Visibilizando la esquizofrenia de género


Votación: 300 votos

Escribe: Rolando Waldo Gómez Poma | Opinión - 21 Aug 2016

Han pasado pocos días de la marcha Ni Una Menos, donde diferentes organizaciones sociales salieron a las calles con pancartas, enfatizando el respeto a los derechos que tienen las mujeres y la igualdad de género, gritando basta de maltratos, feminicidios y cualquier otro acto lesivo para la integridad de la mujer. Las noticias de agresiones con tentativa de homicidio contra este sexo nuevamente llenaron las páginas de sangre de los principales medios de comunicación, a nivel regional; el caso más difundido fue la denuncia hecha contra un representante del Ministerio Público, donde su conviviente lo denunció con el rostro ensangrentado. Claro que hubo una reacción impotente por parte de las autoridades competentes y muchos sintieron que lejos de tener un órgano persecutor del delito incólume, al parecer esta entidad garantista del derecho estaría plagado de este tipo de fiscales.

La interrogante a priori es si este tipo de agresión contra el sexo “débil” fue siempre igual en el tiempo. Al parecer la respuesta es positiva, pero hoy existe menos recato en ventilar los problemas familiares en público y es en los medios de comunicación donde mejor se busca el respeto de los derechos conculcados o violentados; es en esta vitrina donde se visibiliza la insania humana, claro que cada medio periodístico, con sus apetitos personales o grupales, pero en todo caso, para un grupo de entrevistadas al respecto, “los medios de comunicación son el principal canal para denunciar los delitos que se cometen, porque si las mujeres no denuncian el hecho en el periódico, simplemente los fiscales y jueces nunca harán caso a las mujeres agredidas, porque siempre se tapan sus cochinadas, entonces el periódico es una bendición para las mujeres agredidas”. Estas palabras otorgan una gran responsabilidad a los medios de comunicación, pero también hacen saber que los sistemas de justicia en nuestro país no sirven porque a cada paso se puede observar una especie de favoritismo.

¿Qué está sucediendo con la sociedad? Parece que las conductas antisociales fueron visibilizadas porque los y las agredidas salieron a denunciar a sus agresores, aquí la sociedad en su conjunto perdió los prejuicios sociales y el principio de la realidad, no tenemos conciencia de ciudadanía y menos de equidad de género, vivimos en una desorganización social generalizada lo que conlleva a una disfunción social, donde el sistema de gobierno estatal, empezando desde el centralismo nacional a los enclaves económicos, no tienen una postura clara para poner fin al desorden y, más al contrario, están avivando las brasas del incendio social, puesto que de esta anormalidad comienzan a gobernar conforme a sus intereses ladinos y mezquinos. Las expresiones sociales solo divierten a la sociedad, o sea, a río revuelto, ganancia de pescadores.

Según informes realizados por la ONG Manuela Ramos, la incidencia de la violencia contra las mujeres se reproducen en los siguientes problemas: violencia física, violencia psicológica, embarazos no deseados, acoso sexual, violencia sexual, falta de educación o acceso al sistema educativo, desempleo o acceso a los puestos laborales, sobrecarga por responsabilidades familiares, desequilibrio entre el tiempo que dedican en el trabajo y en sus domicilios y reducida participación activa en la vida política nacional, regional y local. Además se hace notar que no existe razón alguna para que las mujeres justifiquen las agresiones que reciben por parte del sexo opuesto o simplemente no quieren dar a conocer sus verdaderas razones, porque sienten que no están siendo fieles a sus parejas o maridos, lo que demuestra que ya viven el Síndrome de Estocolmo (reacción psicológica en la que la víctima de un secuestro, violación o retención en contra de su voluntad, desarrolla una relación de complicidad y un fuerte vínculo afectivo, con quien la ha dañado física y/o psicológicamente. Principalmente se debe a que malinterpretan la ausencia de violencia contra su persona como un acto de humanidad por parte del agresor. Según datos de la Federal Bureau of Investigation (FBI), alrededor del 27 % de las víctimas de 4700 secuestros y asedios recogidos en su base de datos experimentan esta reacción. Las víctimas que experimentan el síndrome muestran regularmente dos tipos de reacción ante la situación: por una parte, tienen sentimientos positivos hacia sus secuestradores; mientras que, por otra parte, muestran miedo e ira contra las autoridades policiales o quienes se encuentren en contra de sus captores. A la vez, los propios secuestradores muestran sentimientos positivos hacia los rehenes.) Wikipedia.

