Los Andes

Evaluar las ofertas políticas que aparecen de boca de los candidatos y los programas presentados al Jurado Nacional de Elecciones, nos permiten mirar que la mayoría linda con el conformismo. No hay un vocación política por el cambio social y hacer de Puno una región emergente económica ni socialmente. Lo que hay son mecanismos artificiosos y convencionales en las propuestas políticas.

No existen hijos de la prosperidad, hay nuevas generaciones producto de la anomia y el informalismo político. Gobernantes que señalados a dedo en los consejos transitorios de administración regional por los gobiernos nacionales de turno no han propugnado un modelo de desarrollo regional. La misma historia ocurrió con la enclenque descentralización con la instauración de los gobiernos regionales. Han pasado por este estancamiento sin desarrollo David JiménezSardón, Hernán Fuentes y el actual gobernante Mauricio Rodríguez.

Los años 70 que en nuestra imaginación debían ser el tiempo en que se realizarían los sueños de la década anterior, estuvieron marcados por el contrario por la crisis económica, la oleada de obras de bajo impacto sin incidencia social ni económica, menos orientadas a satisfacer las demandas e intereses regionales. Eso sí la corrupción institucional, el informalismo económico, el narcotráfico, la minería informal y el contrabando fueron los signos que marcaron nuestro destino.

Sin duda hay un gran pesimismo en el electorado cuando se analiza las propuestas electorales de los candidatos al Gobierno Regional y los Municipios provinciales y distritales. No existe el entusiasmo por desarrollar la región Puno con objetivos de gran aliento. Ni de las fuerzas llamadas progresistas ni de los otros movimientos pragmáticos y utilitaristas huecos en ideología y afirmación por el desarrollo regional. Hoy sobre la opinión pública puneña pesa el fantasma de los fundamentalismos y fanatismos étnicos, la presencia de movimientos financiados por la informalidad minera y su afán de controlar las decisiones del gobierno regional y una izquierda regional caviar con sus caudillos de siempre. El narcotráfico también asoma con sus aprendices de política. Todos sumidos en la retórica de la confrontación menos de la convergencia que tanto necesitan la Región Puno de sus ocasionales líderes.

Hemos señalado por este medio que el difícil arte de construir una región requería un poder político capaz de articular un modelo de desarrollo regional con acertadas tomas de decisiones políticas, la misma que debería tener un soporte técnico capaz de promover políticas y obras de gran envergadura. Ese equipo técnico es el gran ausente en los programas de gobierno. ¿Quiénes han elaborado esos planes de gobierno regional y local? No existe una planificación estratégica de “estos� programas. No cuentan con criterios de asignación que responden a criterios de los espacios de incidencia política; no cuentan con funciones de compensación que para retribuir pérdidas económicas, ambientales y sociales; menos cuentan funciones de activación que responden a la construcción política, social; siendo esta última la más importante en el desarrollo regional.

Hay disparidades intrarregionales e interregionales del que ningún candidato se percata. Hay proyectos de desarrollo que requieren una coordinación interregional porque se tratan proyectos que involucran macrorregiones, y claro; hay una agenda intrarregional no asumida ni colocada en los planes de gobierno. ¿Dónde están las políticas científicas y tecnológicas puestas al servicio del desarrollo regional? ¿Dónde están las políticas de industrialización puestas al servicio de todas las provincias de la región? Mirar el desarrollo científico y tecnológico regional no parece importarle para ningún candidato. Es peor si miramos el desarrollo empresarial de todas las provincias. Las pequeñas y medianas empresas agonizan en el abandono. ¿Se ha preguntado amigo lector cuantas empresas, pequeñas y medianas existen por provincia? La realidad empresarial es patética.

Entonces ¿Cuál es el proyecto político puneño? Es la agenda olvidada en las propuestas de nuestros candidatos. Hay un potencial endógeno importante que comprende recursos ecológicos y físicos, las aptitudes naturales y la energía de la población que no se encuentran en las propuestas. A todo esto necesitamos una coordinación efectiva de las políticas regionales de manera participativa con todas las provincias y distritos que ayudará en desembocar en un desarrollo armonioso del conjunto ciudadano puneño.