Los Andes

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Una pregunta que todos los votantes seguramente se hacen, justamente hoy, es si el modelo económico del país cambiará o no, gane quien gane las elecciones. Y, también, si ello nos beneficiará de alguna manera, en el corto o en el largo plazo. Millones de peruanos, pensando en esto, confiarán su voto a algún candidato presidencial.

Esto, debido a que el Perú tocó un piso de 2.4% de crecimiento en 2014, cuando hace años crecía a un promedio de 6%. Algo que, naturalmente, afecta a nuestros bolsillos, tanto si somos empleados públicos como si no, pues de todas formas tenemos que comprar diferentes insumos, hoy o mañana (IGV, recargo al consumo, etc.).

ECONOM�A ACTUAL

“El Perú tiene una estrategia económica, a la cual le llaman ‘modelo económico’, basada en dos pilares: la adherencia al libre mercado y la apertura hacia el exterior; el Estado actúa como regulador�, dijo recientemente el economista Carlos Parodi, y luego agregó: “El ‘modelo’, sin lugar a dudas, ha dado resultados positivos en las cifras económicas y en la reducción de la pobreza monetaria o ‘por ingresos’�.

La economía del Perú, es menester mencionar, siempre ha sido un reflejo de su variada y complicada geografía. Por ello es natural que, hasta hoy, esté basada en la explotación, procesamiento y exportación de recursos naturales, principalmente mineros, agrícolas y pesqueros; lo que nos ha favorecido en las últimas décadas.

No obstante, para muchos especialistas, pese al crecimiento económico (3.41%, en enero de este año, según el INEI), estamos en una época de incertidumbres, principalmente por los comicios electorales que se celebran hoy y que marcarán el inicio de un nuevo gobierno; y porque algunos “motores� de crecimiento se encuentran apagados.

Lo “bueno� en todo esto es que los fundamentos macroeconómicos del país son sólidos: Si bien la posición fiscal se deteriora, aún está lejos de no ser sostenible. Además, los balances del sector privado se encuentran sólidos y el sistema financiero es poco vulnerable. Así, las condiciones de este año, aunque no son las mejores, permiten al empresariado mantenerse alerta y tomar las precauciones del caso.

El desaliento que sienten algunos sobre la foto actual de la economía peruana, cuyo velocímetro ya no marca las cifras de antes, se debe a la caída del precio de las materias primas, que ha golpeado a toda la región e, incluso, al mundo (tomando como referencia a China, que actualmente compra y crece menos).

"Ciertamente, esto le pone al Perú restricciones con respecto a lo que eran sus ingresos, por divisas y por impuestos, porque estamos hablando de un reto mundial donde la tasa de crecimiento ha bajado a 3% en promedio", dice al respecto Viviana Caro, representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el Perú.

¿CAMBIAR EL MODELO?

¿Qué hacer, entonces? Para Parodi, “cualquier estrategia alternativa (…) no puede ir en contra del crecimiento económico ni de la apertura hacia el exterior. Basta ver, en los últimos diez o quince años, la evolución de los países que optaron por un camino diferente: Venezuela, Brasil, Ecuador y Argentina�.

En este escenario, ¿qué se debe hacer? ¿Cambiar el modelo, matizarlo, completarlo? ¿Cuál es la opción más viable? De acuerdo a los planes de gobierno de los cinco primeros aspirantes presidenciales en las encuestas, ninguno pretende un cambio de modelo, sino matizarlo o completarlo (a excepción del Frente Amplio). “En esta última dicotomía parece estar la diferencia. La diferencia puede estar también en ‘matizarlo’ hacia dónde�, responde Parodi.

Para él, el modelo económico peruano requiere ser completado con una reforma institucional, donde la del Estado sea la pieza clave; “el nuevo gobierno deberá trabajar en la construcción de un Estado al servicio de los ciudadanos, que otorgue seguridad, respeto a los derechos de propiedad, acceso a servicios básicos de calidad en igualdad de condiciones, etc. Ese es el Estado que necesitamos, sin que ello implique alterar las piezas básicas de la estrategia económica�.

