DEL PUEBLO DE PUÑUY A LA CIUDAD DE PUNO



Escribe: René Calsín Anco. | Cultural - 04 Nov 2009


El período de mayor trascendencia de la hoy capital de la región Puno, es aquel que comprende desde el surgimiento del pueblo de Puñuy hasta la obtención del título de ciudad; porque en el decurso de esos siglos, Puno, de aldea se convirtió en pueblo, luego en capital de corregimiento y posteriormente en capital de intendencia.
DE ALDEA A PUEBLO.- El pueblo de Puñuy surgió de aldeas qollas de habla aymara. Estas aldeas aymaras, a su vez, devinieron de asentamientos puquinas y uruquillas; es decir de aldeas agrícolas y de pescadores. Los asentamientos agrícolas resultaron formadas por los pobladores de habla puquina, por aquellos que forjaron las culturas Qaluyo, Pukara y Tiwanaku; en cambio, las aldeas de los pescadores o uros florecieron por inmediaciones del lago Titicaca y las riberas de los ríos.
EL PUEBLO DE PUÑUY.- Este pueblo resultó formado por pobladores qollas en los años aurorales del siglo XVI, cuando Huayna Cápac gobernaba el Tawantinsuyo; porque en la administración de este inka se cambió la sede del Qollasuyo, de Hatunqolla a Chucuito. El cambio de la capital propició un rediseñamiento del Cápac Ñan o camino real de los inkas. En el nuevo sistema vial resultaron favorecidos tres lugares; el primero fue Chucuito, por ser la nueva capital del Qollasuyo; el segundo fue Paucarcolla, puesto que el Cápac Ñan que se desplazaba del Cusco a Chucuito, dejaba de cruzar el pueblo de Hatunqolla y en su lugar pasaba por Paucarcolla; y el tercer lugar favorecido fue el que resultó elegido para que un ramal del camino Chucuito – Cusco, se dirigiera a la costa; precisamente en ese lugar de la bifurcación del camino real de los inkas emergió y floreció el pueblo de Puñuy.
En los albores de la colonia, el pueblo de Puñuy, que seguía haciendo de eje vial, quedó registrado por los cronistas como Puno o Puño. El Licenciado Vaca de Castro, en 1543, en sus Ordenanzas de tambos, al reseñar el camino de Urcosuyo, consignaba: “… del Tambo de Caracoto se ha de ir al pueblo de Paucarcolla… del dicho pueblo de Paucarcolla se tiene de ir al Pueblo de Puno… del dicho Pueblo de Puno se tiene de ir a Chucuito”. Con relación al ramal que conducía a Arequipa, registró: “del dicho Pueblo de Puno se ha de ir al Pueblo de Hatún Collao… del dicho Pueblo de Hatún Collao se ha de ir a Cahuana…”.
El cronista Pedro Gutiérrez de Santa Clara, que transitó por Puno a una década del arribo de los españoles, al relatar los sucesos convulsos de 1544 a 1548, escribía: “Auiendo Francisco de Carauajal ajuntado ya en el pueblo de Vrcus… començó luego sin mas tardar de ponerse en camino con toda su gente… llego a vn pueblo llamado Puño… En este pueblo halló al capitan Alonso de Mendoça con doze arcabuceros… Otro dia por la mañana se pusieron todos en camino para Chocuyto”. Este registro como Puño, da pie para sostener que el pueblo inka se denominaba Puñuy.
Garcí Diez de San Miguel al dar cuenta sobre su visita a la provincia de Chucuito, realizada en 1567, aludió al pueblo de Puno en estos términos: “En el pueblo de Puno repartimiento de indios”, “en el dicho pueblo de Puno”, “los indios de Puno”.
EL SEÑOR DE PUÑUY.- Los españoles cuando invadieron el Qollasuyo encontraron como curaca del pueblo de Puñuy a Cacha o Chacha, llamado por los invasores como Señor de Puno (Señor de Puñuy), con 500 tributarios a su mando. Esta información se desprende de una cédula de encomienda otorgada por Francisco Pizarro a Gomez Mazuelas, por la cual se le entrega los repartimientos de Puno y Chupa de la provincia del Collao. Esta cédula es el documento de mayor data de la región Puno, porque es del 1 de agosto de 1535. Por esta cédula el pueblo de Puñuy se convertía en repartimiento de Puno.
Un fragmento de la cédula firmada por Francisco Pizarro, es el siguiente: “Don Françisco Picarro adelantado capitan general y gouernador por su magestad en estos rreynos de la Nueua Castilla etc. Abiendo rrespeto que vos Gomez Maçuelas veçino desta gran ciudad del Cuzco abeis seruido a su magestad en la pacificación… os depossito… en la prouinçia del Collao: El caçique Cacha señor del pueblo Puno que tenia Gonçalo Piçarro con quinientos yndios… Fecha en la dicha çiudad del Cuzco a primero de agosto de mill y quinientos y treinta y çinco años. Françisco Piçarro”.
