Los Andes

Emplazando a las autoridades del Jurado Nacional de Elecciones a que se pronuncien por la vacancia del alcalde electo de Azángaro por existir una condena contra Murillo Quispe por cuatro años de pena privativa de la libertad suspendida por el delito de colusión, por ello decidieron suspender todo acto festivo por aniversario de ésta capital provincial, pero el hecho no queda en la simple anécdota, porque de manera extraña, ésta autoridad continúa encaramándose en el poder, teniendo conocimiento que pesa sobre él una condena no efectiva, lo que indica que debería dejar el cargo de manera tranquila y cumplir con la condena, además el susodicho alcalde es conocedor de las normas legales pertinentes a su caso y como tal debería actuar con sabiduría y ponderación.

El delito de Colusión tiene como uno de los elementos típicos el que debe ser cometido por funcionarios o servidores públicos, es decir, se trata de un delito especial por la calidad que se exige al sujeto activo, quien utilizando su atribución en el ente estatal favorece en cualquiera de las contrataciones o negocios públicos mediante concertación ilegal con los interesados, defraudando patrimonialmente al Estado o entidad u organismo del Estado. Y el señor alcalde fue sentenciado por una de las razones expuestas líneas arriba, por lo que su mandato debería fenecer después de conocida la sentencia en última instancia, lo contrario configura la tipificación de otros delitos, que fácilmente podrían llevarlo a la ciudad de los barrotes y el cemento.

Pero lejos de los entuertos legales y leguleyos, se entiende a priori que hubo dolo del actual alcalde, ante ello los pobladores obligaron a los regidores a sesionar y debatir la vacancia del señor alcalde, que ayer por la tarde, por mayoría de voto declararon la vacancia del alcalde azangarino y luego firmar las actas correspondientes, en el tiempo prudencial debería ser elevado al Jurado Nacional de Elecciones, que debería pronunciarse. Pero existe el peligro de sacar la vuelta a la ley, y ese deseo de la población podría tomar más del tiempo necesario.

Por la salud de la gestión edil, ad portas del cambio de gestión y para que los buitres de la administración pública no sean los que salgan ganando, porque en este tipo de conflictos siempre hay un ganador y casi siempre el perdedor es la administración municipal, en este caso específico no afecte el normal desarrollo del periodo electoral, que dicho sea de paso tiene que ser más pensado con cabeza fría y no con prebendas y regalos, ya sabemos que candidato regalón en periodo electoral, seguro se las cobrará de las arcas municipales y de la región, ellos tienen negociados con los que ahora mismo están financiando su millonaria campaña electoral.