Los Andes

Los vecinos del barrio Chacarilla Alta de la ciudad de Puno denunciaron la invasión del terreno destinado para la construcción de un parque recreacional en el límite de su sector con el barrio Tercer Mundo, más conocido como el riachuelo Pucamayo. Los moradores aseguraron haber afrontado procesos judiciales para hacer respetar el área, pero que continúan siendo perjudicados.

Benita Abarca Delgado, presidenta del barrio Chacarilla Alta, dijo que uno de los invasores es Teófilo Apolinar Saravia Flórez, quien en 2001 hizo aparecer un testimonio notariado indicando que la propiedad le pertenece y que fue adquirida por su suegro, Justo Flórez Condori. Ella rechazó esto, citando una constancia del Archivo Regional de Puno.

Esta entidad, en efecto, mediante informe Técnico Nº 130-2001/ARP, refiere que no se encuentra la Escritura Pública Nº 892, con fecha 19 de enero 1982, y que en su lugar se halla la Escritura Nº 961, otorgada por José Pastor, a favor de Rolando Alencastre, con la misma fecha. Considerando ello, se deduce que la escritura presentada por Teófilo Saravia habría sido falsificada.

La presidenta también dio a conocer que otro de los impedimentos para la cimentación del parque recreacional es la construcción de viviendas artesanales en los lados adyacentes del riachuelo Pucamayo, por parte de vecinos que también cuentan con escrituras públicas aparentemente legales. Por ello, exhortó a los dueños a retirar sus viviendas para la construcción de un puente peatonal y dar facilidad al tránsito de vehículos y personas.
“Ya tenemos todos los documentos legales saneados; sin embargo, cada vez que intentamos hacer o cuando viene algún topógrafo, o arquitecto de la municipalidad, se incomodan y nos amenazan, argumentando que el terreno les pertenece�, declaró Benita Abarca, añadiendo que el alcalde de la municipalidad de Puno aprobó la construcción del parque y ya contaría con presupuesto asignado.

Finalmente, dijo que siendo el terreno un aporte reglamentario para la construcción de un campo deportivo a favor del barrio, la municipalidad debe cumplir con la demolición de las viviendas rústicas que interfieren y dar inicio a la construcción de la tan anhelada obra. “Se ha demostrado con documentos veraces y es una necesidad básica de la población para la recreación de los niños�, enfatizó.