Evo Morales, entre paradojas y paranoias


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Escribe: Felipe Gálvez Condori | Política - 29 Mar 2015


"Evadas, cien frases de Juan Evo Morales Ayma para la historia", escrito por el periodista boliviano Alfredo Rodríguez, es un libro que ha alcanzado una celebridad inusitada y es hoy un bestseller altiplánico. Ocurre que el buen Evo Morales no solo es conocido por ser un mandatario de origen indígena, sino que también es famoso por las ocurrentes frases que suele pronunciar en sus coloquiales discursos. Muchas de ellas han quedado grabadas para la posteridad, debido a que tienen una buena dosis de hilaridad y suscitan controversia. Una de las más recordadas, por ejemplo, es aquella en que insinuaría que el incremento de los gays tendría que ver con el excesivo consumo de pollo: "El pollo que comemos está cargado de hormonas femeninas. Por eso, cuando los hombres comen esos pollos, tienen desviaciones en su ser como hombres". Otra, la que responsabiliza a la las telenovelas de la existencia de los “tramposos” conyugales: "Por culpa de las telenovelas, hombres y mujeres nos ponemos cuernos. Yo llegué a esa conclusión. Estoy casi segurísimo de que un 60% y 70% de los divorcios son por culpa de las novelas". O llegar a aseverar que los esclavos se autosuicidan: "En países como Puerto Rico y Cuba los indígenas prefirieron autosuicidarse antes que ser esclavos de los españoles".

Esta ocurrente y variopinta colección de afirmaciones, nos haría suponer que estamos ante un personaje cándido e ingenuo. Pero no nos equivoquemos, estos dichos no pasan de ser una anécdota, porque quien las ha pronunciado ha demostrado sobradamente ser un político sagaz y uno de los más exitosos gobernantes y líderes mundiales. En un reciente ranking de popularidad de los presidentes latinoamericanos, elaborado y publicado a fines del mes de febrero del presente año por el diario mexicano “El Economista”, se revela que el mandatario más popular del continente es Evo Morales, que llega al 76% de aceptación. Este dato no hace sino convalidar el amplio respaldo electoral que obtuvo en los comicios de octubre del pasado año, donde consiguió un categórico 61,36 % de los votos, logrando además una amplia mayoría parlamentaria. En el plano geográfico, Morales, se consolidó electoralmente en ocho de los nueve departamentos que tiene Bolivia, incluyendo Santa Cruz, principal bastión de sus opositores.

Este triunfo electoral ha permitido que Morales, que gobierna Bolivia desde el 2006, inicie en enero su tercer mandato consecutivo, con el que se mantendrá en el poder hasta enero del 2020, lo que lo convertirá en el presidente con el periodo más largo en el gobierno. Entre los innumerables logros que su gobierno puede mostrar, está el hecho que el año 2014, Bolivia fue el país de Sudamérica con mayor crecimiento económico: su PBI se expandió en 5.5%, de acuerdo a datos del Fondo Monetario Internacional (FMI); su inflación osciló en estos nueve años entre el 4,8% y el 5,19%; las exportaciones subieron de los 3 mil millones a más de 12 mil millones, y las reservas internacionales pasaron de mil 714 millones a 15 mil millones. La pobreza extrema en Bolivia bajó de 38.2% a 18,8% en los últimos nueve años.

Cuando ganó por primera vez el 2005, muchos dudaban que el dirigente cocalero pudiera terminar su mandato. Hoy sus partidarios y opositores sospechan que con su nueva mayoría parlamentaria tiene las puertas abiertas para prolongar indefinidamente el llamado “Proceso de Cambio” que ha iniciado. Bolivia está cambiando, no hay ninguna duda. Con la nueva Constitución Política ha gestado el denominado Estado Plurinacional, que integra la diversidad de nacionalidades; en Palacio Quemado flamean simultáneamente: la tradicional tricolor y la wiphala. Pero si de símbolos se trata, lo que más abunda a lo largo y ancho del país, son las fotografías y dibujos gigantes del presidente indígena, con lemas que rezan: “Bolivia cambia, Evo Cumple”, denotando el carácter personalista que tiene su forma de ejercer el poder. La humilde morada donde nació (Isayavi-Oruro) es un museo de peregrinaje. Se han publicado libros, series de radio y televisión, incidiendo en su origen humilde, sus oficios y vicisitudes, como pastor de llamas, trompetista, líder cocalero, hasta llegar a presidente.

Más allá de lo guiones mediáticos, nueve años después, el presidente Evo es un gobernante personalista con un discurso ambivalente, mientras que el humilde y combativo líder sindicalista es ya parte del pasado. Aunque mantiene su retórica y verbo antiimperialista y antineoliberal, el gobierno evista no tiene ningún rumbo socialista y menos significa una amenaza a la propiedad privada. Su gobierno ha tenido la capacidad de negociar con los otrora renuentes empresarios cruceños, comprometiéndose con una “hoja de ruta”, términos que a los peruanos nos resultan familiares. Su manejo económico es pragmático, fortaleciendo un Estado fuerte; a ello se suma que actualmente “Bolivia vive una suerte de bonanza económica, a su medida, nunca vista. Hay una fuente muy importante de recursos estatales”, según señala Pablo Stefanoni, analista de la Fundación Friedrich Ebert y editor de la revista Nueva Sociedad.