En los últimos 20 años, a nivel global en la legislación comparada y según los análisis de convencionalidad, la violencia de género fue catalogada como un tema grave, porque en los países del tercer mundo o subdesarrollados las mujeres no son tratadas conforme a la declaración universal de las Naciones Unidas. Además la incursión de organismos no gubernamentales feministas contradijeron los postulados de equidad de género al querer postular el “reinado” de la mujer. Para ello las Naciones Unidas “en 1979, mediante la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, incorporándolas al sistema de los Derechos Humanos. Además mediante la Conferencia Mundial del Decenio de las Naciones Unidas para la Mujer celebrada en Copenhague se adoptó la resolución titulada "La mujer maltratada y la violencia en la familia"; asimismo, en el párrafo 288 de las Estrategias de Nairobi orientadas hacia el futuro para el adelanto de la mujer (1985), documento emanado de la Tercera Conferencia Mundial, se contemplan consideraciones directas relacionadas con la violencia contra las mujeres…”. Nieves Rico. Violencia de Género: un problema de derechos humanos/Cepal.

Pero la situación de las leyes son un aspecto que el mismo Ejecutivo Nacional debería coordinar con el Poder Judicial, entendemos que cada quien tiene sus intereses y metas por cumplir, pero dejar de lado las crecientes formas de agresión contra la mujer y en casos subliminales donde existe un registro fílmico de la insana agresión física y verbal para luego determinar que la libertad condicional es la mejor pena para el agresor eso si que indigna y es el detonante para que diversos organismos sociales propusiera la marcha Ni Una Menos. Hace falta idoneidad profesional de los agentes que atienden los casos de violencia familiar, empezando desde los efectivos policiales y terminando en los juzgadores. Nadie es dueño de la vida de la otra persona, nadie puede imponer derechos y conculcar derechos, para ello vivimos en democracia y nos sometemos al imperio de la legalidad. Aunque existen patrones culturales que deberían ser analizados meticulosamente.

El patriarcado es imponente actuar desde el inicio del género humano, la historia rememora que las mujeres nunca pudieron acceder al poder, claro que existen casos subliminales, pero desde la propia lectura de la biblia, tanto en el nuevo como antiguo testamento, las mujeres no tienen derechos superiores a los del varón, por ello el peor elemento nocivo para democracia es sin lugar a dudas el sistema clerical que impone al varón sobre la dama. Una muestra de ello es el Papado, y todos los cargos de nombradía que no pueden ser accedidos por una mujer, es inadmisible denotar a una mujer con la nomenclatura de “cardenal” u “obispo” y lamentablemente el sistema religioso impone sus conocimientos a los seres humanos de una manera sesgada. En las zonas andinas, el varón es orgullo de cualquier matrimonio, mientras que las hijas mujeres una “maldición”.

“En el amplio contexto de la subordinación de la mujer, los factores concretos que causan la violencia son el uso de la fuerza para resolver conflictos, las doctrinas sobre la intimidad y la inercia de los Estados. Los patrones de conducta personales y familiares, incluidos los antecedentes de malos tratos, se han relacionado también con un aumento del riesgo de violencia. La violencia contra la mujer no se limita a una cultura, región o país en particular, ni a grupos específicos de mujeres dentro de una sociedad. Las diferentes manifestaciones de esa violencia y las experiencias personales de las mujeres dependen, no obstante, de factores como el origen étnico, la clase social, la edad, la orientación sexual, la discapacidad, la nacionalidad y la religión”. Poner fin a la violencia contra la mujer, de las palabras los hechos/ Estudio del Secretario General Naciones Unidas.

Entonces, los estados tienen responsabilidad supranacionales para que se respeten irrestrictamente los derechos humanos, existen obligaciones concretas y objetivas para abordar la violencia de género, no podemos seguir llenando las páginas de los diarios chicha con noticias de masacre a la compañera de hogar o amiga, en este caso los estados parte de las Naciones Unidas o los organismos regionales (Corte Interamericana de Derechos Humanos) tienen la obligación de prevenir, castigar y sancionar acorde a las circunstancias a los agresores, además de cumplir con los parámetros equivalentes. Caso contrario pueden ser objeto de denuncias en esos fueros. Aunque no solamente es el cumplimiento de la ley y la norma solo podría ser valorada por algunos letrados. Aunque el sistema educativo nacional e internacional tendría que conocer y valorar adecuadamente al género y desde ese enclave iniciar con la formación de nuevos ciudadanos que respeten al sexo opuesto, esa gran responsabilidad lo tiene indefectiblemente el Maestro que dicho sea de paso gana la tercera parte de un efectivo policial, aunque ese profesor tuvo que estudiar cinco años y para ingresar al mercado laboral primero hizo un trabajo de investigación científica, lo que no ocurre con el efectivo policial.


ESPACIO PUBLICITARIOS

Video



Encuesta

¿Está usted de acuerdo con el proyecto de remodelación de la Plaza de Armas de Puno?



Archivo
Telf.: +51-51-350775, +51-51-327436 | Dir.: Jr. Cajamarca Nro. 274 - Puno, Jr. Salaverry 411 Of. 307 Plaza de Armas - Juliaca.
CORPORACION DECANO ALTIPLANICO S.A.C. Diario Los Andes
Diseño y Desarrollo Web: G!