Los Andes

El Perú ha sido testigo, una vez más, de las artimañas que los representantes de la llamada “clase política peruana� hacen en el Parlamento en contra de los intereses nacionales. Esta vez tiraron por la borda, sin avergonzarse un segundo, una investigación que se venía haciendo a Keiko Fujimori por los supuestos delitos de desbalance patrimonial y enriquecimiento ilícito. Sí, se archivó su caso con una votación de ocho contra seis. La prensa independiente responsabiliza de este sainete sórdido solo a la alianza de dos partidos corruptos y genocidas: La APRA y el Fujimorismo. Sin embargo, este asunto no es tan simple como parece.

La comisión presidida por Enrique Wong y conformada por miembros prominentes del Fujimorismo, Apra y otros partidos, a pesar de tener atribuciones especiales, mantuvo la investigación en la congeladora durante dos años, pese a que existían hechos razonables para iniciar una acción fiscalizadora. No podía explicarse el dinero que los tres hijos gastaron para educarse en los Estados Unidos y el hecho de que Keiko viva como una reina pese a no haber trabajado nunca en su vida.

Sobre sus estudios: Estos cuestan ahora en la universidad donde estudió 100 mil dólares, aproximadamente. Se ha calculado que en aquellos años fueron solo 60 mil dólares que, por los tres hijos de Alberto Fujimori, habrían costado 180 mil dólares. Se ha calculado, igualmente, que la residencia, la alimentación, vestimenta, libros, movilidad y recreación han sido durante los cinco años unos 150 mil dólares, viviendo los tres como simples estudiantes. En total sumarían 330 mil dólares. Alberto Pandolfi, Primer Ministro del gobierno de Fujimori declaró durante el juicio donde estuvo involucrado en calidad de testigo que Alberto Fujimori, en aquel tiempo, ganaba 2 mil 200 soles como presidente de la República, hasta el final de su gobierno, o sea, menos de mil dólares. ¿Cómo podía pagar “el Chino�, con la miseria de su sueldo, los estudios de sus tres hijos en los EEUU? Keiko ha contestado que habían vendido la casa de su tía (también corrupta y fugitiva hasta el día de hoy) por la suma de 100 mil dólares. Hay dos cuestiones al respecto. 1) No está comprobado que se haya vendido la casa por ese precio tan alto para ese tiempo. 2) Aunque fuera cierto, no cubre los 330 mil dólares que los tres hijos gastaron para educarse en los Estados Unidos. ¿Hay hechos razonables para investigar este desbalance?

Por otra parte, ¿De qué vive Keiko si no trabaja en nada? Su esposo es norteamericano, pero no tiene trabajo conocido. En USA hay actualmente 120 millones de desocupados; sin embargo, Keiko ex Primera Dama del gobierno de Alberto Fujimori, vive como una reina y cría y educa a sus hijos como a príncipes. Sobre este aspecto hay mucho que hablar y lo haremos en su oportunidad. Lo que queremos en este momento es explicar que la componenda del Congreso de la República que salvó a Keiko se dio de otra manera. No solo fue obra macabra de la alianza Apra-Fujimori.

En primer lugar, la investigación se mantuvo fuera de discusión durante mucho tiempo. Finalmente, se convocó a la comisión presidida por Enrique Wong para la semana pasada. No asistió Roberto Angulo, el encargado de argumentar la acusación de los supuestos delitos cometidos por Keiko Fujimori, Rogelio Canches votó en contra, la parlamentaria Esther Saavedra no asistió y nuestro paisano, Jonhy Lescano, probable candidato a la Presidencia de la República por Acción Popular y, según sus propias palabras, “defensor de las causas justas�, abandonó la sesión 10 minutos antes de la votación pretextando que tenía una reunión urgente. De esta manera se cumplió un contubernio maquiavélico contra el país, porque el Perú perdió 6 contra 8 votos. ¿Por qué no asistió el que debía sustentar los argumentos de la investigación a Keiko Fujimori? ¿Por qué inasistieron los demás parlamentarios? ¿Por qué abandonó la sesión, minutos antes de la votación, nuestro paisano Jonhy Lescano? ¿Por qué los nacionalistas permitieron congelar la decisión de investigar durante mucho tiempo teniendo mayoría en la comisión? La actitud de los nacionalistas se presta a dos interpretaciones: Eran parte de esta asquerosa componenda o se estaban guardando la decisión final para un momento oportuno. Pero después se les escapó la treta de las manos, por estúpidos. ¿Y Lescano? No tiene perdón. Su actitud es vergonzosa para los puneños y para todos los peruanos de posiciones democráticas.

La alianza Keiko-APRA era de esperar. La coordinación permanente que los unió en el Congreso durante los cuatro años son explicables. Los une un cordón umbilical mugriento: La corrupción y el genocidio. No sé sabe qué estrategias utilizará la derecha para convertirlos en sus candidatos a la Presidencia. Desgraciadamente para ellos, según la última encuesta de IPSOS han salido con la mayor desaprobación de la ciudadanía, que supera el 70% cada uno. La prensa escrita, radial y televisada de la “derecha� hace esfuerzos por separar a Fujimori de Montesinos, ese par de sátrapas (La frase es el título de una novela de Maynor Freyre) y habla solo de montesinismo, que Montesinos acá, que Montesinos allá, sin involucrar a Fujimori ni a Keiko. Naturalmente se dice y hace para interiorizar en la conciencia de la población que el autor y responsable del latrocinio y la corrupción del tiempo del “Chinito� fue solamente Vladimiro Montesinos. Pero nosotros no somos desmemoriados ni estúpidos. Esta gente cree que somos retardados mentales. Fue Fujimori el jefe de ese “compadrazgo� y de toda la mafia a su servicio, en su calidad de Presidente de la República y, por eso, debe tipificarse esa gestión como Fujimontesinista y recordar que Keiko fue Primera Dama de ese gobierno, que dejó al Perú en una crisis económica, política, moral y social monstruosa, de la cual no podemos recuperarnos hasta el día de hoy.

Ahora, Keiko patalea y se extraña de que la DINI haya elaborado una lista de más de 100 mil personas entre políticos, empresarios, periodistas, militares, registrando sus propiedades, cuentas bancarias, viajes, movimientos, etcétera, cuando eso era común y con propósitos infames en la época en que ella era Primera Dama. Hace poco, según un último reporte de SUNARP y de un ex jefe del SIN, se sabe que este último trabajo de la DINI es “normal�. Viene desde la época de Alejandro Toledo; se consolidó en el tiempo de Alan García y opera actualmente de la manera que todos sabemos. ¿A quién extraña esto? Ese es el trabajo del Servicio de Inteligencia en cualquier parte del mundo; sin embargo, Keiko y Alan quieren lavarse las manos como Pilatos, se rasgan las vestiduras, chillan, patalean, a sabiendas que esa acción de seguimiento viene desde la época en que gobernaron. Aquí mismo, la DINI registra las tendencias de nuestros artículos, nuestras cuentas bancarias -si las tenemos- y nuestras propiedades. Es su trabajo. Así vivimos y así seguiremos viviendo.