Los Andes

Los ciudadanos de ayer y hoy tienen algo que contar, algunos tratan de escudriñar los momentos felices que pasaron al lado de sus familiares, otros a la enamorada de la primera ilusión, más de uno es ególatra y siempre trata de ser el actor principal aunque siempre fue un segundón, pero es nuestra naturaleza; pero el periodismo puneño desde la apertura del Diario los Andes, tuvo un norte definido, en largas tertulias con Samuel Frisancho recuerdo el paso de escritores de talla nacional en éste medio impreso, investigadores de talla internacional, como olvidar la pluma melancólica y casi sollozante de Ignacio Frisancho, otrora el correo era la única forma de unir ciudades, pero en ese ajetreo el director fundador del este medio impreso publicó un texto que parodiaba la política cotidiana del ande, “los tiranos no nacen, se hacen�, este libro estaba en la cabecera de su hijo Samuel, quien batalló duro y parejo para sacar adelante al Diario Los Andes.

Samuel era un ciudadano apasionado en sus creencias, no dudaba en defender sus fueros ante cualquier individuo que osara imponer la línea editorial, creo que fue mi ídolo y hoy reafirmo esa convicción, el Periodismo es un “servicio a la comunidad, al igual que el servicio militar obligatorio�, la misión termina cuando nace el diario impreso por el señor Callata (en linotipo y armado palabra por palabra), el gordito sin tiempo y ya cerca de las cinco de la madrugada luego de compaginarlo sale a distribuir, previo visto bueno de Alipio y la atenta mirada de Samuelito, es rutina, es a diario, pero nunca termina, siempre circula. Existía la máquina de escribir, esa máquina que al teclear te hace doler los dedos, en fin aquellos tiempos donde se forja una nueva hornada de periodistas. Una gran escuela que sin tener a profesionales en ciencias de la comunicación al mando, fue un gran aporte a la cultura de Puno y de los puneñistas.

El egregio luminar del diario Los Andes es ínclito baluarte de ésta bendita tierra, pertenecer a éste medio de comunicación vale más que cualquier pago o rédito económico, creo y siempre lo dije, que ante todo está la honestidad del Periodista para pedir honestidad al congénere que ocupa un lugar en la administración pública o privada, el resto es valerse de ésta opción de vida, convirtiéndose en mercenarios de la pluma, crematísticos de la noticia, delincuentes del erario nacional, conspiradores de desfalcos y eso fue combatido desde su fundación en el Diario los Andes. Por último, recuerdo la frase de Frisancho Pineda, “hasta cuando fui alcalde de Puno, tuve que sacar plata del Diario Los Andes para viajar a Lima, cubrir mi estadía y gestionar obras para Puno�. ¡Felicitaciones y éxitos a los herederos de la información equilibrada!