¿El peor enemigo de un peruano es otro peruano?


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Escribe: José Luis Ayala | Nacional - 26 Jul 2015

FOTO: Internet
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Para fundamentar nuestra tesis, acudimos a algunas fuentes históricas que luego nos permitirán esclarecer algunos conceptos, que es necesario volver a pensar. Quien primero planteó el problema en el siglo pasado, respecto al concepto de nacionalidad, fue José Carlos Mariátegui, al afirmar: “El Perú es todavía una nacionalidad en formación”. 1 Luego, Jorge Basadre, en “Perú problema y posibilidad”, reflexionó acerca de lo que podemos y debemos ser. Enseguida, Edmundo Guillén Guillén planteó la urgencia de fundar y articular una “República andina”. Alberto Flores Galindo, en “Buscando un inca: Identidad y utopía en los Andes”, teorizó a través de un ensayo acerca de las corrientes ideológicas para entender mejor el pasado y avizorar el futuro. Los trabajos de Aníbal Quijano inciden en la mentalidad colonial y proceso de decolonización política como cultural. El libro de Gonzalo Portocarrero: “La urgencia por decir ‘nosotros’. Los Intelectuales y la idea de Nación en el Perú republicano”, reclama la responsabilidad de conocer mejor el pasado común, para tener fe en el futuro en la Nación Peruana.

La pregunta es, entonces: ¿El Perú es una nación? Las respuestas que hasta ahora se han formulado tienen sin duda un marcado sesgo conceptual euro-limeño centrista y académico. En cambio, el primer “Manifiesto de quechuas y aymaras desde el Titicaca a la Nación Peruana”, correspondiente al año 2,000 en referencia al siglo XXI. 2 Así como el “Manifiesto de ciudadanos quechuas, aymaras y de la Amazonía Peruana”, correspondiente al 2,008, 3 tienen un distinto contenido ideológico. La diferencia consiste en que aymaras, quechuas y ciudadanos amazónicos, han empezado a pensar y analizar sus propias realidades, y ya no necesitan de intérpretes, ni científicos sociales que hablen en nombre de ellos, y digan cómo deben pensar, qué quieren y sobre todo, qué es lo tienen que hacer.

Es innegable el texto que se refiere al Contexto actual: “La realidad peruana de este tiempo exige ahora una nueva lectura, porque los hechos del pasado inmediato no son los mismos pero se han dado nuevos acontecimientos; sin embargo, no han favorecido a la formación de nuevos conceptos para un análisis adecuado de la realidad que hoy enfrentamos. Pensamos, por lo tanto, que es necesario emitir un nuevo manifiesto, acorde al tiempo histórico que nos ha tocado vivir en respuesta a los nuevos desafíos y esencialmente, reconociendo la necesidad de alentar y encausar los movimientos políticos dispersos, que son una respuesta a una nueva crisis del Estado Peruano”. 4

¿Existe la Nación aymara? Por supuesto, es una sola e indisoluble. Tiene sus orígenes en el ‘purum pacha’; es decir, cinco siglos antes de la invasión española y ataque al sistema de administración incaica (mal llamado imperio incaico). Además: ¿Cuántas nacionalidades ocultas, negadas y subterráneas hay en el Perú? No se trata de un fraccionamiento irracional, sino de un evidente reconocimiento a peruanos que hablan otros idiomas, que sufren la misma frustración y hastío de siglos. Pero tienen fe en que algún día se hará realidad la leyenda del Incarri. Que no está lejos el regreso del Thunupa como inevitable llegada de Pachacuti. Sin embargo, dialécticamente hablando, el Perú es una sola nación, dentro de la cual coexisten otras fragmentadas e invisibilizadas.

De modo que cuando aparecieron paneles en algunas avenidas de Lima con la frase: “El peor enemigo de un peruano es otro peruano”, expresó la típica forma hispano-criolla de pensar el Perú como si no fuera una nación. Demostró una evidente falta de conocimiento de lo que somos. Tradujo una mentalidad derrotista de corte colonial, destinada a destruir la autoestima de millones de peruanos. Vino a ser una expresión de quienes creen que la mayoría de peruanos carecemos de memoria social, capacidad crítica y autoestima. No importa para qué estuvo destinado un mensaje tan ofensivo, lo que interesa es qué se ha conseguido con una afrenta a lo que realmente somos.

