Comunicadores originarios y mensajes reivindicativos


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Escribe: Rolando Waldo Gomez Poma | Opinión - 09 Oct 2016


Las sociedades en la era global se desarrollan de manera coordinada y secuencialmente buscan reparar las inobjetables pérdidas culturales. Solamente en la región Puno la situación de identidad está cada vez más instaurada en los profesionales (lo que no ocurría debido a la identificación del nativo con otra cultura, esa cultura del conocimiento que los ponía en una escala superior, inalcanzable para la mayoría, pero hoy con la proliferación de las universidades, esta brecha se diluye conforme pasan los días), porque con los paradigmas legales que otorga la globalidad, se da un status “especial” a las personas que se identifican como nativos u originarios. Esta condición tiene relevancia inusitada entre los fueros que debaten la legalidad; uno de los grandes bastiones de esa “libertad” es sin lugar a dudas la sentencia recaída en la movilización social de “Baguazo”, donde 52 nativos fueron denunciados penalmente por la presunta ejecución de 12 efectivos policiales; ellos fueron absueltos por la sala liquidadora correspondiente.

En la actualidad, los sistemas de comunicación se lograron globalizar, atrás quedaron las barreras nacionalistas, por ello cualquier ciudadano es considerado como ciudadano global, la era de la globalización marcó un precedente trascendental para que las personas sientan que necesitan una pertenencia étnica, los mensajes producidos por las grandes empresas comunicacionales en forma de “enlatados” hace treinta años fueron perjudiciales, porque nos presentaron costumbres y formas de alimentarnos que no era para nuestra realidad. Las portentosas campañas publicitarias de las empresas de bebidas gaseosas, el arte de consumir cigarros como una forma de liberalidad, o los diferentes programas radiales siempre “jalados” a una sociedad elitista, la publicidad de entonces cambió la forma de pensar de nuestras sociedad, ya no quisimos ser herederos de la raza andina, nos reconocimos como hispanos o de raza blanca, aunque nuestras facciones raciales nos recuerden insaciablemente que somos herederos de una raza andina, originarios de este mundo nuevo y, como tal, herederos de una genial cultura étnica.

Estados Unidos es sin lugar a dudas una gran potencia económica, política y militar, pero ese gran país se forjó luego de una cruenta eliminación paulatina de sus raíces. Los ciudadanos que lograron conquistar esa zona del “nuevo continente” arrasaron a los pieles rojas, cherokes, powwow, taos, hopi, muskogi, cahokia, sioux, yamasee,… se conoce por historia que los colonos siguieron la ruta del oro y otros metales preciosos, por ello el primer instrumento de defensa que tenían era una pistola o un arcabuz, y se juntaban cientos de aventureros para invadir paulatinamente las extensas llanuras del territorio americano, no dudaron en hacer apuestas entre los colonizadores para cazar y hacerse de las cabelleras “indias”, llegando a casi eliminar a los verdaderos habitantes de ese continente, lo propio ocurrió con la conquista de Canadá. Hoy esas naciones generaron leyes especiales para proteger a los herederos de esas culturas, aunque hoy no exista vestigios de casi el 70 por ciento de los orígenes culturales, puesto que todo vestigio fue borrado del mapa y hoy las “reservas” son una importante fuente de turismo. Hoy en esa nación que se fundó por el ruido de un disparo, está en proceso de decadencia y las elecciones generales lo demuestran: americanos netos no existen en cantidad, más son los migrantes.

Entonces, actualmente en Estados Unidos se lleva a cabo un discurso político entre los que quieren la unidad de las naciones, políticas de apertura de mercado y no sesgos (Hillary Clinton) y el discurso racista e irascible de Donald Trump, como parte de su discurso contra los inmigrantes latinos: “Pero para arreglar nuestro sistema de inmigración, debemos cambiar nuestros líderes en Washington. No hay otra forma. La verdad es que nuestro sistema de inmigración está peor que lo que cualquiera se imagina. Pero no se conocen los hechos porque los medios de comunicación no los reportan, los políticos no hablan de ellos, y aquellos con intereses especiales gastan mucho dinero intentando ocultarlos. Hoy ustedes sabrán la verdad. El problema fundamental con el sistema de inmigración de nuestro país es que atiende las necesidades de los donantes ricos, los activistas políticos y los políticos poderosos. Déjenme decirles a quiénes no atiende: no los atiende a ustedes, al pueblo estadounidense. Cuando los políticos hablan sobre la reforma migratoria, por lo general significa lo siguiente: amnistía, fronteras abiertas, y salarios más bajos. La reforma migratoria debe significar algo totalmente diferente: debe significar mejoras en nuestras leyes y políticas para mejorar la vida de los ciudadanos estadounidenses… Por ejemplo, tenemos que escuchar las preocupaciones que los trabajadores tienen sobre las cifras récord de inmigrantes y el impacto en sus empleos, salarios, viviendas, escuelas, facturas fiscales, y condiciones de vida. Estas son preocupaciones válidas, expresadas por ciudadanos decentes y patriotas de todos los orígenes sociales. También tenemos que ser honestos sobre el hecho de que no todo el que intenta ingresar a nuestro país podrá adaptarse exitosamente. Es nuestro derecho como nación soberana elegir los inmigrantes que creemos son los más propensos a prosperar y florecer aquí…”

Ingresamos a una vorágine de marchas y contramarchas, las naciones que ahora están aglutinados en el sistema económico del Banco Mundial, está en giro de sus actitudes para con el denominado “tercer mundo” (a nuestros países andinos nos consideran en este rubro) y evalúan nuevas alternativas de coexistir, pero esa “apertura” no se debe a que entendieron que no pueden seguir siendo dictaduras en las políticas económicas de las naciones (implante de la economía de mercado ultraliberal) sino que en el lejano continente asiático está en proceso de eclosión un sistema bancario capaz de derrumbar el imperio que nos gobernó desde fines de la segunda guerra mundial, ese solo hecho hace que nosotros como ciudadanos del ande, tengamos una perspectiva clara y segura, o nos fortalecemos como pueblo nativo y originario o simplemente nos dejamos avasallar por las leyes que proyectan el extractivismo a ultranza, que no duda en dejar miseria y desertificación en nuestros territorios, sin cumplir con la “responsabilidad social”, que es entendido solamente como el otorgamiento de dádivas o puestos de empleo de última categoría a los ciudadanos afectados.

