Los Andes

El Ekeko está siendo destronado por el Sapo como la figura de las Alasitas. Ahora los creyentes recurren a la imagen del anfibio para hacer realidad sus sueños, tal como se pudo constatar en la feria de este año.

Una vuelta por allí basta para comprobar que, en la mayoría de los puestos de comerciantes de miniaturas que ofrecen sahumerios, el sapo es la figura que domina a las demás, relegando al Ekeko al segundo plano o, incluso, desplazándolo por completo.

Varios comerciantes entrevistados coincidieron en que el Ekeko es una deidad muy “celosa�, ya que, según creen, es habitual que se enamore de la mujer que lo adopte en su casa, ahuyentando a los pretendientes o causando problemas maritales en algunos casos.

Además, ocurre que el simpático personaje se torna rencoroso cuando las personas que lo adoran se olvidan de él, de acuerdo las explicaciones de los expendedores de miniaturas.

El Sapo se vincula directamente con el dinero y la prosperidad (la prioridad en nuestros días), no pide muchas atenciones y tampoco se vuelve contra uno si es que es olvidado.