Los Andes

Luego de varios operativos que terminaron siendo un fiasco, fuentes del Ministerio Público enfatizaron que tras la planificación exhaustiva de operativos para clausura de locales de diversión nocturna que no cuentan con los requisitos legales establecidos por la comuna puneña, los antros de perdición ya habían tomado las previsiones del caso, el mismo que denotaría la infidencia por parte de algunos elementos del cuerpo de serenazgo o también por parte de algunos funcionarios ediles.

Como se sabe, en la ciudad de Puno a diario se incrementa la inseguridad ciudadana y uno de los negocio más rentables para los empresarios inescrupulosos es la apertura de locales de diversión nocturna de manera clandestina, donde se expenden licores de dudosa procedencia, preparados exóticos, expendio de alucinógenos (drogas) hasta incluso de ofrecen a vista y paciencia de las personas la prostitución, donde menores de edad son las propensas a ejercer el negocio más antiguo, por lo que estos empresarios no habrían dudado en corromper a miembros del serenazgo de la Municipalidad Provincial de Puno, tampoco se descarta la intervención negativa de algunos funcionarios.

Por lo pronto en la municipalidad puneña ningún funcionario conoce o no quiere comprometerse con respecto a las infidencias, cada quien guarda silencio y solo atinan a señalar que las autoridades competentes deben investigar el caso y de identificarse a los responsables de las infidencias, éstos deberían ser denunciados por la procuraduría de la Municipalidad y la autoridad edil aperturar un proceso administrativo que podría conllevar al cese del trabajador infidente. “Parece que los serenos han informado sobre los operativos que la fiscalía ha organizado, en las discotecas se gana mucho dinero y ellos pueden pagar buena cantidad de dinero para no sean intervenidos, peor aún cuando estamos viviendo la fiesta de la Candelaria, no creo que sean nombrados, son contratados, de eso estoy seguro� refiere una fuente que evita ser identificado por temor a represalias posteriores. Entonces, debería haber una selección especial para contratar a los serenos y que las infidencias sean cuestión del pasado, en resguardo de la salud pública y la convivencia armoniosa de los ciudadanos puneños y puneñistas.