Discriminación en el Día Internacional de la Mujer



Escribe: Edgardo Rodríguez Gómez * | Opinión - 08 Mar 2009

Desde que en 1979 la Asamblea General de Naciones Unidas acordase la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, la inequidad de género se ha convertido en uno de los temas prioritarios a desterrar en la agenda mundial de desarrollo.

Tras la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de Copenhague en 1994 y la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer de Beijing en 1995, la comunidad internacional dedicó dos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio a la situación de las mujeres, que deberán ser cumplidos hacia el año 2015: 1) Promover la igualdad de oportunidades entre los géneros y la representación equitativa de ambos sexos en procesos de decisión y 2) Reducir en tres cuartas partes la mortalidad materna que afecta de manera especial a los países andinos de América Latina, y en el Perú, a Puno.

Aunque los países latinoamericanos han firmado y ratificado de forma masiva la mencionada Convención, hay datos que indican que la inequidad de género en el mundo está aún lejos de ser superada ya que de los 1 300 millones de pobres que existen en el planeta el 70% son mujeres. Ellas constituyen más de los dos tercios de los 860 millones de personas que no saben leer ni escribir, su ingreso suele ser inferior entre un tercio y casi la mitad de lo que gana un hombre y son el blanco de las complicaciones durante el embarazo y el parto que mata diariamente a 1600 de ellas en todo el mundo.

La desigualdad entre mujeres y hombres es un obstáculo enorme para alcanzar la justicia social en el mundo actual. Si no se produce un cambio en el desarrollo de políticas que reviertan la situación, las metas formuladas como Objetivos de Desarrollo del Milenio para el año 2015 estarán lejos de ser alcanzadas.

Ningún país del mundo da un trato igual a las mujeres con relación a los varones; la agenda de la equidad de género es un reto mundial que ha sido reconocido como un problema que tiene que ser monitoreado por los Estados y la sociedad civil.

Con el fin de monitorear la situación global en la que se hallan las mujeres, se ha desarrollado un Índice de Equidad de Género (IEG) que sirve para clasificar a los países a partir de ciertos indicadores que reflejan los niveles de inequidad que pueden ser comparables a nivel internacional. Son especialmente importantes los datos referidos a la actividad económica, el empoderamiento y la educación entre hombres y mujeres.

En el desempeño por regiones los valores más altos del Índice de Equidad de Género 2008 se registran en América del Norte (75), le sigue Europa (72) y en tercer lugar se ubica América Latina y el Caribe (67). Luego vienen Asia Oriental y Pacífico (64) y las peor situadas son Asia Central (63), África Subsahariana (53), Asia Meridional (49) y, Medio Oriente y Norte de África (48). América del Norte fue la región que más ha retrocedido en los últimos años pero ha experimentado un ligero repunte el año pasado, mientras se registró retrocesos en las regiones más pobres del planeta.

En cuanto a la actividad económica, un dato dramático es que las mujeres acceden con menos posibilidades al mercado laboral en relación a los hombres, a lo que se agrega la enorme probabilidad de que reciban salarios menores. Generalmente, las mujeres ganan entre 30% y 40% de los ingresos de los varones por el mismo trabajo. Las mayores brechas de esta injusticia salarial se dan en América Latina.

En la dimensión del empoderamiento, la inequidad es mucho más evidente si lo que hay que analizar son los porcentajes de mujeres que ejercen sus profesiones y estudios técnicos, o se desempeñan como altas funcionarias e integrantes de directivas empresariales, o si en su caso ocupan curules parlamentarias o puestos ministeriales.

Pese a los múltiples avances en el acceso al mercado laboral de las mujeres, ellas que constituyen más de la mitad de la población en muchos países del mundo, sólo ocupan un 17% del total de curules en los parlamentos cuando la meta estaba fijada en 30%. Sólo 19 estados han alcanzado ese objetivo y sólo 5 -entre ellos un Estado caribeño- lo han conseguido sin necesidad de cuotas de género (Finlandia, Dinamarca, Cuba, Nueva Zelandia y Bielorús).

La educación es el único componente del índice en el cual la mayoría de países alcanzan la paridad, el reto es mantenerla aunque lo que aparece como fenómeno no es tanto que los países no progresen en este indicador sino que muchos están retrocediendo.

Un reflejo de la discriminación que sufren las mujeres es la violencia de género, y América Latina es el escenario de una práctica brutal recientemente develada y extendida en la región, el feminicidio: el asesinato de mujeres por el solo hecho de ser mujeres.

Ciudad Juárez es el símbolo de este fenómeno que tiene sus símiles en las imágenes de mujeres muertas en cerros puneños de las últimas semanas. Según la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México se estima que entre 1993 y 2005 casi 300 mujeres fueron asesinadas en esa localidad y 4.500 permanecen desaparecidas; muchas fueron sometidas a tortura, mutilaciones con saña y/o violencia sexual. Prácticas que tienden a ser ocultadas por los Estados de la región o son poco investigadas.

Los asesinatos de mujeres y la violencia de género no tienen las mismas características en todos los países de América Latina, las cifras oficiales de víctimas por feminicidio son desconocidas y las únicas fuentes de información al respecto se tienen a partir de los datos que recogen los organismos no gubernamentales feministas y de derechos humanos.

Como parte de un esfuerzo sin precedentes, animado por colectivos de mujeres latinoamericanas y respaldado por instancias de promoción de los derechos de la mujer a nivel mundial, como el Fondo de Desarrollo de Naciones Unidas para la Mujer - UNIFEM, se creó desde 2004 el Banco de Datos sobre Feminicidio en América Latina y el Caribe (www.isis.cl) a fin de que se suministre información sobre el problema a los medios de comunicación, académicos y movimientos políticos de la región.

Finalmente, las organizaciones de derechos humanos reconocen que, en América Latina, la violencia contra la mujer persiste como “un problema endémico”, ejecutado tanto en los hogares como en los espacios públicos; por tanto es notorio el desinterés de los gobiernos de la región por llevar a la práctica normas internacionales de obligatorio cumplimiento como la Convención Interamericana para prevenir, erradicar y sancionar toda forma de discriminación contra la mujer, y en especial afrontar la práctica de la violencia ejercida en contra de ellas.

(*) Experto en Derechos Humanos



3 comentarios

  • Edgardo Rodríguez Gómez Tuesday 10 de March del 2009 a las 09:28

    Importante:

    Buena parte de la información de este artículo ha sido recogida de la Sección I Temas Globales, Tema V: Género: un déficit global, de la versión impresa de la Guía del Mundo 2007, editada por el Instituto del Tercer Mundo de Uruguay y Ediciones SM de España

  • maria Monday 09 de March del 2009 a las 20:35

    entren a esta pag que esplica bien derechito les sirbe para la escuela o el cole

  • maria Monday 09 de March del 2009 a las 20:32

    lo que es descriminacion


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