Alberto Quintanilla: La izquierda peruana, o se une o se hunde


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Escribe: Alberto Quintanilla Chacón* | Nacional - 19 Apr 2015


En política, las denominaciones de izquierda y derecha ayudan a ubicar en el espectro político a los distintos actores, a partir del sentido de sus posiciones, ante los problemas cotidianos que se enfrentan en la sociedad.

Estas denominaciones se originaron en la Revolución de la Comuna de París, donde el primero de octubre de 1791, comenzaron las sesiones de la Asamblea Legislativa después de la aprobación de la primera Constitución de la historia de Francia, a cargo de la Asamblea Constituyente.

Los diputados que se sentaron: la derecha, los Feuillant, monárquicos y conservadores, defendían el Antiguo Régimen; y los que se sentaron a la izquierda, los jacobinos, representantes del pueblo llano, que eran contrarios a la monarquía y a los privilegios del régimen anterior.

Desde ese entonces se identificó a los políticos de “izquierda” como los que querían el cambio, el progreso, a partir de las modificaciones de un estadio social, en el cual había desigualdades entre los distintos componentes de la sociedad, por lo que quienes querían cambios eran los que no estaban de acuerdo con el orden de cosas vigente.

Los políticos, a los que se identificó como de “derecha”, fueron los que estaban en contra de los cambios, ya que de producirse, ellos perderían todos o algunos de sus privilegios.

Los humanos somos seres que vivimos en colectividad, con el fin de hacer más fácil o viable la vida y la satisfacción de nuestras necesidades, por lo que entablamos relaciones sociales en distintos aspectos de la vida, dando lugar a las sociedades, las que a su vez se organizan distribuyendo, en su interior roles y funciones, dando origen a la autoridad y al ejercicio del poder, naciendo así los estados.

El estado, siendo la sociedad organizada, tiene entre sus componentes a personas que son diferentes, algunas con mayores virtudes y a otras con algunas desventajas, por lo que se tienen que asumir funciones de solidaridad y de protección a los sectores que tienen desventajas respecto a otros con mayores ventajas.

La sociedad necesita de la “izquierda” política para que haga contrapeso a las posiciones de la “derecha” política. Es así que las conquistas sociales de las ocho horas, el derecho al descanso semanal, las vacaciones, la estabilidad laboral, el salario mínimo, las mejores condiciones laborales, el respeto al medio ambiente, son el resultado de las posiciones de la “izquierda” política, frente a las posiciones de la “derecha”, que basa sus posiciones en defensa de la libertad individual, la competencia, el avance de unos sobre los otros.

En el quehacer político, de los estados y sociedades, se necesita de agrupaciones políticas fuertes, sean de “derecha” o de “izquierda”; en el Perú hemos tenido a lo largo de la historia expresiones políticas de ambos sectores; sin embargo, en los últimos tiempos se viene dando una crisis del sistema político en su conjunto, en gran parte como resultado de la destrucción sistemática del mismo, que implementó desde posiciones contrapuestas la dictadura de Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, el accionar terrorista de Sendero Luminosos y, en menor medida, el llamado MRTA.

Esta crisis política de los partidos políticos peruanos, a afectado a los partidos y organizaciones de izquierda, quienes cometieron en el error de dividirse por posturas ideológicas intolerantes, entre ellas, lo que produjo las derrotas electorales que la han puesto en una delicada situación, donde está en cuestión su vigencia legal.

Para enfrentar esta situación y la coyuntura electoral de las elecciones generales del 2016, se están gestando algunos bloques electorales de izquierda, el primero es el que encabeza Marco Arana, con el Partido Político Frente Amplio, que es un cambio de nombre de Tierra y Libertad; y el otro frente es el que se está gestando a partir de la inscripción legal del Partido Humanista, que lidera Yehude Simon Munaro, en que participan Ciudadanos por el Cambio, de Siomi Lerner, ex aliados del Partido Nacionalista Peruano, de Ollanta Humala; Fuerza Social, de Susana Villarán, así como fuerzas regionales, no quedando claro la participación del Partido Comunista del Perú, Patria Roja.

Las discrepancias se perfilan porque el primer frente no está de acuerdo con una alianza con Yehude Simon Munaro, por sus responsabilidades en el llamado “Baguazo”, el resultado de la gestión de Susana Villarán al frente de la Municipalidad de Lima Metropolitana, y la participación de Siomi Lerner y otros integrantes de Ciudadanos por el Cambio en los primeros años del gobierno de Ollanta Humala Tasso.

La situación por la que atravesamos nos obliga, a los izquierdistas, a poner por delante los intereses de las mayorías, que necesitan de una “izquierda” que la represente y defienda, no una “izquierda” sectaria, intolerante y dogmática; necesitamos una profunda renovación, incluida la generacional.

La unidad de “izquierda” es necesaria para evitar una inminente derrota electoral y pérdida de casi toda representación legal congresal, debemos intentarla con nuevos liderazgos, que puede ser, por ejemplo, la candidatura presidencial de Verónica Mendoza o Maritza Glave.

(*) Docente de la Facultad de Ingeniería Económica UNA

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