Los Andes

En los últimos días, salieron a protestar diferentes grupos poblacionales de la ciudad de Juliaca; muchos creen que la principal razón del crecimiento es la zona de confluencia que tiene esta localidad y al dividirla, existirá un complot para que esta urbe siga creciendo e incrementando los flujos de capital para desplazar inexorablemente a la ciudad de Puno como capital regional, porque estos dirigentes pretenden hegemonizar un sueño ambicioso inconcluso del reinado de los hermanos Cáceres Velásquez. Mientras, otro sector, con más unidad de fuerza y aspiraciones propias, pretende y está consiguiendo un objetivo subliminal: la creación del nuevo distrito de San Miguel, que inclusive cercenará gran parte de territorio de Juliaca.

Pero, ¿qué aspectos positivos traerá esta nueva urbe? Si conocemos Juliaca, en la actualidad es un nido de incomprensión e insanía de crecimiento urbano; la Municipalidad Provincial de San Román nunca se puso a tono con el desarrollo de la urbe, el crecimiento poblacional geométrico de los últimos 20 años hizo lo que es hoy Juliaca: ingobernable, hacinado, descuidado, tugurizado y, por si fuera poco, completamente sumido en un colapso social, porque ninguna autoridad local podrá reordenar esta forma de crecimiento, tal es así que todos los empresarios de turismo internacional han pintado con rojo esta localidad y los turistas que podrían quedarse unas horas en esta localidad, prácticamente escapan, fugan y no quieren saber nada con los atractivos turísticos que tiene esta urbe. Entonces, la creación del distrito de San Miguel desconcentrará el poder y, seguros estamos, se asumirán nuevos liderazgos para hacer de la provincia de San Román, un lugar acogedor.

Entonces, el nuevo distrito de San Miguel tendrá que realizar un trabajo minucioso con respecto al crecimiento urbano y reordenamiento territorial, claro que tendrá que lidiar primero con la herencia dejada por la Municipalidad Provincial de San Román, pero con una división equitativa del presupuesto, el asesoramiento de profesionales idóneos y con capacitación profesional del primer nivel, rápidamente se podrá iniciar con el cambio de actitud de esta pujante zona, es aquí donde el cura Luis Zambrano y su esfuerzo concertador hizo que la comunidad construyera una iglesia y que hoy es un bastión de la irradiación de la fé católica sin costo alguno; es aquí donde están algunos grupos de inversores más prominentes y, seguros estamos, no dejarán de ser vapuleados por la casta juliaqueña que hoy se rasga las vestiduras por el sueño cumplido de un grupo de ciudadanos trashumantes y que lograron visionar un futuro y ese futuro con criterio de gobierno influya para que Juliaca cambie su modus vivendi.