Los Andes

Dicen que “la memoria individual, muere con la persona; pero la memoria colectiva y aquella que se registra, siempre perdurará en el tiempo�. En virtud a este adagio, considero relevante plasmar algunos detalles de quienes dirigieron al Diario Los Andes, ahora que ingresa a nueva etapa y con nuevos accionistas.

El 21 de agosto del 2004, el Diario Los Andes, hasta esta fecha dirigida por Emperatriz Frisancho, dejó de editarse. Con ello, muchos dieron por un hecho la extinción del que había sido el Decano de la Prensa Regional de Puno. El fin de un diario, que en sus páginas por muchos años, esculpieron la historia de nuestro departamento destacados puneños. Sin embargo, un grupo de jóvenes profesionales de comunicación se negaron a aceptar la muerte de Los Andes. Liderados por René Calderón Vilca y su esposa Flor Asillo, cavilaron por días en un solo fin: resurgirlo.

Bajo ese fin, y ya como propietarios René Calderón, su esposa y otros accionistas, el 4 de noviembre del 2005, el Diario Los Andes volvió a editarse. Con nuevas miras, con periodistas jóvenes y experimentados como: Carlos Fernández, César Suaña, Hugo Supo, Marco Antonio Gavilano de la Cruz, Juan Carlos Chambi y del que también tuve el honor de ser parte, los Andes reapareció primeramente como semanario y luego como diario en todo el departamento de Puno.

Aún recuerdo las reuniones que se solía tener en la sala de redacción: la agenda del día. Se discutía de los temas a coberturar, de las notas seguidoras, de las informaciones que se nos fue; “nuestra línea periodística no era sangre�, eso lo sabíamos bien, aunque tampoco descuidábamos las notas policiales. Al ver a René ahí y a toda esa gente, por más que los años pasaron, recuerdo con cierta nostalgia aquella pasión que le poníamos en el trabajo periodístico. Era como si Los Andes nos perteneciera a todos, y no solo a una y otra persona.

En cuanto a mí, estaba ya algunos años en Radio Onda Azul, pero fue en el Diario Los Andes donde ejercí mi primera experiencia en el periodismo escrito. Ahí entable una amistad más estrecha con Carlos Fernández, de quien aprendí su acuciosidad al coberturar una información. Ahí, conocí mucho más a René Calderón, de su convicción de que en Puno sí se puede hacer periodismo profesional, de que en Puno sí se puede hacer empresa periodística: Una empresa en la que el hombre de prensa deba ejercer su papel sin presiones, gozar de una remuneración digna, contar con un seguro y tener beneficios. Pero fue sobre todas las cosas, en ese tiempo, donde advertí del profundo amor que René le tenía al Diario Los Andes.

“Los Andes no puede desaparecer, no puede dejar de contar la historia de Puno�, solía darme a entender en alguna que otra oportunidad que solíamos conversar.

Se aferraba a su existencia, se aferraba como cuando un padre no suelta la mano de su hijo, aun sabiendo que va morir. Por ese amor, creo yo, involucró a su familia y amigos a su gran sueño: darle vida y mantenerlo en vida, al Diario Los Andes.

Recuerdo que alguna vez me preguntaba donde había nacido ese gran sentimiento que René le tenía a Los Andes. Nunca se lo pregunté a él. Pero creo que emergió en sus años universitarios, cuando realizó sus prácticas de periodismo en el Decano de la Prensa Regional de Puno, cuando aún estaba dirigido por el ilustre puneño conocido como “Chalupa�: Samuel Frisancho Pineda. Hasta donde sé, René Calderón estuvo muy cerca a Samuel Frisancho, y don Samuel muy cerca en afecto a René. Ahí nació su amor por Los Andes. ¿Cómo aceptar que muera algo que un ser querido tanto amo? Samuel Frisancho amaba los Andes, y René Calderón, por el cariño que le tenía a Samuel, creo yo, terminó también amando a Los Andes.

En la víspera del Día del Periodista de este año, conversando con un amigo, una noticia me aquieto por algunos segundos: “Los Andes fue vendido�. Me resistí a creerlo, pero en segundos confirme la información.

René Calderón, Flor Asillo y quienes lo acompañaron, dejan la dirección del Decano de la Prensa Escrita Regional de Puno, pero es imprescindible que quienes estamos en este suelo y las futuras generaciones, sepan que estas personas fueron las que le dieron y mantuvieron en vida a Los Andes.

Nuevos tiempos se vienen para este diario, ¿mejores?, deseamos de corazón que sí.