Los Andes

Costumbre data del siglo XX, cuando producto del mercantilismo surgió la tradición del recojo de piedras planas y redondas, en la Ciudad de los Vientos, gesto que hoy viene siendo adoptado por pobladores de otros distritos y provincias de la región.

Cada 01 de agosto, una costumbre congrega desde la madrugada a gran parte de juliaqueños y visitantes, a las orillas de los diferentes ríos de la ciudad, quienes se trasladan hasta estos lugares con el afán de recoger piedras planas y redondas, símbolo del dinero y riquezas que poseerán en el futuro.

Al llegar al río Unocolla, el lugar más concurrido, se aprecia a adultos, jóvenes y niños, utilizar herramientas como piquillos y cinceles para extraer las cha’jollas del suelo, mientras que otros ingresan hasta la parte central del río, a pesar de las bajas temperaturas del agua, movidos por su fe.

“Desde la una de la mañana estamos con mi familia; son tres años consecutivos que vengo a recoger piedras para que la misma cantidad se convierta en nuevos soles y dólares, siempre con mucha fe, y también para con el todopoderoso�, contó el poblador Valentín Zagales Arias.

Después de culminar el recojo del “dinero�, las piedras simbólicas se llevan a donde el chamán, para que realice la bendición respectiva, mediante un ritual y oraciones; según la costumbre, se guardan las piedras en lugares secretos del hogar para que sea más efectivo y se cumpla el deseo material.

“Ya tengo 15 años bendiciendo las cosas con mucha fe y sentimiento, y hay señores que me agradecieron porque sus peticiones se han cumplido, ya que han comprado su carro, casa, entre otros, y ahora me piden que se los siga challando�, cuenta el chamán Julio López Morales.

Esta creencia ha llegado a tal punto, que hoy se comercializan estas Ch’ajollas. Son los comuneros de Unocolla quienes, días antes, recogieron las piedrecillas. “Nosotros vendemos las piedras dependiendo al tamaño, el montón puede ser de siete u ocho, por un sol�, declaró Lucía Charca Fuentes.

Para el historiador Hugo Apaza Quispe, el 01 de agosto es el inicio del ciclo agrícola, debido a que se celebra el “Año nuevo del Collasuyo�; además, es considerado el inicio del Qoñi Quilla (mes caliente, en quechua) propicio para reforzar las relaciones de los hombres con la naturaleza, mediante los ritos.

“Si nos referimos al primero de agosto; hablamos de dos cosas, la primera es el sahumerio a las viviendas en agradecimiento a las bondades de la naturaleza; la segunda, es cuando el poblador ansía la riqueza material mediante ch’ajollas (piedras)�, refirió.

Desde épocas prehispánicas se realiza el sahumeo de viviendas, preparados con carbón, incienso, misturas y dulces, como ofrenda a los dioses, para obtener salud, bienestar y expulsión de vibras negativas del hogar, la cual se realiza en dos fechas: en el mes de febrero y agosto.

Mientras que en el siglo XX, producto del mercantilismo, surgió la tradición del recojo de “dinero� en la Ciudad de los Vientos, la que tuvo auge en la década del sesenta. Según esta costumbre, se debe recoger piedras similares a las monedas de plata para tener suerte económicamente.

Esta actividad se realizó en los principales ríos de Juliaca, como el Maravillas, Cacachi y Unocolla. En tanto, la costumbre viene siendo adoptada por pobladores de otros distritos y provincias de la región, como parte de la cultura andina de quechuas y aymaras.

Cabe indicar, finalmente, que esta fecha ha sido aprovechada por los comerciantes de comida, alasitas, chamanes y transportistas, para generarse más ingresos económicos, de lo que también se beneficiaron las comunidades, con el cobro de sitios en donde se instalaron los expendedores de productos y servicios.