Los Andes

La empresa de saneamiento de agua potable de Puno últimamente hace noticias, pero en vez que estas sean positivas, solo son buenas para lo negativo. En este medio impreso se informaron las gollerías que tienen los trabajadores estables o en planillas y ganas por no trabajar y hasta la empresa tiene que darles dinero para que se hagan confeccionar los ternos, ahora se informa que en horas de trabajo, atentando contra los intereses de los contribuyentes, cierran las puertas y no atienden a los abonados, para “distraerse� en uno de los ambientes de carácter público y en ese lugar perjudicar el normal desarrollo de los vecinos por la estridente bulla y la ingesta de bebidas espirituosas. Al parecer también es parte del convenio colectivo hacer la fiesta y en ambientes de la empresa Emsa Puno.

Es lamentable esta actitud por parte de estos empleados que no informan a ciencia cierta sobre el estado situacional financiero que tiene la empresa, porque fuentes extraoficiales indican que deambulan como zombis, porque están en proceso de quiebra, ya que este aspecto motiva las alzas en las tarifas, aunado a un sobredimensionamiento del personal sueldos exagerados, gollerías intratables e incluso “facilidades� para las conexiones de agua y desagüe, no solo para los titulares, sino que para toda la “familia� y es debido a este desmadre institucional la razón por la que los regidores de la municipalidad provincial de Puno se vieron obligados a aprobar la subvención económica para la empresa, que por si fuera poco afectará las políticas y compromisos de obras que la actual gestión propugnó.

Por lo tanto, la actual administración municipal, liderada por Iván Flores, está en la obligación de informar a la población sobre la verdadera situación administrativa y financiera de la empresa de saneamiento de agua potable y, de una forma eficaz, aprobar las directivas para redimensionar y reestructurar esta empresa, de acuerdo a las necesidades prioritarias y sobre todo valorar las jugosas gollerías con que gozan estos servidores que muchos de ellos están inmersos en actos administrativos dolosos, pero que siguen en el ejercicio de sus funciones normalmente, sin siquiera ser rotados o sancionados.