En la recta final hacia la Casa Blanca


Votación: 242 votos

Escribe: Beatriz M. Ramacciotti | Política - 25 Sep 2016


El proceso electoral en Estados Unidos es seguido con atención no sólo a nivel interno sino también en el plano internacional y, en particular, en América Latina, que por su proximidad geográfica y múltiples factores, tiene una historia de continuo relacionamiento, de cooperación pero también diferencias, con la potencia mundial.

La contienda democrática por la Casa Blanca, larga y compleja, fue iniciada formalmente en febrero de 2016 con las denominadas “primarias”(1), en medio de la desconfianza de los ciudadanos y la falta de unidad de los dos principales conglomerados partidarios. Meses después, en julio, culminó la primera etapa del proceso con las respectivas Convenciones partidarias y las nominaciones de la demócrata Hillary Clinton —en reñida disputa con Bernie Sanders, senador por Vermont— y el republicano Donald Trump, quien relegó a sus contendores. Después de los debates presidenciales que comienzan a fines de septiembre, el próximo 8 de noviembre, será el trascendental día en que se decida —en una elección indirecta— quien alcanza los 270 votos electorales2.

Desde todo punto de vista, los dos finalistas, muestran cualidades y propuestas muy disímiles. Hillary, representa al establishment, a través de una larga carrera de servicio público, destacando como senadora por Nueva York (2000-2008); candidata a la presidencia, perdiendo frente a Obama (2008); y, Secretaria de Estado (2009-2014). Su programa está centrado en una reforma fiscal más equitativa, generar trabajo para todos, mayor asistencia social, regularización de inmigrantes, y el impulso a energías limpias. Tim Kaine, actual gobernador de Virginia, es su compañero de fórmula para la vicepresidencia, muy valorado por los hispanos, por dominar el español, ser católico y haber vivido en Latinoamérica. En resumen, Hillary, con su lema Juntos somos más fuertes (Stronger Together), apela al gran público y no sólo a sus adeptos, a trabajar por un país mejor, entre ellos, a millones de hispanos aptos para votar3.

Por su parte, Trump, es un outsider que critica sin ambages a los líderes políticos de Washington, incluyendo al actual mandatario. Tiene antecedentes de larga data promoviendo un pragmático exitismo a través de las redes sociales, publicaciones y, en televisión, con reality shows, siendo un experto en gesticular y provocar a la audiencia con frases cortas, directas y efectistas que generan hilaridad, sorpresa o temor. El magnate no ha sido un simple espectador del mundo político puesto que ha estado ligado a varios partidos, incluyendo las tiendas demócratas. Actualmente se declara como un “republicano conservador”. En junio de 2015, cuando anunció su lanzamiento a la contienda bajo el lema: Hacer a América grande otra vez (Make America great again), reiteró que devolvería la grandeza a su país y terminaría con el caos existente imponiendo la ley, el orden y creando trabajo para todos. En lo relativo a cuestiones de fondo, sus propuestas son “populistas”, vale decir, sin sustento programático suficiente que las justifique. El Partido Republicano, que expresó su reticencia a través de connotados representantes, (4) finalmente cedió, validando a quien sigue ganado votos y espacios, para preservar, al menos, el poder en el Congreso. Para completar su equipo, el empresario designó para la vicepresidencia a Mike Pence, cristiano evangélico conservador, ex congresista y actualmente gobernador de Indiana.

INMIGRACIÓN, TRANSPARENCIA Y POLÍTICA EXTERIOR

La discusión de los nominados sobre las políticas de inmigración, ha mostrado diferencias fundamentales. Un elemento que cuenta es la presencia de más de 50 millones de hispanos que representan casi el 17% de una población de más de 310 millones en el país del norte. Haciendo caso omiso a esta realidad, Trump comenzó su campaña declarando que los inmigrantes que llegan de México son, en gran medida narcotraficantes, violadores y delincuentes; y que sería necesario construir un muro infranqueable pagado por los propios mexicanos, provocando la ira de la comunidad hispana. En su Plan de Inmigración, reafirma sus dichos sobre el muro fronterizo; incluye la expulsión en masa de los ilegales; y la anulación de órdenes ejecutivas de Obama, entre otras medidas. En contraste, Hillary, dice que en lugar de construir muros hay que tender puentes, señalando su propósito de regularizar a los indocumentados sin record delincuencial, brindar protección a los dreamers, a niños y sus familias, etc. En resumen, sin descuidar la seguridad fronteriza y nacional, piensa en un plan que esté asentado en el respeto a la dignidad y los derechos humanos.

En materia de transparencia y conducta ética, los ciudadanos tienen reparos con respecto a ambos aspirantes. Hillary, enfrenta el problema de los correos electrónicos confidenciales mantenidos en un servidor privado en contra de reglas establecidas cuando era Secretaria de Estado. Asimismo, han salido a la luz posibles conflictos de interés con el financiamiento de la Fundación Clinton. Todo ha sido negado, pero con cierta incoherencia o evasión en sus respuestas. En su caso, Trump, no ha mostrado aún sus declaraciones de impuestos y rentas para explicitar sus inversiones; y están bajo la lupa de la justicia y de los medios, varios pleitos y reveses en el mundo de sus negocios, incluyendo las demandas millonarias de trabajadores de su emporio inmobiliario, las actividades de Trump Foundation; y de Trump University, que están siendo investigadas.

