A menudo pensamos que hablar del universo, de las energías, de la luna y las estrellas es algo descabellado. Tal vez creas que se trata de una corriente de pensamiento que está de moda y solo eso. Pero nada más lejos de la realidad, pues es cierto que todo el Universo se halla interconectado, pues para empezar, somos agua. La mayor parte del planeta Tierra contiene agua, nuestro cuerpo y el de los animales, está compuesto en su mayor parte por agua. Y tal y como los astros o cuerpos celestes interactúan entre sí, también lo hacen con nosotros.
¿Qué hay del mar en los diferentes ciclos lunares? La marea está más alta o más baja dependiendo del ciclo lunar reinante. Similar es lo que ocurre en nuestro organismo, el cual también experimenta síntomas que podremos notar en mayor o en menor medida. Hay personas especialmente sensibles, mientras que otras ni se dan cuenta, pero esto no significa que no influya. Lo hace.
Habrán leído en muchas ocasiones que hay mujeres que tienen en cuenta a la hora de concebir o para saber cómo será su parto e incluso el sexo de su bebé. Lo mismo hacen para una tarea tan sencilla y a la postre superflua como cortarse el cabello y las uñas, pues si se corta en luna menguante, el pelo crecerá más lento y se verá más débil, mientras que cortar la melena en luna creciente ayudará a que crezca a mayor velocidad. La luna también influye en la menstruación y hasta en los patrones de sueño y el comportamiento humano.
Hay estudios realizados por investigadores a nivel internacional que han tratado de demostrar la relación que existe entre las fases de la luna y el patrón del sueño en los niños. En la investigación han participado cerca de seis mil niños de todo el mundo y con científicos como Jean-Philippe Chaput, del Instituto de Investigación del Este de Ontario.
El estudio duró 28 meses y los participantes eran muy diversos, en cuanto a edad, tamaño, zona geográfica, características culturales y educativas. Se estableció una diferencia por ciclos lunares, distinguiendo entre Luna llena, media Luna y Luna nueva. La realidad es que los resultados no demostraron ninguna variación, si acaso tan solo una pequeña desviación en cuanto al sueño, por la cual en luna llena los niños dormían unos 5 minutos menos que con luna nueva, pero nada destacable ni perjudicial.
Según las creencias, durante la Luna nueva, es momento de limpiarnos y de estar en calma para iniciar una depuración interna. Por el contrario, cuando la luna está creciente, es momento de prosperidad y de iniciar proyectos que serán fecundos porque nos encontramos en un periodo de apogeo de la energía de la luna.
A diferencia de lo que ocurre cuando la luna está menguante, durante esta fase, la energía es menor, la luna va muriendo antes de renacer de nuevo, por eso, la usaremos para ir abandonando todo aquello que nos hace daño. No inicies proyectos, al revés, reflexiona y madura tomando consciencia de tus fallos y de aquello que te sobra para seguir avanzando. En la luna llena, las personas especialmente sensibles pueden experimentar cambios emocionales importantes y podemos estar frenéticos porque la luna tiene más energía que nunca.
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