Carlos Castañeda: el tiempo y la memoria


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Escribe: José Luis Ayala | Opinión - 26 Jun 2016

Carlos Castañeda La Fontaine, fue ante todo un hombre comprometido con el vertiginoso siglo histórico que le tocó vivir. Perteneció a una generación que tuvo fe en los cambios sociales que el Perú necesitaba. Por esa razón, tuvo fe en el Derecho, la Política y la Cultura. Decente, culto, dialéctico, señor de señores, sus acciones siempre tuvieron un sello individual de acrisolada limpidez. Gran lector, especialmente del “Boom literario”, decía que después de El Quijote de Mancha, Cien años de soledad era el libro que toda persona debía leer. Vallejiano y arguediano, su cultura literaria era francamente sorprendente.

Nació en 1918 y falleció el 12 del mes en curso. Estudió primaria en el Instituto de Lima y secundaria en el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. Se graduó de abogado en 1953 en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Publicó: Golpe a la autonomía electoral (1992), Augusto, el fornicario (1999), Ensayos (Temas referentes a la Reforma Agraria, Globalización y Neoliberalismo). Fue presidente del Tribunal Agrario, Vocal de la Corte Suprema y presidente del Jurado Nacional de Elecciones.

Conocí a Carlos Castañeda La Fontaine, a mi regresó de París, en 1975, cuando ingresé a trabajar al Tribunal Agrario, como director de Relaciones Públicas, siendo presidente Guillermo Figallo Adrianzén. Pero Figallo a los pocos meses fue nombrado Vocal de la Corte Suprema, juntamente con Guillermo García Montufar. Al asumir la presidencia del Tribunal Agrario, Carlos Castañeda La Fontaine advirtió una evidente desaceleración de la Reforma Agraria a causa de la crisis económica y presión de la derecha, para detener los cambios sociales, aprovechando además el deteriorado estado de salud del presidente Juan Velasco Alvarado.

En efecto, como Comandante General del Ejército, Francisco Morales Bermúdez, el 28 de agosto dirigió un golpe de Estado de corte fascista contra el presidente Juan Velasco Alvarado. A ese hecho se ha llamado “Tacnazo”, significó el fin de la Reforma Agraria y el proceso de cambios sociales en el Perú del siglo XX. Para ocultar las verdaderas causas de un acto de traición política, Morales Bermúdez dijo que era necesario “eliminar los personalismos y desviaciones de la Revolución Peruana”. Castañeda fue nombrado Vocal de la Corte Suprema; pese a los esfuerzos de José Torreblanca en la presidencia del Tribunal Agrario, la derecha tomó posesión política del Tribunal Agrario, primero con Luis Gazzolo Miani y luego con Juan Bautista Bardelly.

Carlos Castañeda asumió la presidencia del Jurado Nacional de Elecciones el 15 de agosto de 1989. Como había trabajado con él, tuvo la generosidad de nombrarme Director de Relaciones Públicas y Protocolo. Dirigió siete procesos electorales con absoluta limpidez. De modo que soy testigo de veinte años de Reforma Agraria y quince años de distintos procesos electorales. ¿Cuándo escribiré mi testimonio acerca de Guillermo Figalllo Adrianzén, la Reforma Agraria, el Tribunal Agrario y juzgados de Tierras? Ojalá además tenga tiempo para narrar algunos episodios que le faltan al libro de Juan Chávez Molina. Es un tema que tiene que ver también con la decencia y pulcritud de Castañeda. Ya veremos.

Durante la campaña electoral de las elecciones generales políticas de 1990, Castañeda fue duramente criticado sin razón por Mario Vargas Llosa, proceso en el fue elegido Alberto Fujimori Fujimori. Castañeda le entregó la credencial en una ceremonia sencilla y un canchón donde había solo una carpa convertida en dormitorio. Allí estaba Montesinos observando todo, controlando los movimientos de su rehén, a quien hizo creer querer secuestrarlo, por lo que era necesario tenerlo lejos del alcance de sus posibles asesinos. Y sucedió que la noche del 5 de abril de 1992, Alberto Fujimori apareció en la televisión diciendo: “Disolver, disolver temporalmente el Congreso de la República”, recordadas palabras de una ingrata alocución.

Carlos Castañeda en una reunión de la Sala Plena del JNE, manifestó su desaprobación y censura. Entonces, los miembros titulares Américo Vera Antillaqui, Gustavo Palacios Pimentel, Benjamín Padilla Bazán, Pedro Loli Márquez y Raúl Izquierdo Puell, decidieron entenderse con los operadores políticos fujimoristas que actuaban en el JNE, decidieron “censurar” a Castañeda el 29 de enero de 1992. Juan Chávez Molina se abstuvo. Luego de destruir las instituciones democráticas republicanas, Fujimori decidió cesar a Castañeda La Fontaine mediante el Decreto Ley Nº 25494 del 11 de mayo de 1992. De esa manera consumó la violación de la autonomía del Jurado Nacional de Elecciones, establecida en el Artículo 289 de la Constitución Política.

La Corte Suprema de Justicia administrada por el fujimorato, nombró a César Polak Romero como presidente del Jurado Nacional de Elecciones, personaje acomplejado a causa de su estrabismo y dipsómano irremediable. Juan Chávez Molina desarrolló un intenso esfuerzo por defender la verdad cuando el 1983, se produjo el fraude electoral para aprobar la actual Constitución que nos rige.

En una de las últimas entrevistas ,un periodista le preguntó a Castañeda:

“¿Cómo quisiera que fuera el Perú en el siglo XXI?”

A lo que Castañeda respondió: “Que sea abolida la pobreza, no haya miseria y todos los peruanos disfruten de los beneficios tanto educativos, materiales y culturales. No es posible que haya peruanos desnutridos, postergados y negados. La lucha social será muy dura como siempre. La oligarquí­a peruana ha sido la más conservadora de América, la menos nacionalista y sin visión de futuro. El Perú del siglo XXI será el fruto de los esfuerzos históricos del pueblo que siempre ha forjado la historia”.

Cuando se escriba la verdadera Historia Social del Perú, Carlos Castañeda La Fontaine será recordado como un republicano que luchó por la dignidad de los campesinos peruanos, la democracia y el imperio de la democracia. ¿Dónde está ahora quien lo subrogó después que le entregó la credencial como presidente del Perú? Es el privilegiado preso en la DIROES, después de haber sido condenado a 25 años de prisión, por ser autor mediato de la matanza de La Cantuta y Barrios Altos. Es verdad, de allí debe salir por la puerta grande en un lujoso cajón de madera.


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