El empoderamiento de nuestras sociedades ancestrales, está en proceso de instaurar un gran frente, ese frente que nace desde el reconocimiento de nuestros orígenes andinos, amazónicos y costeños, e irradiar al mundo los conceptos de filosofía andina mediante la cosmovisión del poblador ancestral, para que ésta nueva identidad sea fructífera está el proceso de socialización de todos los instrumentos legales que favorezcan el resguardo de los usos y costumbres, el mismo que está regulado por la Constitución Política de nuestra nación (igualdad ante la ley,…) el mismo se adhiere al control de convencionalidad mediante los pactos, tratados y convenios de que nuestro país es parte, uno de esos instrumentos internacionales de obligatorio cumplimiento es sin lugar a dudas el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, además de las decisiones con carácter de fiel cumplimiento emanadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde existe jurisprudencia que reconoce a la calidad de los pueblos originarios y sus perspectivas dentro del mundo globalizado, así como la protección de los diferentes usos y costumbres ancestrales.

Pero como todas las fuentes informativas deben y tienen que ser socializados para que el ciudadano común y corriente sepa sobre los derechos que tienen al ser reconocidos como poblador originario y nativo de una cultura, surge la necesidad de contar con comunicadores sociales originarios interesados en difundir esas leyes, tratados y sentencias en calidad de cosa juzgada , para que el conocimiento sea el primigenio instrumento sostenibilidad de la cultura y su ratificación mediante las organizaciones sociales comunales, que dicho sea de paso parte desde la instauración del derecho consuetudinario (fuente del derecho desde la costumbre), concatenado con las bases legales sujetos a la nacionalidad, territorialidad y soberanía (país unitario, recaído en una sentencia del Tribunal Constitucional, órgano máximo de interpretación de la carta magna) e incluso podría ser aglutinado en la ancestralidad cultural conforme está instituido en la creación de la Comunidad Andina y Organización de los Estados Americanos.

En los últimos diez años, en nuestra región se produjo un fenómeno especial con respecto a la irradiación de mensajes mediante emisoras sobre todo en la frecuencia modulada (por el costo de operación y el alcance de las ondas sonoras, las frecuencias radiales de amplitud modulada tienen poca aceptación, además en la región esta frecuencia tiene públicos cautivos), según fuentes de la dirección de telecomunicaciones de la dirección regional de transportes y comunicación Puno, en la actualidad no se tiene un registro específico de las emisoras que irradian señal en el ámbito regional, pero se estima que por lo menos existiría unas 200 estaciones de radio en frecuencia modulada operando en horarios discontinuos y con respecto a estaciones televisivas se conoce que llega a un centenar, estas emisoras funcionan en cada jurisdicción distrital e incluso se ha logrado identificar señales que emiten mensajes en algunas comunidades campesinas o en asentamientos mineros.

Es en este sector poblacional, donde se requiere de una capacitación a los comunicadores sociales nativos o indígenas, aunque sus estaciones radiales o televisivas no cuentan con los permisos de ley, es innegable que operan en la clandestinidad, para ello es menester desarrollar una investigación pormenorizada de los líderes sociales que irradian mensajes, para que esos mensajes tengan el sello de la identidad cultural e informen sobre la realidad legal de la cultura en la esfera global; ¿hay la predisposición de explotar este segmento poblacional? La respuesta es contundente, NO; por ello alguna entidad pública o privada tiene que lograr los nexos necesarios para valorar este sistema de comunicación, no solo es emitir música durante todo el día y enviar unos saluditos, también se puede emitir mensajes autoeducativos o instructivos. En la zona rural la palabra derecho parece ser una aforismo letal y contrario a los intereses de cada ciudadano, pero si los alcances de la ley y convenios internacionales es voceado por el vecino comunicados popular rural, entonces nuestros coterráneos andinos tendrán más probabilidades de querer entender y comprender sobre los aspectos positivos que tiene esa ley o convenio.

Aunque operen en la ilegalidad, enciendan sus equipos de irradiación de señal cuatro horas por la mañana y cuatro por la noche, los comunicadores sociales originarios sirven de mucho para el desarrollo informado de la sociedad, estos hermanos que forma el tejido social de primera línea en su organización social de ser valorados en su real dimensión, pueden ser instrumentos de amplio y pacífico desarrollo, está por delante la identidad cultural, las experiencias y conocimientos ancestrales, por lo que la cosmovisión andina tiene que ser valorado en su real dimensión. En su momento la primera experiencia de esos capacitadores sociales fue implementada por el médico Manuel Núñez Butrón, formando los famosos rijcharis, quienes llevaban consigo el mensaje de la limpieza, lavado de manos y no al consumo del licor y según informes oficiales dieron un rotundo resultado positivo para la sanidad rural. Hoy es necesario reconocer a los nuevos rijcharis de la cultura, claro que otorgándoles las herramientas cognitivas necesarias para que luego sean parte del discurso popular, sinceramente se podría elevar el debate ideopolítico y sería un gran aporte para la vida del poblador andino y de los políticos.


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