La nacionalización de la explotación de hidrocarburos, junto a los recursos mineros y la exportación de soya, le prodigan ingentes recursos económicos que le permiten sostener programas sociales en salud, educación, vivienda y transporte y hasta entregar “bonos”, o dinero en efectivo a importantes sectores de la población boliviana, hecho que sus detractores califican como medidas populistas que le dan réditos electorales. Desde la renegociación con las empresas petroleras extranjeras, en 2006, fondos con los que a financiando importantes y modernos proyectos de infraestructura. En la siempre caótica y atractiva ciudad de la Paz, sede de gobierno, en el servicio de transporte público, conviven, un vetusto parque automotor, con el moderno teleférico más alto del mundo, teniendo en cartera la implementación de trenes rápidos para las ciudades de Cochabamba y Santa Cruz. El escritor boliviano Edmundo Paz Soldán afirma que “Lo que ha triunfado es un capitalismo de Estado, una visión muy pragmática de las cosas. Es un capitalismo andino. Hay un pragmatismo en la cultura andina que ha terminado ganando la partida a cualquier retórica socialista”. Mención aparte merece la audacia de poner en tapete la demanda marítima contra Chile, que ha despertado en los bolivianos de todas las razas y condición social, la ilusión y la esperanza de recuperar un acceso soberano hacia el mar, incluso recibiendo la adhesión de sus adversarios políticos.

El 29 de marzo se realizarán elecciones subnacionales en Bolivia, en las que se elegirán gobernadores y alcaldes en los 9 departamentos de ese país. Esta nueva contienda electoral ha sido asumida como como un nuevo desafío para el reelecto presidente y su maquinaria electoral, aunque el escenario es distinto a un proceso presidencial, porque en este no está en cuestión el proyecto o rumbo político y económico del país, ni el resultado compromete la permanencia del presidente en el cargo. Como pasa en todas partes, a los ciudadanos les interesa y les afecta en mayor medida la gestión del alcalde y del gobernador, están en juego los intereses locales y la calidad de vida en la ciudad. Se podría decir que, en un contexto político, se trata de elecciones que tienen una tendencia jurisdiccional en un departamento o ciudad.

Sin embargo, adivinen: ¿quién fue el principal protagonista de la campaña electoral? Sí, Evo. Él pretende convertirse en la locomotora que “arrastre” la elección de los candidatos del partido oficialista (MAS). Conocido su intenso ritmo de trabajo, en un solo día visita, por lo menos, tres lugares del país, realizando inauguraciones, mítines proselitistas, dándose tiempo para jugar su “pichanguita”. Pero tiene como su mayor dificultad que varios de sus candidatos son cuestionados por su trayectoria pública, generando la animadversión del electorado. Esta vez, la arrolladora popularidad electoral del presidente Morales parece que no será del todo determinante. Se le hace muy difícil la tarea de tratar de endosar o convertir su popularidad en votos para sus candidatos. La empatía puede funcionar inicialmente, pero cuando se trata de candidatos pésimamente seleccionados, no hay milagros posibles, aunque el buen Evo esté detrás. Probablemente, esa es la causa de que haya tenido que recurrir al extremo de lanzar a los cuatro vientos la “advertencia” nada democrática: “si los candidatos de la oposición ganan en las elecciones, no trabajaré con ellos”, insinuando que no habrá obras en las regiones donde no triunfen sus candidatos.

La expectativa del Presidente y del partido de gobierno es “ratificar” su hegemonía, tratando de alcanzar todo el poder territorial, no obstante la realidad no parezca sonreírle. El panorama, según las últimas encuestas publicadas, no le son del todo favorables: El gobiernista Movimiento%u2008al Socialismo (MAS), asumiría la administración de cinco gobernaciones: Cochabamba, Oruro, Potosí, Chuquisaca y Pando, siendo derrotado en tres: Santa Cruz, Beni y Tarija. La oposición volvería a controlar la Alcaldía de La Paz y, además, arrebataría al oficialismo la codiciada y emblemática Alcaldía de El Alto y la Gobernación. Cualquiera de las tres derrotas sería un duro revés, pero la tripleta significaría un duro golpe político para Evo y su gobierno. La Paz es el epicentro y la brújula política del vecino país. La dirigente de la poderosa organización de mujeres Bartolina Sisa, Felipa Huanca, es la candidata del MAS, a la Gobernación de La Paz. “Será reconocida a nivel mundial por contar con la primera mujer originaria como gobernadora”, proclama Evo, pero va relegada en el segundo lugar de las preferencias, muchos dudan de su capacidad para ejercer el cargo y arrastra denuncias no aclaradas en el manejo de un fondo estatal para las organizaciones originarias. Su rival, que le saca ventaja en las encuestas, Félix Patzi, es un académico de origen indígena, fue Ministro de Educación, un disidente, que dice ser el “indígena letrado” que sucederá a Evo, el año 2020.

Así está Bolivia, el país de las paradojas. Así encontramos a Evo Morales, uno de los más populares y mediáticos Jefes de Estado, en medio de la paranoia del poder, enarbolando un “proceso de cambio” que hace tiempo ha cambiado su rumbo inicial.

Alfredo Rodríguez Peña, “Evadas Cien Frases de Juan Evo Morales Ayma”. Editorial: Independiente. Santa Cruz, Bolivia, 2011. Diario El Economista México, “La popularidad de los mandatarios latinoamericanos”, 26 de febrero del 2015. Edmundo Paz Soldán, entrevista en Perú 21, 15 de octubre del 2014 Miércoles 15 de octubre del 2014

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