Modus operandi: La corrupción policial nuestra de cada día


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Escribe: Los Andes | Nacional - 26 Jul 2015

La avaricia, el impudor y la alevosía, jugaron un papel muy importante, el 2012, en tres efectivos policiales de la Comisaría de Zepita, en la provincia de Chucuito, quienes pretendieron quedarse con cerca de 40 mil nuevos soles, producto de la intervención a una pareja de esposos que reingresaba al Perú, luego de una venta de oro en Bolivia.


Los esposos Raúl Edgar Calla Quispe (45) y Honorata Aquino Quispe (47), quisieron burlar al Estado al no declarar a la administración tributaria que llevaban consigo la considerable suma de 82 mil nuevos soles, producto de una venta de oro en Bolivia. Todo iba bien para ellos, pues ingresaron al país sin problemas; sin embargo, todo se les vino abajo en Zepita.

En esta parte de la provincia de Chucuito, ambos fueron detenidos por miembros de la Policía Nacional del Perú y, al no saber explicar las razones de lo que calificaba como un delito de defraudación tributaria, fueron conducidos a la comisaría del sector, para ser investigados y esclarecer los hechos.

Fueron, según se determinó tres años después, el SOT1 Baltazar Huilcahuamán Quispe (43), la Teniente PNP Sidlia Miranda Amasifuen (encargada de la comisaría) y el PNP Segundo Zúñiga Coaguila, quienes los recibieron en la dependencia policial, donde todo adquiriría tintes penosos de corrupción y vergüenza.

Y es que, en aquel entonces, los efectivos incautaron a los esposos la suma de 82 mil soles, que estaban cuidadosamente agrupados en fajos de billetes, de tal forma que podían esconderse sin problemas en la ropa o en algún otro lugar, sin mayores problemas.

Pocos minutos después, el fiscal adjunto Héctor Huacasi Llavilla, de la Fiscalía Mixta de Desaguadero, llegó a la comisaría para tomar las acciones pertinentes, pero grande fue su sorpresa al verse engañado, no solo una vez, sino dos, por los malos policías.

Según se puede apreciar en un video grabado por él mismo, en el momento preciso de su intervención en el caso, los miembros del orden le comunicaron la incautación de aproximadamente 49 mil nuevos soles. Y, a la pregunta de cuánto llevaban consigo a los esposos, estos respondieron, cada uno a su turno, que transportaban 24 mil y 25 mil soles.

No obstante, sobre la mesa donde se reunía el dinero requisado, solamente habían 43 mil 600 nuevos soles. Esto, naturalmente, extrañó al Huacasi Llavilla, quien pidió explicaciones a los efectivos. “Lo que yo quiero es que aparezca el dinero. No quiero hacerles problemas, ustedes son nuevos, no los quiero empapelar”, les dijo a los policías, según se aprecia en el video.

Pero nadie dijo nada. Es entonces que la teniente Sidlia Miranda Amasifuen pidió hablar a solas con su personal, de modo que se solucione el asunto. Así pues, salieron de la habitación. Lo que no sospechó es que, mientras ella se reunía con sus colegas, la pareja le revelaba al fiscal la verdadera suma que les incautaron.

Así salieron a la luz los 82 mil nuevos soles. “Falta prácticamente la mitad”, dijo el fiscal, ante el estupor de los policías, que ya sentían seguramente cómo se les escapaba todo de las manos.

“Con los 82 mil han llegado (la pareja). Se supone que ustedes (los policías) le han bajado la mitad. Si ustedes desean, devuelven todo y yo no llamo a nadie. Quedemos así, como caballeros. Me devuelven todo, me ponen acá, en este acto, los 82 mil, y solucionamos todo el problema. Díganme quién tiene el dinero”, propuso Héctor Huacasi, en cierto momento.

Ante ello, el SOT1 Baltazar Huilcahuamán se le acercó y le pidió hablar a solas, conjuntamente con Honorata Aquino. Pero fue en vano. El fiscal, renuente a la petición y cada vez más exacerbado, dijo que todo se resolvería allí mismo. De esta forma, el efectivo no tuvo más remedio que confesar: él tenía en su poder 25 mil nuevos soles.

Minutos después, el fiscal descubrió el contubernio existente entre Huilcahuamán y Honorata Aquino, que obedecía al temor de ésta y la malicia de aquél. “Él ha venido, me han hecho asustar. ‘El fiscal está viniendo, el fiscal está viniendo’, me dijeron, ‘hay que repartir la plata porque él es el jefe’”, contó la mujer.

Pero, ¿dónde estaba el resto, los otros 9 mil soles? Los tenía el suboficial Dalger Quispe, según consta en el video del fiscal. Es decir, que en total eran 34 mil soles los que estaban apropiándose ilegalmente. Luego, cuando se inició el proceso, Quispe acusó directamente a Sidlia Miranda Amasifuen de orquestarlo todo.

Como era de esperarse, Héctor Huacasi Llavilla procedió a denunciar el hecho, acusando a 6 policías ante el Poder Judicial por el delito de cohecho pasivo y abuso de autoridad, al ser prácticamente “asaltados” en la misma Comisaría de Zepita.

Tres años después, se comprobó que el SOT1 Baltazar Huilcahuamán Quispe (43), la Teniente PNP Sidlia Miranda Amasifuen y el PNP Segundo Zúñiga Coaguila, tuvieron responsabilidad directa en el arrebato del dinero, tipificado como delito de cohecho pasivo propio.

Por tal motivo, el Juzgado Colegiado Supraprovincial de Puno, integrado por los jueces Jackeline Luza Cáceres, Víctor Calisaya Coila y Róger Izaña Ponce, dispuso, por unanimidad, 8 años de pena privativa de la libertad de carácter efectivo, en contra de los policías Sidlia Miranda Amasifuen y Baltazar Huilcahuamán Quispe.

Asimismo, se determinó -por mayoría- 6 años de prisión efectiva contra el policía Segundo Zúñiga Coaguila, por el mismo delito. En tanto, los policías Dalger Quispe Alanoca y Katherine Condori Peñaloza, fueron absueltos por unanimidad y Gisela Roxana Tafur Cruz por mayoría.

“Yo he tenido la mala suerte de caer en un sitio donde la persona va con el afán de obtener lucro fuera de su sueldo. Cuando sucedieron los hechos, nadie se dignó a preguntarme qué pasó, simplemente nos miramos todos, como delincuentes”, narró a un medio nacional, hace un año, Sidlia Miranda Amasifuen. Lamentablemente para ella, la justicia ya determinó responsabilidades.


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