CRONICA: Recicladores pobres que hacen ricos a otros


Votación: 260 votos

Escribe: HUMBERTO CCOPA | Regional - 06 Mar 2015

Hombres y mujeres con rostros cubiertos, han hecho del botadero de basura de Cancharani, un oficio muy peligroso. Todos los días ponen sus manos a la inmundicia, quizá ya no sea extraño para ellos convivir con olores fétidos, perros vagabundos y moscas. Reciclan basura para ganarse unos centavos, sin importarles los riesgos de salud al que se exponen.


Cúmulos de basura que emanan olores fétidos, bolsas de plástico volando por todos los lados y un ecosistema que de a pocos va extinguiéndose, es como se muestra el botadero municipal, ubicado a 8 kilómetros de la ciudad de Puno, en la comunidad de Mi Perú.

“Cierren las ventanas, las moscas son portadoras de microbios”, advertía el chofer del auto blanco que nos condujo hacia el botadero de basura, con sólo observar las náuseas se manifiestan.

Allí a cada momento, los vehículos recolectores de la municipalidad de Puno, descargan toneladas de residuos sólidos, entre plásticos, cartones, latas, cáscaras, alimentos podridos y hasta animales domésticos muertos.

El olor que emana es insoportable, el vehículo en que viajamos se estaciona a un extremo del botadero. Con el viento a favor, de alguna manera se contrarrestan los malos olores.

Personalmente, he vuelto a este lugar después de 10 años, cuando el nivel de contaminación de la zona era en menor proporción, “eso que está nublado, cuando hay sol el olor es fuerte y las moscas te persiguen”, señala el taxista.

Efectivamente, se trata de un problema de larga data, el hecho de no contar con una planta de tratamiento de residuos sólidos, hizo que la zona se convierta en un lugar desolado, salvo los criaderos clandestinos de cerdo, que se alimentan de los residuos de basura.

“Allí están sacando desperdicio para alimentar a los chanchos”, afirma el funcionario municipal que nos acompañó, quiso intervenir pero el hombre camuflado escapa raudamente. Esa carne de estos cerdos llegan a los mercados de la ciudad de Puno.

En los alrededores del botadero, se observan costales de polietileno lleno de botellas de plástico y cartones, listos para cargarlos a un vehículo. Nuestra presencia parece haber espantado a los recicladores, y otros simplemente se ocultan en medio del basural.

No llevé mascarilla ni otra prenda para cubrirme el rostro de las moscas, simplemente un atrevimiento para meterse en medio del maloliente basural, y tomar algunas fotografías para mostrar cómo trabajan los recicladores.

Me acerqué ante un grupo de señoras con rostros cubiertos, ¿me pueden decir cuánto tiempo trabajan?, ¿qué es lo que buscan mayormente?, ¿porqué no utilizan guantes?, fueron las preguntas, pero ninguna se atrevió a contestarnos.

“No hablen nada, oculten sus caras, nos están tomando fotos”, susurraba una de ellas sentada entre el basural, esperando que me retirara del lugar y a su costado los perros devoran desechos de comida.

Uno que otro, tiene la indumentaria para labores de reciclaje, la mayoría trabaja con las manos descubiertas, donde se posan las moscas mientras buscan cosas entre basural. De tanto escarbar en el basural tienen los dedos cuarteados.

La necesidad les obliga a trabajar en condiciones inhumanas, que a larga les generará un efecto negativo a su salud, estar en contacto todos los días con la basura podrían contraer enfermedades como la parasitosis estomacal, fiebre tifoidea, enfermedades de la piel y otras más graves.

Buscar en la basura es una especie de ruleta para ellos. Su fortuna dependerá de cuánta botella descartable o cartón hayan acumulado para venderlo al intermediario que espera en un camión, a quien le dicen “jefe”; pero esa fortuna no será suficiente para curarse del mal que puedan padecer.

“Aquí el que se lleva la mayor parte de ganancias, es una sola persona y nunca se identifica”, afirma Wilfredo Pari, especialista ambiental de la Municipalidad Provincial de Puno.

Mientras, unos se hacen millonarios con la basura, otros trabajan para sobrevivir, poniendo en grave riesgo su salud, conviviendo con las moscas y perros vagabundos, buscando entre el basural algo que les sirva para vender.

Algunos datos que destacar, China compra unos veinte millones de dólares al año de plástico recogido en los basureros del Perú y lo convierte en ropa, tazas y bandejas que muchas veces volvemos a comprar. Estados Unidos paga casi diez millones de dólares por año por el plástico y cobre que se recicla en este país.

Para que vean, vender basura es un negocio rentable, pero para aquellas personas privilegiadas que dicen tener convenios con la municipalidad, se llevan la mayor parte de ganancias y sólo una migaja se queda con recicladores que trabajan de sol a sol, cuyas vidas no parecen valer nada.


ESPACIO PUBLICITARIOS

Video



Encuesta

¿Está usted de acuerdo con el proyecto de remodelación de la Plaza de Armas de Puno?



Archivo
Telf.: +51-51-350775, +51-51-327436 | Dir.: Jr. Cajamarca Nro. 274 - Puno, Jr. Salaverry 411 Of. 307 Plaza de Armas - Juliaca.
CORPORACION DECANO ALTIPLANICO S.A.C. Diario Los Andes
Diseño y Desarrollo Web: G!