Los Andes

Debido a una serie de denuncias de tipo penal, Dilma Rousseff fue destituida del cargo de presidenta de Brasil; con ello, un ala importante de la escena política brasileña pierde poder, para dar paso a una gran coalición considerada ultra liberal. Entonces, el futuro de ese país, sobre todo de sus habitantes, quienes apoyaron a la gestión del exmandatario Lula da Silva y creyeron en la continuidad, pero con el derrocamiento de la expresidenta brasileña y la no inhabilitación para ejercer cualquier cargo político es un duro golpe para los políticos que se ven inmiscuidos en latrocinios al ejercer el poder. Aunque las verdaderas razones estarían centradas en eliminar cualquier foco de insurgencia izquierdista y, según fuentes cercanas al partido obrero brasileño, la gran ganadora es la política imperial de los Estados Unidos.

El sucesor de Dilma Rousseff es Michel Temer, del Partido Movimiento Democrático Brasileño, quien también estaría inmiscuido en similares actos dolosos que su predecesora, pero por las negociaciones llevadas no correría el mismo proceso. Ahora bien, este problema podría replicarse en las naciones consideradas como de izquierda o nacionalistas, por ejemplo el gobierno venezolano está atravesando una reyerta ideo política donde el heredero del poder chavista trata de todas formas mantenerse en el poder, aunque la oposición ganó un espacio considerable al cubrir con mayoría absoluta el parlamento y está por confirmarse un proceso de consultivo. Lo mismo denunció en sus oportunidad el presidente boliviano Evo Morales, quien atribuyó la paralización con la subsecuente muerte de uno de sus allegados más íntimos en el gobierno a manos de mineros alzados, a una infiltración del capitalismo estadounidense para derrocarlo.

Ahora bien, en nuestra patria los nexos que hubieron entre el expresidente Humala Tasso, la infiltración en el poder de su mujer y algunas empresas transnacionales de origen brasileño son investigados a paso de tortuga y, pese a que en su oportunidad la prensa nacional publicara pruebas de las presuntas negociaciones y recibos de financiamiento con lavado de activos incursos, no pasa nada, y todo parece indicar que existe un paso al olvido, entendiendo que las principales empresas de origen brasileño fueron acreedores para la ejecución de importantes obras a nivel nacional, lo cual contó con una cantidad indeterminada de presupuesto.