Los Andes

Luego de la entronización por mandato popular como presidente regional, Juan Luque Mamani, comienza una nueva era de perspectiva de continuar desarrollando el ámbito regional, ese desarrollo que otrora nos fuera esquiva, ya sea por la calidad de técnicos que dirigieron la administración regional, falta de experiencia de los funcionarios o la corrupción casi institucionalizada, la última gestión presidencial al parecer deja una gran valla que lidiar al actual presidente regional, por ende la nueva era del desarrollo regional no debe retroceder, el camino emprendido creemos que será difícil, porque además existe una región dividida por cuestiones étnico ideológicas, aunque el actual mandatario regional trate de apaciguar los ánimos con un discurso de unidad ante las expectativas de repotenciar los aspectos técnico productivos de quechuas y aymaras.

En primer lugar, el mandatario regional tiene la imperiosa necesidad de buscar a los mejores técnicos de los diferentes gobiernos regionales y consolidar un núcleo de trabajo en aras de explotar la sapiencia de estos personajes, sin buscar asesoramiento de algunos ex funcionarios involucrados en actos reñidos contra la ética y la moral, este aspecto fundamental iría con su discurso de orden al jurar al cargo de mandatario regional, en el entendido de que el primer escollo que tendrá que superar son los trabajadores nombrados o estables del aparato regional, estos empleados en todos los gobiernos tratan de sacar agua para su molino y casi siempre entorpecen la gestión, es aquí donde debería hilar fino, buscar una reingeniería administrativa y potencializar a este grupo de trabajadores.

En segundo lugar, debe hacer los cortes de obra de las que la gestión pasada no logró culminar y sobre la marcha ejecutar esas obras para ganar tiempo y presupuesto, con esta operación administrativa se logrará una eficiencia en el gasto y por ende optimizar recursos en favor de los usuarios.

En tercer lugar, es importante estar al corriente de la gestión sobre los presupuestos aprobados por el Congreso de la República y gestar su completa cristalización, este aspecto es importante porque existen proyectos listos para ser ejecutados, en este aspecto se tiene que tener en cuenta la magnitud de las conversaciones con el ejecutivo nacional, los intereses que en el nivel central se tengan y poner todo el personal capacitado, porque no sería raro que por ejemplo en cuestión de inversión en la represa Huenque el ejecutivo entregue su ejecución al PELT y el trabajo desplegado por el PRORRIDRE quede al margen.