Contamos con el texto de esta valiosísima cédula por gentileza del Dr. Félix Palacios Ríos, quien a su vez recibió este documento de la Dra. Caterine Julien. La Dra. Julien, que brindó notables aportes a la historia puneña, lo halló en archivos de España.
EL REPARTIMIENTO DE PUNO.- Una vez que los españoles asumieron el control del Collao, los principales pueblos inkas de esta jurisdicción (excepto la Gobernación de Chucuito), se convirtieron en repartimientos y se entregaron en encomienda a los conquistadores. Así, sucedió con Puno en 1535. A un comienzo el repartimiento de Puno estuvo sujeto a la ciudad del Cusco y, después, al corregimiento de Paucarcolla, este corregimiento a su vez dependía de la ciudad de La Paz.
En 1573 “se hallaron en este repartimiento 983 indios tributarios los seiscientos y tres aimaraes y los 380 uros. Quinientos veinticinco viejos e viejas inútiles e impedidas de tributo. 1065 muchachos de diecisiete años para abajo. 2132 mujeres de todas edades además de las viejas de arriba. Que todas las personas que hay en el dicho repartimiento son cuatro mil setecientos y cinco personas”.
Hacia 1578 formaban el corregimiento de Paucarcolla, los repartimientos de Paucarcolla (con su anexo San Francisco de la Puna, hoy Tiquillaca), Puno (con Ichu), Moho (con Conima), Vilque (actual Vilquechico), Huancané, Capachica y Coata.
El repartimiento de Puno se entregó primero a Gómez Mazuelas. Este encomendero fue sucedido por el capitán Martín Dolmos. Después Alonso García Ramo resultó como encomendero de Puno. Antes de la entrega a encomenderos, Puno y los pueblos de la región estuvieron bajo el control de Gonzalo Pizarro.
SAN JUAN DE PUNO.- En 1591 se estableció el pueblo de San Juan de Puno sobre el pueblo de Puñuy, porque en ese año se mandó la construcción del templo de San Juan. Este pueblo hasta la rebelión de Laykakota, gozaba de significativa prestancia en el consenso de los pueblos del Altiplano; sin embargo, la mayoría de quienes se ocuparon de su historia lo minimizó (y hasta ridiculizó), con las calificaciones de: “lugarejo de San Juan Bautista de Puno” (Guillermo Lohman Villena); “ayllu” (Vladimiro Bermejo); “refugio” (José Tamayo Herrera); “aldehuela Indígena” (Enrique Cuentas Ormachea); “caserío” (Rubén Vargas Ugarte y Ricardo Vargas Arbulú); “pascana” o “tambo” (Alberto Parodi Isolabella); “villorrio” (Alejandro Cano); y “aldea” (Emilio Romero, Alfonso Torres Luna, A. Bandelier e Ignacio Frisancho Pineda); entre otras alusiones. Entretanto, el maestro José Antonio Encinas lo refería indistintamente como “aldea” o “pueblo”. Entre los poquísimos que sostienen que era “pueblo”, se cuenta a Jorge Basadre y Félix Palacios Ríos.
En cambio, en crónicas y en numerosos documentos coloniales Puno quedó registrado como pueblo. Así, lo consignaron el Lic. Vaca de Castro (1543), Pedro Gutiérrez de Santa Clara (1544), Garcí Diez de San Miguel (1567), Francisco de Toledo (1573), Luis Capoche (1585), Alonso Ramos Gavilán (1621), Antonio Vásquez de Espinoza (1630) y Antonio de la Calancha (1638), entre otros.
La importancia de Puno como pueblo, queda demostrada en la Tasa de la visita general de Francisco de Toledo. Según esa tasa de 1573, los siete repartimientos del corregimiento de Paucarcolla, por el número de habitantes se ordenaban así: 1º Capachica, con 5360 pobladores; 2º Puno, con 4705; 3º Paucarcolla, con 4586; 4º Huancané, con 3394; 5º Moho (con Conima), con 2768; 6º Coata, con 1506; y 7º Vilque (Vilquechico), con 1262.
En documentos del primer tramo de la colonia se aludía al pueblo de Puno con la advocación de San Juan. Así, en el inicio de un documento hallado en el Archivo Regional de Puno se lee: “en el pueblo de San Juan de Puno provincia de Paucarcolla, en veynte y tres dias del mes de Marzo de mil y seiscientos y cinquenta y un años, estando en la Plaza Pública de este dicho pueblo…”.
PUEBLO DE SAN LUIS DE ALBA.- Asociado al auge minero se formaron numerosos pueblos, un caso emblemático fue San Luis de Alba. En menos de una década, de simple campamento minero se convirtió en capital del corregimiento de Paucarcolla. Este pueblo ostentó tal privilegio once años, hasta el desenlace de la rebelión de Laykakota, que trajo consigo su destrucción y el traslado de su población. En 1770 Cosme Bueno decía: “sirvió de Capital, desde el año de 1657, el asiento de este mineral con el nombre de San Luis de Alva, hasta el año de 1668”. Los documentos de esos años comenzaban así: “En el asto de San Luis de Alba proa de Paucarcolla…”. El pueblo de San Luis de Alba en su máximo esplendor, en el año de 1665, contó con una población superior a los 10 000 habitantes.