La compleja temática y sensibles decisiones que conlleva la política exterior de la potencia mundial, han sido abordados sólo tangencialmente por los candidatos, manifestando puntos de vista antagónicos, salvo la coincidencia en una apreciación crítica del Tratado Transpacífico (febrero 2016), por posibles efectos adversos en el ámbito laboral. Trump, además, plantea sin ambages que revisaría el acuerdo NAFTA y todos los TLCs, en una postura radical a favor del proteccionismo. En otros rubros, es previsible que Hillary, con sus propios matices, continúe las grandes líneas de política internacional de la actual Administración Obama, privilegiando el dia%u0301logo y la cooperacio%u0301n; losarreglos diploma%u0301ticos (i.e. Ira%u0301n y

Cuba); y la concertacio%u0301n multilateral (ONU, OTAN, OMC, FMI, BM, Grupo G-20, Cumbres de las Ame%u0301ricas, OEA,etc.). Trump, en cambio, es crítico de la OTAN, está a favor del Brexit, es favorable a Moscú, critica la actitud de Obama frente a Israel y afirma que él le brindará protección como aliado privilegiado, rechaza el acuerdo nuclear con Irán, y dice que revertirá los fracasos en la guerra antiterrorista, destruyendo a ISIS a cualquier precio. Estas y otras expresiones, muestran un punto de vista muy negativo sobre el manejo y prioridades de las actuales relaciones internacionales de Estados Unidos.

En lo que concierne a América Latina, no se han explicitado las políticas concretas que aplicaría cada quien; pero, como Hillary fue protagonista de la política exterior hacia la región, se presume que mantendrá un acercamiento dialogante y positivo, respetando las singularidades y autonomía de cada país. Ha comentado que cree en la idea del poder de la cercanía, no so%u0301 lo en el mapa, sino tambie%u0301n enalores,v cultura, herencia y los intereses compartidos: Hay que fortalecer lo que nos une, porque eso favorecerá a nuestras economías y a nuestro pueblos. En el caso del magnate, sus relaciones con la regio%u0301n han sidobásicamente de negocios, con los Hoteles Trump en México, Panamá, Punta del Este y Brasil, para mencionar algunos de sus emprendimientos inmobiliarios; y con los concursos de belleza (Miss Universe Organization). Sus declaraciones sobre los países vecinos y los latinos, han sido superficiales e incluso, peyorativas y contradictorias.

ALGUNAS APRECIACIONES FINALES

El historial de los dos nominados en lo concerniente a preparación, intereses y propuestas, con una sola excepción –el rechazo o críticas al TPP---, es diametralmente opuesta. En lo que respecta a América Latina, con asuntos complejos como las relaciones con Cuba, la situación de Venezuela, el proceso de paz en Colombia, y el quiebre político-económico de Brasil, entre otros, hace suponer que el liderazgo de Hillary daría continuidad a las políticas actuales, buscando una asociacio%u0301n y cooperacio%u0301n en a%u0301reas como la consolidacio%u0301n democra%u0301tica,el desarrollo econo%u0301 micocon inclusio%u0301n,cooperacio%u0301n enmateria de seguridad, energ%u0131%u0301as limpias,y equidad de ge%u0301nero.La posicio%u0301n de Trump, en una eventual presidencia, es impredecible, pero seguramente magnificaría la asimetría de las relaciones interamericanas, con la vuelta de un “anti-imperialismo”, hoy en franco ocaso.

Asimismo cabe especular que, en el caso de la llegada al poder del republicano, los condicionamientos internos y las instituciones democráticas sólidas, como el Congreso; la libertad de prensa que ejercen los medios; y las redes sociales que permiten el escrutinio popular; serían factores que podrían contener y contradecir aquéllas medidas que sobrepasen ciertos cánones mínimos de estabilidad, liderazgo mundial y buena vecindad de la gran potencia. A ello, se sumarían las variables externas teniendo en cuenta que, en un mundo globalizado e interdependiente como el actual, no sería posible implementar fácilmente una modificación o renuncia a los compromisos jurídico-políticos, económicos, y de seguridad asumidos por Estados Unidos, con sus aliados, y en los foros internacionales.

Sin negar que en la actualidad existe un gran descontento en el mundo entero con la clase política, sea por temas de corrupción, falta de compromiso con una agenda social con equidad o la escasa renovación de liderazgos con nuevas generaciones, en el caso del proceso electoral estadounidense, los latinos, las mujeres, los jóvenes así como líderes de opinión en Latinoamérica (5), manifiestan una mayor simpatía por Hillary Clinton, valorando sus rasgos positivos por encima de sus tropiezos y errores; y, por el hecho simbólico, que sería la primera mujer en ocupar el sillón presidencial en la Casa Blanca.

----------------

1 http://www.cfr.org/elections/us-presidential-nominating-process/p37522
2 Estado Unidos tiene un sistema de elecciones indirectas a través de los Colegios Electorales donde el ganador tiene que alcanzar 270 “votos electorales”. Ver: https://www.usa.gov/election
3 De los 55 millones de hispanos que viven en EEUU, solo unos 22 millones están aptos para votar
4http://aristeguinoticias.com/1807/mundo/los-bush-mccain-y-romney-dan-la-espalda-a-trump-en-convencion-republicana
5https://dl.dropboxusercontent.com/u/52420906/dato 184/TEMPLATE184.html-Resultados de encuesta realizada por Ipsos Public Affairs.


ESPACIO PUBLICITARIOS

Video



Encuesta

¿Está usted de acuerdo con el proyecto de remodelación de la Plaza de Armas de Puno?



Archivo
Telf.: +51-51-350775, +51-51-327436 | Dir.: Jr. Cajamarca Nro. 274 - Puno, Jr. Salaverry 411 Of. 307 Plaza de Armas - Juliaca.
CORPORACION DECANO ALTIPLANICO S.A.C. Diario Los Andes
Diseño y Desarrollo Web: G!