Los Andes

Europa, qué duda cabe, está en crisis. Buscando responsables de su pérdida de bienestar social, su clase política ha ensanchado sus posiciones radicales en defensa del nacionalismo. Hay desintegración, intolerancia y exacerbación del antiislamismo y rebrote del antisemitismo. Se expulsa a cientos de gitanos y se amenaza con suprimir la nacionalidad francesa a inmigrantes delincuentes.

Hoy se apela a la identidad nacional, la industria nacional, la pureza de creencias, y el castigo a los mendigos. Y, como diría Huamán Poma de Ayala, el ilustre cronista quechua, «no hay remedio». El diario El Mundo señala: «El avance histórico de la extrema derecha en las elecciones de este domingo en Suecia confirma el auge de populistas, xenófobos y nacionalistas en varios países europeos».

Para Daniel Basteiro, de Publico.es: «Emerge una extrema derecha que ha sabido rentabilizar la crisis». A la larga lista de países “derechizados�: Dinamarca, Holanda, Francia, Suiza, Austria, Hungría, Italia, Bélgica, Bulgaria, hace unos días se ha sumado Suecia. Nuevos partidos de derecha y extrema derecha viene apareciendo en el escenario político europeo.

En una anterior crónica dábamos cuenta que en Holanda, se culpaba a la inmigración de la crisis y se calificaba al Corán de "libro fascista". Pues hoy algo similar ocurre en Suecia. El ultraderechista Jimmie Akesson, que hizo de un otrora grupo neonazi un partido, sostiene que el Islam no es compatible con los valores suecos. En Suecia, ¡modelo de democracia y tolerancia!

En Italia, la Liga Norte de Umberto Bossi, aumenta su influencia hacia posturas xenófobas y en pos de más autonomía del norte “rico� frente al “pobre� sur. Hace unos meses antes, en Hungría el partido Jobbik, (“Los mejores�) conocido por su retórica racista y antisemita, lograba el 16,7% de los votos, casi ocho veces más que en las legislativas del año 2006.

En Bulgaria existe un partido “contra los ataques gitanos�, llamado ATAKA, que cuenta con canal de televisión y ostenta una posición hostil hacia judíos, turcos y homosexuales. En Bélgica el partido independentista flamenco NV-A, una formación conservadora aunque no xenófoba, pasó a ser la fuerza líder del Parlamento.

En Suiza, el nacional conservador Partido Popular Suizo (SVP), que tiene mayoría de escaños en el Consejo Nacional (la mayor Cámara del Parlamento) y se pronuncia por la repatriación inmediata de extranjeros que cometan delitos, obtuvo un 27 por ciento en las elecciones de 2007. La mayoría de los votantes suizos votó recientemente contra la construcción de minaretes(1) en su territorio.

En Austria el populista y abiertamente xenófobo Partido para la Libertad (FPÖ) emergió como tercera fuerza del país con un 17,5 por ciento en las elecciones de 2008 y sigue ganando fuerza tras el debilitamiento de la alianza BZÖ con la muerte de Jörg Haider. Sin embargo, aún en España, Alemania y Gran Bretaña los partidos de extrema derecha no juegan un papel relevante a escala nacional.
Y es que los ataques de la ultraderecha, se basan en reprobar y condenar el multiculturalismo, la libre circulación de ciudadanos europeos y los beneficios y ayudas sociales a los inmigrantes. Y por supuesto, culpar de todo a la gestión de la izquierda. Menos mal, que en el Parlamento Europeo, la cifra de diputados de tendencia populista de derecha aún permanece por debajo del 10 por ciento.

La Fundación Robert Schuman, publica en su página web: www.robert-schuman.eu, el editorial de Jean-Dominique Giuliani, titulado: «La extrema derecha en Europa», en el que explica: «On voit ressurgir les mythes et les comportements nationalistes, une certaine vision ethnique de la Nation, une vraie xénophobie culturelle, voire des comportements purement racistes.»(2) Y no hay remedio, de momento.
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(1) Minaretes.- Los alminares o minaretes son las torres de las mezquitas islámicas.
(2) «Vemos reaparecer los mitos y los comportamientos nacionalistas, una cierta visión étnica de la nación, una verdadera xenofobia cultural, incluso comportamientos puramente racistas.»