Por César Millán, el “Encantador de perros”
— Agresión: dirigida a otros perros y/o personas. Incluye morder por miedo, gruñir por la comida, lanzarse a los desconocidos, ya sean perros o personas, y dominancia agresiva.
— Energía hiperactiva: incluye abalanzarse sobre las personas al conocerlas o cuando entran en la casa; dar vueltas y más vueltas sobre sí mismo, temblores, actividades destructivas, como masticar objetos o hacer agujeros; jadeos sobreexcitados, etcétera. ¡No confundir la sobreexcitación con la felicidad!
— Ansiedad/ansiedad por la separación: ladrar, gimotear, rascar con las uñas, etcétera, tanto si el dueño está como si se ha marchado; ir y venir por la casa compulsivamente; o destrozar objetos cuando se queda solo.
— Obsesiones/fijaciones: incluye una «adicción» o una preocupación inusual con cualquier cosa, desde un gato a una pelota de tenis, expresada mediante un lenguaje corporal tenso, ignorancia de las órdenes del dueño o de las recompensas en forma de comida, incluso ante el dolor físico.
— Fobias: un temor o incidente traumático que el perro no ha sido capaz de superar; cualquier cosa, ya sea un suelo brillante, los truenos o un camión de UPS.
— Baja autoestima/timidez: energía débil, terror irracional ante cualquier cosa, bloqueo total. Un grado extremo de temor.
Comentario sobre post