Los Andes

Se anuncia la puesta en operación de 22 COAR regionales (solo falta en Tumbes y Ancash) con una inversión anual de 5 millones de soles para 200 alumnos, y otros 27 millones para el Colegio Mayor, con 900 alumnos. Son 26 mil soles por alumno, ocho veces más que el costo por alumno de la secundaria pública común.

Sin ánimo de negar a los beneficiados sus méritos para ocupar sus vacantes y aspirar a que se cumpla la promesa gubernamental, hay lugar a discutir la conveniencia de la existencia de los COAR, con miras a convocatorias futuras.

Los COAR no se constituyen en experiencias transferibles a otros colegios públicos de la región, porque seleccionan la vanguardia de alumnos formados en otros colegios y contratan profesores sin seguir los requisitos y remuneraciones de la carrera pública magisterial. Por lo demás, tampoco es claro el logro particular atribuible a estos colegios. El uso como indicador de éxito de los COAR que los egresados ingresen a las universidades no es sostenible porque lo hubieran logrado también sin el COAR, si se les hubiera financiado la respectiva pre o una buena academia, como ocurre con miles de otros egresados cada año. Señalar que los egresados continúan su vida académica en universidades nacionales y del extranjero gracias a becas que obtienen también ocurre con alumnos destacados que egresan de los colegios públicos comunes, en la medida que son buenos alumnos y obtienen las becas que les otorga el Estado.

En mi opinión, más urgente y prioritario sería desarrollar innovaciones pedagógicas en colegios comunes y corrientes, que sean transferibles a todos los otros colegios del Perú. En particular urge hacer replanteamientos pedagógicos y curriculares innovadores para mejorar el trabajo educativo con niños de inicial hasta 2do grado, habida cuenta que según las pruebas ECE ya en 2do grado se evidencia que esos alumnos acumularon menos del mínimo esperado para el grado, lo que los convierte en inválidos escolares para lo que sigue de su vida escolar. Invertir en hacer innovaciones en ese primer peldaño de la educación básica es más decisivo y masivo que hacerse cargo de los alumnos que, cual sobrevivientes de un mal sistema educativo, llegan por méritos propios a culminar exitosamente la secundaria.