Hasta que se conoció el nombre de la entidad que había financiado los panales con esa infeliz frase lesiva a la esencia de la peruanidad. La gerenta de Marketing del BCP, Anna Lenka Jáuregui, dijo que se trataba de una campaña publicitaria para las Fiestas Patrias, llamada “Pacto Peruano”. Sin embargo, las explicaciones que esgrimió no fueron suficientemente convincentes. Lo cierto es que no había necesidad de realizar una nefasta acción, usando una frase que ni siquiera los peores enemigos del Perú la han mencionado.

Pero la afrenta pública, tal vez se hubiera quedado en el Perú, sino que además se publicitó por Internet para difundir una desgraciada frase que a todos nos ha dolido. En términos personales, deseo decirle a la señora Anna Lenka Jaúregui: Yo no soy enemigo de ningún peruano. No odio a ningún peruano. No siento desprecio por ningún peruano. No tengo rencor contra ningún peruano. No soy un resentido ni amargado contra otro peruano. No azuzo el odio ni diatriba contra otro peruano. Aunque a veces siento que hay envidia por lo que hago, pero yo no tengo la culpa de frustraciones personales ajenas, ni puedo hacer nada. Al contrario, provengo de una cultura de la solidaridad humana, de la participación social y permanente ayuda mutua.

Los aymaras no son enemigos de los aymaras, somos hermanos de sangre y cultura, aunque algunos aculturados se crean hispano-mestizos. Los quechuas no son enemigos de los quechuas, aunque no faltan quienes asuman poses de la cultura dominante. Los aymaras no son enemigos de los quechuas y viceversa. Entre los seres humanos de las comunidades nativas, no se ven como enemigos, sus enemigos son las transnacionales y a veces el Estado. Lo que sí hay en el Perú es la lucha permanente de estamentos sociales y que es el motor de la historia. Se trata de una realidad y un proceso innegable como indetenible, por más programas sociales asistenciales que se implementen para contener el proceso histórico. Hay también una cultura dominante y culturas dominadas, todos los días se libran batallas sordas por la sobrevivencia de millones de peruanos que no alcanzan a tener lo mínimo para sobrevivir. Ese es un problema de fondo que falta resolver.

¿Por qué los Ministerios de Cultura, Educación y Relaciones Exteriores, no emitieron un comunicado censurando y protestando, frente a una afrenta pública que daña la identidad cultural plural, la memoria social y autoestima nacional? La respuesta es que ninguna tiene interés ni coordinan una política cultural por el acrecentamiento ni defensa de la nacionalidad. Cada una acciona como una isla que nada tiene que ver con la realidad, la cultura, educación y mucho menos con la Nación Peruana. En ningún país del mundo se hubiera dado una campaña tan deleznable. Eso desgraciadamente solo puede ocurrir aquí.

De allí que la crisis actual por la que desgraciadamente atraviesa del Perú, no se solucionará con la elección de un nuevo gobierno que otra vez prometa hacer lo que no se hizo en doscientos años de vida republicana. La respuesta es refundar el Perú, proponer que una Asamblea Constituyente promulgue una nueva Constitución Política para una nueva realidad y desafíos del siglo XXI. Pero ningún peruano es enemigo de otro peruano. Sembrar y alentar la segregación, la división, la desunión, el menosprecio, ver a otro peruano como enemigo, antagonista, opositor y adversario, no contribuye para cimentar una visión de futuro. Sin embargo, hay un enemigo común que mantiene la coloniedad y no permite consolidarse al Perú como una Nación soberana. Eso sí es verdad.

1.- José Carlos Mariátegui. 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Librería Editorial Minerva. Pág. 25. 1975. Lima.
2.- José Luis Ayala. Aymar marka. Nación Peruana. Fondo de Cultura Económica. Págs. 272-284. 2009. Lima.
3.- José Luis Ayala. Aymar marka. Nación Peruana. Fondo de Cultura Económica, Págs. 284-290. 2009. Lima.
4.- José Luis Ayala. Aymar marka. Nación Peruana. Fondo de Cultura Económica. Pág. 285. 2009. Lima.


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