Saturday 20.04.2024 | Actualizado 11:08 (hace 1985 días)
El Partido de los Trabajadores de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y de Luiz Inacio Lula de Silva, volvió a quedar en el centro de acusaciones de corrupción tras el allanamiento de su sede en Sao Paulo y la detención de un exministro de ambos gobiernos.
Agentes policiales fueron desplegados en cinco estados de Brasil en una operación vinculada al escándalo de corrupción en Petrobras, para cumplir 11 pedidos de prisión preventiva, 14 órdenes de conducción de involucrados ante la justicia y 40 allanamientos en busca de documentación y pruebas, informó la policía.
Paulo Bernardo, exministro de Planificación de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y de Comunicaciones durante el primer mandato de Rousseff (2011-2015), fue apresado como parte de las investigaciones para dilucidar "el pago de sobornos de más de 100 millones de reales (unos 30 millones de dólares) para diversos funcionarios públicos" entre 2010 y 2015.
Las autoridades estimaron en unos 7 millones de reales (2 millones de dólares) el dinero que recibió un estudio de abogados ligado a Bernardo, una de las principales “espadas” políticas de Rousseff.
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