Los Andes

Aprovechando que las personas tienen necesidad de viajar, ya sea para hacer turismo interno o volver a sus lugares de origen y pasar los días del feriado largo con sus familiares, los únicos que salieron ganando a costa de los viajeros fueron los amigos transportistas, quienes incrementaron los pasajes en forma exagerada, como son los pasajes a las ciudades de Arequipa, Cusco, Moquegua y Tacna, además de los transportistas interprovinciales e inclusive los interdistritales, sin que nadie pueda defender los intereses de los sufridos pasajeros, porque para los efectos del pasaje rige la libre competencia del mercado y teniendo en cuenta que casi todas las rutas están monopolizadas, existe concertación de precios, ante la mirada pasiva de las entidades estatales, que están obligadas a regular este servicio, evitando la concertación de precios.

Lo peor es que, por ejemplo, para unos 30 kilómetros, que es la ruta Puno-Laraqueri hay varias empresas que parecen actuar como una mancomunidad de empresas y por esta ruta cobran la exagerada suma de dos soles cincuenta céntimos; uno pagaría por viajar de terminal a terminal esa suma, pero los medrosos propietarios de estas unidades cobran tarifa �plana�, esto quiere decir que no importa que un pasajero viaje diez o quince kilómetros, el costo es igual, peor aún cuando estos inescrupulosos atiborran de pasajeros sin opción a un pasadizo conforme a ley, ante la vista y paciencia de los efectivos policiales que parece cobran sus “propinas� y los dejan transportar con exceso de pasajeros, esta actitud simplemente linda con el delito y debería ser multada la unidad, y el conductor tener puntos en contra en su récord de conducción, pero como todo está “arreglado� no pasa nada, es más, las unidades que prestan servicio en la tarjeta de pago por el SOAT solamente reconocen doce a quince asientos.

Entonces el monopolio del costo del transporte de pasajeros se debe controlar, de igual forma la concertación de precios; y si los empresarios continúan medrando con los exiguos bolsillos de los pasajeros, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, mediante la Dirección de Circulación Terrestre o los gobiernos provinciales y distritales, tienen que poner coto a esta forma de negocio vedada por la ley, primero sancionando a las empresas que concertan precios e identificando las diversas formas de monopolio; no es posible de que para una determinada ruta existan varias empresas con autorización de ruta y todos tengan un paradero común y trabajen como una sola empresa, entonces alguien no está haciendo bien su trabajo y por negligente también debería recibir sanción. Pero como estamos en el país de las maravillas, todas las autoridades, policía de tránsito y de carretera e INDECOPI no hace su trabajo en detrimento de las magras economías de los sufridos usuarios del transporte.