Habladurías de un viejo Verde: Tan jóvenes y tan viejos


Votación: 205 votos

Escribe: Luis Pineda Valdivia | Sociedad - 01 Mar 2015


Mi sobrina nietecita y yo compartimos las mismas cosas que nos hacen infelices y que a veces son las mismas cosas que nos elevan del suelo; por ejemplo, de cajón somos solitarios, amargados, renegones, impacientes, aburridos, parametrados, radicales, insumisos, bohemios, garfileanos; para decirlo de una forma compartida: casi no nos gusta el mundo ni la gente que lo habita, por eso los evitamos siempre que sea posible y eso explica por qué nunca me casé y por qué ella no tiene amigos en el cole; nuestro malestar se expresa desde la forma descuidada de vestir hasta el deleite de la petrificación del control remoto cuando no hay nadie en casa, además del insomnio y las películas. Mi sobrina nietecita tiene un problema y yo tengo una condena.

Cuando yo tenía su edad era muy curioso, travieso y querendón, por lo menos es lo que me gusta recordar pero no puedo referir ningún evento feliz en particular. ¿Será que me inventé la infancia? Puede ser, puede ser también que en ese entonces, igual que mi sobrina ya había decidido que este mundo no me gustaba y empecé a borrar todos los malos recuerdos de todos los malos ratos que me llevaron a tomar tal desgraciada decisión.

No es que mis padres me esclavizaron ni nada particular, uno es así por obra y gracia del existir de todos los humanos que llegaron antes que yo y entiendo el acontecer de esta cara infeliz que veo en el espejo todas las mañanas pero la de mi sobrina nietecita no. Eso es algo que no vi venir y estoy en la verdad cuando digo que mi sobrina nietecita no debería estar así, no a su edad, no tan parecida a mí, no si hay algo porqué luchar aún en la vida; por eso voy a intentar curarla, mover un poco el timón de su barco, que regrese a la felicidad de desconocer el mundo, que se dé cuenta de vieja que la vida es una gran shit, y que ahora ame la vida y se imagine que es posible reemplazar por un mundo mejor el que está viviendo ahora.

Para tal efecto no voy a usar drogas como usted ya habrá sospechado mi querido mal pensado lector, no voy a darle amor porque no vivo con ella, no voy tampoco a asesinar a sus padres para adoptarla luego -aunque no descarto la idea-, y no voy a mandarla a un psicólogo tampoco.

Lo que pienso hacer es simple pero descarado, es normal pero penado por la iglesia, es divertido pero sus padres desconocen, es... es que no puedo decirlo porque no lo sé todavía; pero os confieso algo, no es difícil, no cuesta nada, no hace daño y no demora en funcionar.

Parece un cuento de hadas maquiavélico, parece; pero no es tan sencillo remendar el alma de una niña que fue maltratada en su infancia, que sufrió la separación de sus padres y que nunca recibió el cariño que precisó para crecer, supongo que nunca fue escuchada en serio y sobre todo nadie le enseñó a ser, no pienso redimirla ni vengarla. Voy hacerla sonreír y para eso tengo que cambiar. Y eso es todo. La vida puede ser buena para mí y para ella nuevamente, la vida puede ser plena, vital y cojonuda. ¿No cree usted? ¿El secreto? Ah me olvidaba... ¿Cuál era?


ESPACIO PUBLICITARIOS

Video



Encuesta

¿Está usted de acuerdo con el proyecto de remodelación de la Plaza de Armas de Puno?



Archivo
Telf.: +51-51-350775, +51-51-327436 | Dir.: Jr. Cajamarca Nro. 274 - Puno, Jr. Salaverry 411 Of. 307 Plaza de Armas - Juliaca.
CORPORACION DECANO ALTIPLANICO S.A.C. Diario Los Andes
Diseño y Desarrollo Web: G!