El proyecto “Gasoducto Sur Peruano” que iba a traer gas a Cusco, Arequipa, Puno, Tacna y Moquegua, continúa siendo un sueño para toda la región sur del país. Este sueño fue frustrado por los hechos de corrupción en que fue involucrada la constructora brasileña Odebrecht, empresa que fue encomendada de llevar el gas al sur del país.
Hoy un nuevo sueño pasa por nuestras mentes, una nueva ilusión surge gracias al gobernador regional Walter Aduviri Calisaya; un sueño que busca que los puneños tengan gas a toda costa, sin importar la precedencia. As así que Aduviri, sin haber iniciado su gestión, realizó una serie de visitas para concretizar la importación de gas del Estado Plurinacional de Bolivia, hecho que fue consolidado con la última visita del ministro de Energía y Minas del Perú, Francisco Ísmodes Mezzano, a su homólogo de Hidrocarburos del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Alberto Sánchez.
LA HISTORIA NEGRA
En marzo de 2013 se desechó definitivamente el proyecto de Kuntur, que no tenía dinero para hacer la obra. Esa empresa quiso que el gobierno le dé un crédito puente de cerca de US$ 1,200 millones para iniciar de inmediato las obras mientras conseguía un préstamo.
El 30 de junio de 2014, el consorcio Gasoducto Sur Peruano (Odebrecht, Enagás, Graña & Montero) se hizo de la concesión por US$ 7,328 millones. Se le encargó el diseño, construcción y operación de un ducto para el transporte de gas seco desde Camisea hasta Ilo.
En Cusco hubo fiesta porque se pensaba que el sueño de contar con gas barato estaba a la vuelta de la esquina. La ilusión se ha vuelto a desinflar. Odebrecht no puede continuar en el consorcio. Embarrada en actos de corrupción (Lava Jato), ningún banco quiere prestarle dinero para la obra.
Retornando a la ilusión que nos hace brillar los ojos, en la última reunión de los ministros de Energía de ambos países, desarrollado el pasado 10 de enero, se concretizaron aspectos importantes: primero, el anuncio del funcionario peruano de que de todos modos se continuará con el proyecto del ducto para llevar gas al sur del país desde el yacimiento de Camisea.

Este proyecto fue modificado hasta en su nombre; así, lo que ayer se llamó “Gaseoducto del Sur, Gaseoducto Sur Andino” hoy lleva el nombre “Sistema Integrado de Transporte de Gas – Zona Sur del Perú”, así como el proyecto de distribución de gas “Siete Regiones”, orientado a distribuir gas a las regiones Cusco, Puno, Ayacucho, Huancavelica, Apurímac, Ucayali y Junín.
Este anunció devolvió la ilusión a los sureños para contar con el gas de Camisea, un recurso muy mal administrado desde sus inicios y que hoy se hace difícil en su distribución por los conflictos judiciales en los que está involucrado.
Sin embargo, no se deja de lado la propuesta de importar gas de Bolivia; para ello, acordaron la realización de una próxima reunión a nivel de viceministros el 11 de febrero en la ciudad de Lima, con el fin de recibir información de los avances de la mesa de trabajo conjunta instalada ese mismo día.
Uno de los autores de revivir esta ilusión frustrada de los puneños es Aduviri Calisaya y ello hay que señalarlo, ya sea con intenciones políticas o con intenciones reales de atener los servicios básicos de la región.
En la última conferencia de prensa, el gobernador regional de Puno reiteró que este recurso se tendrá dentro de ocho meses a un año, considerando que el compromiso del gobierno boliviano a través de la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) es construir un ducto desde Desaguadero hasta la ciudad de Juliaca, donde se implementaría un “Gaso Centro” y a través de ella iniciar con la distribución de gas domiciliario.
Precisó que todos los costos los asumirá la empresa boliviana, por lo que el Estado Peruano no invertirá en este proyecto; consecuentemente, se reiteró que mucho dependerá de la voluntad política del Ministerio de Energía peruano, cancillería y principalmente del presidente de la República, Martín Vizcarra.
Con respecto a las dos fuentes de gas, Aduviri manifestó: “Mejor si se tiene las dos fuentes, considerando que lo proveniente de Bolivia se puede destinar a las zonas de frontera de nuestra región y no renunciar de ninguna manera a la fuente que por derecho nos corresponde, la proveniente de Camisea”.
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