Columnista: Juan Pío Mamani Chambi
Las autoridades municipales son personajes casi literarios, como si fueran extraídos de alguna novela del realismo mágico, del real maravilloso o de alguna tragedia periodística, en el que son capaces de todo y nada, en el que fueron revocados y luego elegidos para no hacer nada y luego morir en una cárcel de algún centro poblado, y que en su entierro son llorados por miles de juliaqueños por obras que nunca hicieron, por el abandono del óvalo de salida a Cusco, por el tobosaurio que es una invitación a la muerte, por las calles que nunca fueron asfaltadas, por el drenaje que fue licitada, ejecutada y abandonada.
En penúltimo periodo de Oswaldo Marín se intentó continuar la ejecución del drenaje, pero también fue abandonado, primó el fracaso como la mayoría de las iniciativas a las que fueron tentados y nunca se consumaron.
La presente gestión ojalá no se caracterice por la decepción, corrupción, informalidad y otras “juliaqueñadas”. Ojalá ningún medio de comunicación sea indiferente, ojalá los políticos digan algo sobre el drenaje, ojalá los dirigentes hayan sobrevivido a los carnavales y se pronuncien sobre los problemas que aquejan a nuestra triste ciudad. No sabemos realmente cómo ha de concluir el periodo municipal, ojalá sobreviva a los anuncios necrológicos, a los ilícitos auspiciadores, en fin. Estamos esperanzados no sé en qué, pero esperanzados.
Comerciantes desordenados. En las últimas décadas, Juliaca ha llamado la atención por el desarrollo económico, ya que convergen varias ciudades del sur, pero sus crecimiento económico fue gracias a la minería y al comercio ilegal. De este último, sus actores no creen en nada y en nadie, y obedecen a lógicas informales. Son capaces de invadir avenidas, calles, jirones, o cualquier otro espacio que exista; los comerciantes invaden desde la mitad de la calle, no les importan las congestiones que puedan causar a los transportistas o al común ciudadano que se desplaza por las calles infernales de Juliaca, que además son muy inseguras.
Los comerciantes más exitosos de Juliaca son aquellos que no fueron “perjudicados” por las universidades, pero que comprenden y desarrollan todas las teorías y estrategias de venta que están de moda. Algunos son exageradamente amables y, empleando discursos argumentativos que son difíciles de no atender, terminan sometiendo a los incautos pobladores.
El cuidado y la imagen de la ciudad a nadie le interesa. En cualquier lugar es posible botar basura: parques, esquinas o cualquier lugar disponible. Una temporada estaba muy de moda llevar los desechos a la plaza de armas, exactamente a la puerta del municipio. Estuvo a punto de desatarse algunas epidemias y recién hubo intentos de solucionar el problema de la basura.
¡Corte comercial y volvemos el Jueves!
Comentario sobre post