Los Andes

Alberto Quintanilla: Antenas, Estado, cáncer y progreso

1.- El Estado, como la sociedad organizada en cuyo interior se distribuyen roles y funciones, y porque a través de él se ejerce autoridad y poder, tiene su origen desde que el ser humano aparece en la naturaleza, como un ser social por excelencia, que siempre vive en grupo, en forma colectiva.

El Estado es un medio para lograr una mejor satisfacción de las necesidades humanas, también es el mecanismo como se ejerce el poder entre los humanos, la explotación de unos a otros, donde las diferentes clases sociales tienen diferentes ubicaciones, roles o estatus.

El Estado Peruano actual tiene muchas deficiencias y limitaciones, es un Estado ineficiente, corroído por la corrupción, constituyéndose en la práctica como una traba para avanzar en la superación de los problemas y limitaciones que tiene nuestra sociedad.

Para salir del atraso y avance en superar nuestros problemas, necesitamos que el Estado cumpla algunos requisitos mínimos:

a. El estado debe ser transparente; que los gobernantes no sean corruptos, que los mecanismos y procedimientos que tenga el Estado sean lo menos permisibles a los actos de corrupción de los gobernantes, funcionarios y empleados del Estado.

b. Debe ser eficiente; que sus procedimientos sean simples, comprensibles; necesitamos un gobierno electrónico, aprovechando las potencialidades en el manejo de la información, actuando con celeridad en el enfrentamiento e implementación de soluciones a los problemas de la sociedad.

c. Debe ser neutral en su papel de resolver los conflictos que se dan entre los ciudadanos del país, en la regulación de las relaciones.

d.- Debe incorporar todos los cambios y progresos para entrar a la modernidad en forma competitiva, utilizar los avances electrónicos.

Un Estado electrónico, que pueda contar la información necesaria para la toma de decisiones, en forma rápida; los trámites deben no solo ser simples y comprensibles, sino resueltos con la velocidad que le permiten las tecnologías electrónicas, internet, etc.

2.- El Estado que necesitamos es el Estado basado en los principios liberales, que se constituyeron con tres grandes procesos liberales, que sentaron las bases de las Repúblicas Democrático Liberales en los siglos XVIII y XIX:

La Independencia de los Estados Unidos, que fue proclamada el 4 de julio de 1776.

La Revolución Francesa, la Comuna de París, con la toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789, que puso fin a las monarquías y el feudalismo, para dar paso al capitalismo liberal.

La Independencia de los países de América Latina, empezando con la Independencia de Haití en 1804, hasta la independencia del Perú, el 28 de julio de 1821.

Estos procesos revolucionarios constituyeron Estados republicanos, democráticos, liberales, basados en los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad, que separaron los intereses económicos de los políticos y separaron también las creencias religiosas del ejercicio del poder, desde los estados.

La exigencia de que nuestros Estados sean consecuentes con los principios liberales, nos debe permitir Estados más transparentes, eficientes y modernos, que a su vez nos permitan seguir luchando hasta lograr una sociedad más justa, sin explotación del hombre por el hombre, sin exclusiones sociales, con igualdades y oportunidades para todos.

Ser liberales consecuentes es sentar las bases para caminar a una sociedad socialista.

3.- Desde hace algún tiempo, se vienen dando, principalmente en ciudades como Puno y Juliaca, protestas de ciudadanos en contra de la instalación de antenas para los servicios de telefonía celular, que no usan conexiones físicas mediante cables, sino que utilizan las ondas electromagnéticas.

Las protestas en contra de estas antenas tienen lugar por la sospecha de que harían daño a las personas, produciendo enfermedades como el cáncer, dañando el sistema inmunológico y probablemente generando otras enfermedades.

Surgiendo la contradicción, necesitamos y queremos entrar en la modernidad,contactarnos con el mundo a través de la telefonía, el internet, y a la vez tenemos dudas y sospechas sobre los probables efectos negativos de las antenas, sin las cuales es imposible acceder a los medios de comunicación y conexión modernos.

No deberíamos oponernos a la instalación de estas antenas, pero sí exigir que se cumplan todos los requisitos, licencias y trámites legales, que nos den la certeza que los daños que nos puedan causar sean los menores posibles.

La densidad de antenas por habitante que tenemos en el Perú es bastante menor a ciudades como Nueva York u otras capitales de países de América Latina; es mucho menor en ciudades como Puno y Juliaca. Seamos abiertos para entrar en la modernidad, tomando todas las previsiones posibles, disminuyendo los riesgos.