Enamorados de Puno: un matrimonio 99.99% puneño a nivel del mar



Escribe: J.CARLOS FLORES | Sociedad - 29 Nov 2015


Cada año, cientos de peruanos y extranjeros arriban a Puno para festejar a la Virgen de la Candelaria. Dos de ellos se han llevado un poco de la Candelaria y de Puno, y no tuvieron mejor manera de mostrarlo que en su matrimonio. Es bueno conocerlos.

Cuando la pareja salió de la iglesia, le esperaba un túnel hecho de mantones de pandilla. Al final del túnel, una tropa de zampoñistas reemplazó a los mariachis. En la fiesta, por un momento, los dos ignoraron el danubio azul y se movieron a ritmo del sikuri. Una vez en el local de la fiesta, en el momento en el que el novio prepara un acto especial para el deleite de la novia, la coreografía preparada cuidadosamente con los amigos se bailó a ritmo de morenada, saya y diablada. Y todo eso a nivel del mar, en la gran babilonia peruana: Lima.

Cualquiera podría pensar que se trata de una pareja de migrantes puneños o, al menos, de hijos de puneños, pero no. Ella tiene raíces piuranas; su madre es del norte, ahí donde la marinera reina, y su padre es limeño. Lo más cercano que tiene la pareja a Puno son unos parientes cuzqueños de parte de él. De sangre puneña, ni una gota; pero de alma y corazón, un lago entero.

Así son los Palomino Reyes, una pareja que se hizo conocida por una publicación de un diario de alcance nacional. El artículo del diario La República adjunta un video que los muestra danzando a ritmo de zampoñas a la salida de una iglesia limeña. Alrededor, sus amigos ejecutan el siku ataviados con impecable traje. Con el fondo sonoro de las zampoñas, la tarola y el bombo, verla dar vueltas con el traje de novia a paso de sikuris llevada por su novio, simplemente no tiene precio.

Ysaac Palomino Rodriguez es un ingeniero químico que tuvo su primer acercamiento a lo puneño con una zampoña. Eso fue cuando era escolar, pero cuando estuvo en la universidad tuvo su segundo y definitivo encuentro con lo puneño y con el amor. Entre las varias ocupaciones o hobbies que ofrece la Universidad Nacional de Ingeniería, a manera de actividades no académicas, escogió participar en el conjunto “Zampoñas y Danzas de la UNI”. Una vez dentro, mientras inscribía a futuros integrantes de tal conjunto, le tocó inscribir a una esbelta señorita. Andrea Reyes Guerra fue el nombre definitivo para su vida que escribió en la lista.

Apasionada por la danza, Andrea tuvo la curiosidad de integrar el taller de la UNI. Después de un tiempo pasó a formar parte del elenco de danzas de Brisas del Titicaca y viajó a europa. Actualmente trabaja en la empresa de estadísticas Ipsos y estudió la rara, al menos en nuestro medio, profesión de podología.

No fue un flechazo, luego de inscribirse; fue por un largo tiempo, nada menos que 10 años, amiga de Ysaac. El año pasado se hicieron novios y ambos vinieron a la festividad de la Virgen de la Candelaria a bailar morenada por el barrio Bellavista.

De vuelta en Lima, prepararon su matrimonio. Ysaac cuenta que nunca tuvieron la intención de celebrar un matrimonio particular. Hay varios novios que se cazan sobre avestruces o sobre el agua, o en sujetos por un paracaídas... pero no, la pareja Palomino quería un matrimonio normal y no contaban con sus amigos los puneños.

La pareja tiene innumerables amigos puneños, en su fiesta de casi 200 invitados, cerca de la mitad pertenecían o estaban vinculados a asociaciones como Brisas del Lago, el grupo de morenada Siempre Mayas, en el que actualmente participa Yssac, y el grupo de zampoñas de la UNI.

El gran día fue el 14 de noviembre, a la salida de una iglesia en el distrito de San Agustín; sus amigos del Brisas los esperaron con un puente hecho de mantos de pandilla. Pasado el puente, irrumpieron los zampoñistas. Los músicos tuvieron que guardar silencio porque adentro estaba por celebrarse otro enlace, pero aún así la atención estaba centrada en el particular matrimonio. En la fiesta reinó la saya, la morenada, las diabladas. Los amigos del grupo de zampoñas se las arreglaron para entregarles una gran lavadora cargada en andas a ritmo de sikuri... y así, Yssac y Andrea, unieron sus vidas.

Pero luego de toda la fiesta, pasada la resaca, uno se pregunta: ¿Qué de especial tienen las danzas puneñas para ellos? ¿Por qué ella, teniendo raíces norteñas y apasionada de baile, no prefiere la marinera norteña, por ejemplo? ¿Por qué él no es integrante activo de algún club regional cusqueño?

Ysaac explica sobre las danzas puneñas: “De Puno, lo que más te atrapa, es que es colectivo”. Y claro, mientras la salsa, la marinera, la cumbia y otras danzas están hechas para el lucimiento de un solo individuo por sexo, las danzas puneñas tienen la curiosa propiedad de estar hechas para un colectivo y disolver la individualidad. Contra el espíritu de nuestra época, en que hasta los sueños son individualistas, el sikuri hace que un sujeto, por sí mismo, no signifique nada, pero a la vez, sea parte de algo más poderoso: una tropa. La morenada, la saya y otras danzas de la Candelaria también están hechas para ser bailadas en grupo. De ese grupo, sale lo incomparable. Andrea explica su fascinación por “el sentimiento que le ponen en Puno”. “Hay cierta cadencia” dice, pero se sincera y revela que es algo que no puede explicar con palabras.

Durante estos días, ellos pasan su luna de miel en Cuzco y, después de lo contado, el hecho que vayan a esa ciudad y no vengan a Puno, hasta suena a infidelidad. Los novios se han prometido estar en la próxima edición de la fiesta de la Candelaria, así como cientos de “filopuneños” que fueron engatusados por los encantos altiplánicos en la capital y en varias ciudades del Perú.


ESPACIO PUBLICITARIOS

Video



Encuesta

¿Está usted de acuerdo con el proyecto de remodelación de la Plaza de Armas de Puno?



Archivo
Telf.: +51-51-350775, +51-51-327436 | Dir.: Jr. Cajamarca Nro. 274 - Puno, Jr. Salaverry 411 Of. 307 Plaza de Armas - Juliaca.
CORPORACION DECANO ALTIPLANICO S.A.C. Diario Los Andes
Diseño y Desarrollo Web: G!