, paz y armonía para sus vidas.

Y es que actualmente, en esta parte del altiplano, la mamita Candelaria está asociada a la Pachamama, al lago Titicaca, a las minas y al trueno; además de simbolizar, también, la pureza y la fertilidad. Es por ello que en su fiestas, sin cesar, Puno le ofrenda su cultura y su riqueza ancestral.

Las fiestas inician cada 24 de enero y culminan casi siempre el 18 de febrero, como obertura del Carnaval. En este periodo, con ferviente devoción, se congregan casi un centenar de bandas musicales, y se reúnen, asimismo, alrededor de 200 mil turistas.

Los 18 días que dura, pues, son una verdadera fiesta. A esto contribuyen, decididamente, los concursos de danzas, que se exhiben en un número aproximado de 200, entre autóctonas y de trajes de luces, así como la tradicional parada de veneración a la Virgen. Todo, o sea, es color, alegría, regocijo y confraternidad.

Los actos preparatorios, es menester precisar, se dan con ocho días de anticipación. Comienzan cada 24 de enero y culminan el 31 del mismo mes. Se les denomina “las novenas” y se realizan en el santuario de la virgen, en el templo San Juan Bautista, a donde los feligreses concurren con un rictus de religiosidad.

Pero es el primero de febrero cuando la fiesta, verdaderamente, comienza. A las dos de la madrugada. Todo tiene lugar, en ese instante, en el cerro Azoguini. Desde allí, las melodías festivas se dejan oír, hermosas, hasta que amanece, que es cuando se inicia la caminata hacia el santuario para celebrar la Misa de Albas.

Ese mismo día, aunque en la tarde, se realiza la “entrada de cirios”: se trata de la caminata de los alferados hasta el santuario de la virgen portando cirios. Asimismo, se hace la “entrada de kapos”: los alferados presiden un pasacalle en la ciudad, cargando en llamas y burros la leña que posteriormente será quemada en el Atrio del Santuario de la Virgen.

Tras de ello, se efectúa la Misa de Vísperas en el Santuario de la Virgen. Tras de ello, se queman fuegos artificiales en el atrio del templo. Allí se sirven ponches a los invitados y amigos; toda esta labor, como las anteriores, está a cargo de los alferados de la fiesta.

El día central de la fiesta es el siguiente, el 2 se realiza, al amanecer, una visita a los cementerios, una misa comunitaria, la Misa de Fiesta, y, posteriormente, la procesión por las calles de la ciudad. Paralelamente, se realiza el “Gran Concurso de Danzas Autóctonas”, en el estadio Enrique Torres Belón.

Siete días después, se realiza la octava de la Festividad de la Virgen de la Candelaria. El acto central es la Santa Misa, luego de lo cual, aproximadamente a las dos de la tarde, se inicia la procesión de la Virgen. Al mismo tiempo, en el Torres Belón, se realiza el “Concurso de Trajes de Luces”.

La Veneración de la mamita Candelaria, al día siguiente, se hace a través de la Gran Parada Folklórica, que recorre las principales calles de la ciudad. En este acto, como en todos los demás, es frecuente la presencia de las autoridades locales, provinciales y regionales.

Finalmente, se realiza el Cacharpari, que no se trata sino de la misa de despedida de la Virgen de la Candelaria. Hay danzas también en este acto. Y hay compromisos para el próximo año. El recorrido final, luego de las ceremonias, se hace en dirección al Arco Deustua. El Cacharpari, cabe indicarse, se prolonga de 8 a 10 días.

ESTE AÑO

La edición de este año, a diferencia de las que se hicieron antes, tiene un agregado especial: La declaración de la festividad de la Virgen de la Candelaria como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por parte de la UNESCO, en diciembre del 2014.

Es por ello que los preparativos son más prolijos y estudiados. Porque ahora los ojos del mundo están sobre nosotros. Porque nuestra organización y nuestra devoción, como nunca, ahora serán observadas por todo el mundo. Eso hay que enfatizarlo.


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