El ocaso de Lourdes Flores



Escribe: Tino Santander Joo | Opinión - 30 Nov 2015

Lourdes Flores, ha perdido tres elecciones presidenciales y una municipal, sin embargo, a pesar de las derrotas era la lideresa indiscutible del PPC. Actualmente conduce una de las facciones en pugna por el control del partido y, exige la intervención del JNE para afirmar su posición en el partido.

Lourdes, es una mujer de gran talento político, los fracasos electorales la han curtido políticamente y, sabe que la lucha por el poder requiere una estrategia política apropiada a la realidad, un estado mayor experimentado y un ejército de operadores políticos capaces.

El PPC ha sido incapaz de salir del gueto san isidrino, son el partido de los abogados que trabajan para los “ricos”. No tiene operadores políticos con calle-no la ven-, sus cuadros están en la tecnocracia liberal que tiene un discurso ininteligible para los sectores populares.

Estas limitaciones políticas las quería superar en una alianza con el Apra, que proyectase al PPC al sector popular. Lourdes, sabe que Alan García, está aislado políticamente y con una carga de acusaciones muy fuerte que lo abruma emocionalmente. Ella, sería un gran activo en la campaña de García, aportando una imagen de honestidad partidaria.

La alianza APRA-PPC, no era un simple pacto electoral, la tesis de Lourdes, es que los partidos tradicionales deben entenderse para reconstruir la institucionalidad democrática en el Perú. El otro objetivo político era ser la candidata indiscutible el 2021 de una gran coalición popular.

La estrategia de Lourdes para llegar al poder debía pasar por embarrarse en el fango de una “alianza política antitética” que le permita crecer y hegemonizar políticamente a la coalición imitando el buen ejemplo de la concertación chilena que aglutina a socialistas, democratacristianos y, comunistas.

Increíblemente Lourdes, es saboteada por la corriente “reformista” que ella lidera en el PPC. Los “reformistas” en última instancia proponían ir con PPK. Flores, declaro que el proyecto de PPK era individualista. PPK, replico que no se aliaban con partidos “antiguos”. Aunque, las puertas siempre están abiertas a pesar de la “resistencia de sus bases”.

Los “reformistas” del PPC amenazaron con no participar; Raúl Castro, apelaba a la decisión del congreso partidario de “ir solos”; Eguren representante del conservadurismo católico estaba dispuesto a aliarse con el líder de la comunidad gay y, defensor de los derechos civiles Carlos Bruce, en la lista parlamentaria de PPK, “menos con el APRA”.

La disputa por el control partidario y las candidaturas parlamentarias ha destruido orgánicamente al PPC. La lucha no es ideológica, tampoco política, parece una pelea por el status dirigencial, por las candidaturas parlamentarias o simplemente es una feria de vanidades de un club social en busca de popularidad mediática y, que está al margen de los problemas nacionales.

Flores, acusa a Raúl Castro de sinvergüenza y de haber montado un fraude descomunal para satisfacer sus ambiciones personales de “candidato mediocre” como lo llaman los reformistas; Raúl Castro, responde diciendo que el nuevo PPC es “verdaderamente popular y mestizo” (no “cholea” porque es racista), más aun, dice que no es más un partido de “pituquitos” ni de “argollas y de hijos apadrinados”.

La lucha interna del PPC evidencia un sistema de partidos que ha demostrado no estar maduro para la democracia interna y, que esta debe ser tutelada por el JNE. El País no puede seguir con los partidos franquicia que venden puestos y sinecuras por dinero o partidos en las que el caudillo tiene un poder omnímodo fiel replica de sultanatos corruptos.

La “crisis” pepecista y la candidatura presidencial de Lourdes Flores en 2021 en una alianza con el APRA ha sido derrotada. El PPC era una membresía de la pequeña burguesía limeña más que un partido político. Acuña, puede comprar al PPC con varios cupos parlamentarios que parece ser el quid de la querella y, ser nuevamente el furgón de cola del nuevo gobierno.

En este camino auto destructivo -que no tiene retorno- el destino de Lourdes Flores, Raúl Castro, los reformistas y los nuevos “mestizos del PPC” es desaparecer en los sectores medios limeños y que su representación la asuma PPK. Sin embargo, en política las figuras que se apagan pueden volver a iluminar siempre que tenga voluntad de poder y, ambición histórica.


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