Dicho en otras palabras, el reto es encontrar otros motores para la economía (pero continuar con el modelo) y mantener el buen desempeño del país; esto, para que el Perú continúe desarrollándose y ratifique lo asegurado por el FMI: que tendrá una mayor velocidad económica (de crecimiento, se entiende) que Colombia, Chile y México (Brasil, Argentina y Venezuela seguirán andando en el terreno de las cifras negativas, mientras tanto).

LOS MOTORES DEL CRECIMIENTO

De acuerdo al portal SEMANAeconómica, durante este año, gran parte del crecimiento de la economía estará vinculado a la economía local. Al igual que en el 2015, la minería continuará siendo el principal motor de crecimiento. La entrada en producción de Cerro Verde y Las Bambas, así como la producción a plena capacidad de Toromocho y Constancia permitirán que la minería vuelva a ser la protagonista.

“La minería pesa mucho. Tiene un peso de 12% en el PBI. Solo el cobre tiene un peso de 6%%u201D, señala Alex Müller-Jiskra, economista para el Perú del banco de inversión BTG Pactual. El riesgo es que este año será el último en el que entrarán megaproyectos. Las operaciones antes mencionadas son resultados de decisiones de inversión que se tomaron hace varios años atrás y finalmente ven la luz.

“Estamos en la última etapa de proyectos grandes. El nuevo gobierno tendrá que hacer reformas para evitar la caída de la inversión desde el 2018�, apunta Juan Mendoza, director de la maestría en economía de la Universidad del Pacífico.

Así las cosas, la nueva fuente de crecimiento importante en el 2016 será la infraestructura concesionada. Los avances en grandes proyectos, como la Línea 2 del Metro de Lima y el Gasoducto Sur Peruano, ya no estarán en sus etapas iniciales como en el 2015, sino que su ejecución tendrá un mayor impacto sobre la dinámica de la economía peruana.

Si bien la inversión en infraestructura se presenta como la alternativa ante la menor inversión minera, esta aún no es suficiente. Y es que la inversión privada lleva ya dos años (2014 y 2015) decreciendo, y si bien se espera que esta mejore en el 2016, no dependerá exclusivamente de la minería e infraestructura. Dependerá de “otra� inversión.

LA “OTRA� INVERSIÓN

Minería, infraestructura y el “resto�, son los tres tipos en que se puede distinguir la inversión privada. En el “resto� se encuentran el sector industrial e inmobiliario, entre otros. Debido a la falta de nuevos proyectos mineros se espera que el componente minero caiga y sea compensado por las obras de infraestructura. Sin embargo, no sería suficiente para impulsar una recuperación de la inversión privada durante este año.

APOYO Consultoría estima que en el 2014 el componente “resto� representaba el 64% de la inversión privada, muy por encima del 11% y 25% que representaban los sectores de infraestructura y minería e hidrocarburos, respectivamente. Por tanto, lo que dirimirá el rumbo de la inversión privada será el componente de este “resto�, que no es para nada menor.

En un contexto en que usualmente las elecciones debilitan la inversión privada, un mayor deterioro de la confianza en la primera parte del año hace esperar que la recuperación de la inversión se seguirá postergando. Sin embargo, una vez pasadas las elecciones, el Fenómeno El Niño y la subida de tasas de parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, se esperaría que el sector privado se recupere.

¿CAMBIAR� EL PERÚ?

El Perú podrá cambiar de gobernante, pero no de modelo económico. Quien sea electo presidente de la República no podrá (o no deberá, que es lo más pertinente) cambiar el modelo económico, a no ser que quiera revertir todo lo avanzado hasta el momento. Además de esto, es obvio que la oposición y otros entes del Estado, impedirán que se dé un cambio radical en este sentido, pues se trata del desarrollo del país.