Friday 29.03.2024 | Actualizado 11:08 (hace 1963 días)
Contrario a los objetivos profesionales de la Ley Universitaria y entorpeciendo los intereses de los estudiantes universitarios, los catedráticos pertenecientes al Sindicato de Docentes Universitarios de la Universidad Nacional del Altiplano (Siduna) acatan una huelga nacional indefinida, pues de todas formas pretenden lograr la homologación de los sueldos con sus pares del sistema judicial, aunque para un sector de docentes no sindicalizados esta lucha solamente está perjudicando el normal desarrollo de las actividades y aunque los trabajadores administrativos continúan laborando normalmente.
Los huelguistas por el momento están solicitando a la autoridad universitaria una movilidad con chofer y tanque lleno para que se traslade a un grupo de huelguistas rumbo a la capital, lo que constituiría un tipo de malversación.
Se conoce que a nivel nacional, en todas las universidades estatales, son nombrados un promedio de 15 mil catedráticos de los diferentes niveles, los que pretenden ganar sumas exorbitantes como actualmente perciben los magistrados; cabe indicar que un juez superior titular gana 18 mil 573 soles mensuales; el juez especializado titular percibe la suma de 14 mil 394 por mes trabajado, mientras que un juez de paz letrado titular percibe la suma de 9 mil 286 soles de remuneración mensual.
Esto quiere decir que los catedráticos nombrados, de acuerdo a las categorías que ostentan, pretenden ganar esas cantidades de dinero, claro que se corre el riesgo de desfinanciar el magro presupuesto del sistema educativo nacional.
A nivel nacional, prestigiosas universidades donde las exigencias académicas son asfixiantes para los señores catedráticos en sus diferentes categorías (San Marcos, UNI, etc.) no están acatando esta forma de lucha, además se sabe que existiría una manipulación de un grupo de nombrados para sofocar cualquier intento de negociación o labor de los contratados.
Finalmente, la autoridad universitaria, cuando los estudiantes hacen huelgas dentro de la ciudad universitaria, inmediatamente piden el auxilio de los efectivos del orden, pero cuando los catedráticos universitarios entorpecen el normal desarrollo de las actividades labores dentro de la ciudad universitaria, no dice ni hace nada.
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