Los Andes

La ignominia gubernamental está que hierve en la República Bolivariana de Venezuela, que tiene como meta continuar con la política de gobierno implantado por el desaparecido presidente Hugo Chávez, el mismo que tuvo un inmaduro como su sucesor, que manipuló las elecciones post Chávez e implementó una serie de medidas coercitivas que lindan con el atropello a los derechos humanos, al cerrar diferentes medios de comunicación tildándolos de antipatriotas y de manipular la información para desestabilizar la política nacional bolivariana.

El colmo de las directivas oficialistas se produjo cuando las movilizaciones fueron criminalizadas, las redes sociales conculcadas y otra serie de tropelías que buscaron callar las protestas populares, hasta llegar a las detenciones arbitrarias contra dirigentes estudiantiles y sindicales, reclamando el retorno al estado de derecho, dirigentes que fueron salvajemente golpeados y abusados sexualmente por efectivos policiales e integrantes del Servicio Bolivariano de Inteligencia venezolano, teniendo como clímax dos fallecidos el 12 de febrero, posterior a una cruenta represión.

La rebelión venezolana parece ser una realidad, las autoridades municipales opositoras a Nicolás Maduro (presidente venezolano) recurrieron a emisoras locales clandestinas y redes sociales y solicitar a los movilizados deponer las reyertas violentas, organizando barricadas, permitiendo el tránsito de personas en vías preseleccionadas, para facilitar el control de disturbios, mientras que el desabastecimiento se hace insoportable, porque los acaparadores hacen su negocio.

Ante este panorama hostil que reina en Venezuela, el presidente Pro Tempore de UNASUR debería llamar a una reunión plenipotenciaria para debatir entre sus integrantes el problema de gobernabilidad del país llanero, y el mandatario nacional junto a su gabinete, deberían hacer público un pronunciamiento enérgico en resguardo de los derechos humanos y la democracia, así como el cese de las tropelías cometidas contra los movilizados por las fuerzas represoras del dictador Nicolás Maduro, dejando de lado los intereses personales y de su grupo político.