REBELIÓN DE LAYKAKOTA.- La actividad minera, la más gravitante de la colonia, estuvo matizada con numerosas convulsiones. El principal suceso, en la hoy región Puno, ocurrió en el próspero pueblo de San Luis de Alba. En diciembre de 1665, luego de varios enfrentamientos, los vascongados lograron despojar a andaluces y criollos de las minas de Laykakota. Después, el 8 y 9 de marzo de 1668, los rebeldes luego de una gran batalla recuperaron Laykakota, al grito iconoclasta de “¡Muera el mal gobierno, el rey y el Papa!”.
Medio año después de la recuperación de Laykakota por parte de los insurgentes, la rebelión resultó desbaratada sangrientamente por el ejército del virrey Conde de Lemos. Así, concluyó un episodio que puso en riesgo la estabilidad del virreinato y que forma parte de las rebeliones que alzaron la espada contra la autoridad española, como las de Gonzalo Pizarro y Francisco Hernández Girón.
FUNDACIÓN DE PUNO.- Como desenlace de los sucesos de Laykakota, el 9 de setiembre de 1668 el virrey Conde de Lemos en un ambiente convulso fundaba la villa de Nuestra Señora de la Concepción y San Carlos cerca al pueblo de San Juan de Puno, con el respectivo trazado de la población, la distribución de solares y el señalamiento de sitios para la plaza principal (hoy Plaza de Armas de Puno), la iglesia matriz y otras instituciones. Además, la villa fundada se convirtió en capital del corregimiento de Paucarcolla. Ocho semanas después, el 4 de noviembre, se realizaba la misa de acción de gracias que solemnizaba la instauración de la nueva villa.
Sobre la fundación de la villa hay una referencia en el libro de Diego Esquivel y Navia: Noticias cronológicas de la Gran Ciudad del Cuzco, escrito en plena colonia, a mediados del siglo XVIII. Tal referencia es contundente y esclarecedora, no sólo porque indica la fecha de la fundación de la villa, sino porque alude al libro y al folio en donde se encuentra la ordenanza del virrey Conde de Lemos. La referencia expresa: “Llegó el virrey a Puno... Después de demolida Laycacota, hizo el conde ciertas ordenanzas para la nueva población, su fecha en Puno en 9 de septiembre, las que están en el libro 12 de Provisiones de esta ciudad, a fojas 262. De vuelta de aquel asiento entró el virrey en el Cuzco, miércoles 24 de octubre”.
CAPITAL DE CORREGIMIENTO.- El 9 de setiembre debe considerarse como una significativa efeméride en la historia puneña, porque en ese día del año de 1668, no sólo se fundaba la villa de Nuestra Señora de la Concepción y San Carlos, sino que a esta villa se confería el rango de capital de corregimiento; de modo que Puno de pueblo se convirtió en capital de corregimiento, tal categoría es similar a una capital provincial. A los pocos años de la fundación española de la villa, el pueblo de San Juan y la nueva villa confluyeron en una sola población, a esta población se solía llamar villa de Puno.
TOMA DE PUNO.- En los años de la revolución tupacamarista la villa de Puno se convirtió en el último reducto colonial. La villa sufrió tres asedios. Después de esos cercos, hubo un éxodo hispano. Luego de la evacuación, el 28 de mayo de 1781, las fuerzas patriotas tomaban la villa de Puno. Esa toma simboliza el momento más alto de la revolución, porque significó el inicio del efímero Perú independiente, que por más de medio año se sostuvo bajo el gobierno de Diego Cristóbal Túpac Amaru.
CAPITAL DE INTENDENCIA.- Luego de la revolución tupacamarista, cuando se instituyó la intendencia de Puno con cinco partidos, la villa de Puno se transformó en capital de intendencia, es decir en capital departamental, puesto que las intendencias tienen su equivalente en los departamentos; de manera que Puno nuevamente adquiría otra jerarquía, de capital provincial devino en capital departamental.
LA CIUDAD DE PUNO.- Dos décadas después de que Puno se convirtiera en capital de intendencia, el 14 de octubre de 1805, la villa de Puno accedía al rango de ciudad, por real orden. Sobre el título alcanzado y la fecha de emisión, contamos con un ilustrativo artículo que apareció en La Bolsa de Arequipa, el 17 de setiembre de 1865. En el artículo aparece la siguiente información: “El valle de Puno es mui estrecho, y su población asciende á diez mil almas, cuya mayoria se empleaba, en la época de nuestra historia, en el trabajo de las minas. En este valle está situada la villa de Puno, que fué mas tarde distinguida por Carlos IV con el título de ciudad, por real orden de 14 de octubre de 1805”.
Hoy la ciudad de Puno es la capital de la provincia de Puno y de la región del mismo nombre.


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